La misma respuesta
LA ORGANIZACI?N terrorista ETA reapareci¨® ayer en el escenario vasco, y lo hizo como suele: con un disparo a la cabeza de Jos¨¦ Mar¨ªa Lobato, escolta de una concejal del PP en San Sebasti¨¢n. ETA quer¨ªa matar, pero la suerte le ha permitido salvar la vida, aunque perder¨¢ la visi¨®n de un ojo. El atentado se anticip¨® s¨®lo unas horas al ingreso en prisi¨®n de los 23 dirigentes de HB condenados por el Supremo a siete a?os de c¨¢rcel por colaboraci¨®n con la banda terrorista. La estrategia del tiro en la nuca vuelve a imponerse como la ¨²nica respuesta a un juicio celebrado con todas las garant¨ªas del Estado de derecho.No es una sorpresa que ETA insista en atentar contra concejales. En sus c¨¢lculos siniestros, conocidos gracias a las ¨²ltimas detenciones y a la incautaci¨®n de sus programas de acci¨®n, ETA mantiene a los cargos municipales en su punto de mira porque ha llegado a la conclusi¨®n de que consigue as¨ª una gran repercusi¨®n popular, con el consiguiente efecto intimidatorio.
El atentado de ayer forma parte probablemente de la espiral de agitaci¨®n que los dirigentes de HB se han encargado de atizar en respuesta a la sentencia del Supremo. Pero es tambi¨¦n una nueva llamada de atenci¨®n a los partidos democr¨¢ticos, que hace s¨®lo cinco meses decidieron, despu¨¦s del secuestro y asesinato de Miguel ?ngel Blanco, aislar pol¨ªticamente a HB mientras no se distancie de ETA. Este atentado pone en evidencia, una vez m¨¢s, que la banda terrorista no tiene m¨¢s estrategia que el asesinato para imponer sus puntos de vista. Y ¨¦sa es una realidad que las fuerzas democr¨¢ticas no pueden orillar.
Por m¨¢s esfuerzos que se hagan para separar la defensa de los derechos individuales de los dirigentes de HB -garantizados por el Estado de derecho- de los cr¨ªmenes de ETA, lo cierto es que los paros convocados por los sindicatos vascos para protestar por la sentencia del Supremo refuerzan la posici¨®n de HB en tanto que brazo pol¨ªtico de ETA. La renuncia de HB a la huelga general del d¨ªa 15 no es, como algunos entienden, "un atisbo de lucidez", sino una decisi¨®n t¨¢ctica porque resulta m¨¢s ventajosa para su imagen una manifestaci¨®n ciudadana y un paro de dos horas que una huelga general condenada de antemano al fracaso.
Resultan poco alentadores los movimientos de vaiv¨¦n de los dos grandes partidos nacionalistas vascos y de otras organizaciones de ra¨ªz democr¨¢tica, como el sindicato ELA, convocante del paro a pesar de que varios de sus afiliados figuran en la lista m¨¢s reciente de v¨ªctimas de ETA. Si el PNV y EA se sumaran a estas movilizaciones contra la sentencia del Supremo se producir¨ªa una fractura en el frente democr¨¢tico imposible de entender a la luz de los acuerdos de Ajuria Enea adoptados al calor del esp¨ªritu de Ermua.
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