La fuerza de lo habitual

Ahora que los sonidos rockistas parecen no querer aferrarse s¨®lo a las guitarras intentando formar parte de un mundo musical mucho m¨¢s ambiguo, heterodoxo y liberal que sin duda est¨¢ ayudando a oxigenar la imaginaci¨®n, es cuando m¨¢s llamativo resulta que haya bandas enganchadas a la ortodoxia.El grupo madrile?o Buenas Noches Rose hace puro rock urbano, su m¨²sica huele a asfalto y rememora lejanas glorias que tambi¨¦n pisaron esta ciudad con su casticismo y chuler¨ªa. La banda, que con su acertado primer trabajo discogr¨¢fico pas¨® a formar parte de una multinacional, en la que tambi¨¦n ha editado este segundo disco bajo el t¨ªtulo de La danza de la ara?a, present¨® durante dos d¨ªas su directo en la sala Caracol.

Se cumple un a?o desde su anterior visita a este recinto y, si en aquella ocasi¨®n casi se viene abajo el escenario por la cantidad de admiradores y admiradoras que quer¨ªan besar a Jordi, el cantante de la banda, en esta ocasi¨®n la noche rod¨® con un p¨²blico que recibi¨® sus canciones en un estado llamativamente sosegado que contrastaba con la fiereza de la puesta en escena de los madrile?os.

Jordi Skywalker y sus compa?eros se engancharon desde el primer tema a un sonido muy crudo que parec¨ªa haber dejado atr¨¢s los medios tiempos y el aire melanc¨®lico de su anterior visita, algo que en esta ocasi¨®n no ayud¨® a marcar las distancias entre una canci¨®n y la siguiente.

El quinteto, que es bien conocido por saber desplegar una perfecta sincron¨ªa y dominio de su instrumento, pareci¨® llegar con fuerza perfectamente a los o¨ªdos pero, en esta ocasi¨®n, no logr¨® hacer llegar la sangre al coraz¨®n aunque Jordi, energ¨¦tico, con una voz perfecta y concentrado, terminara, como es habitual, medio catat¨®nico y sin camisa.