Entre el documental y la ficci¨®n
En 1960, el escritor Miguel Delibes, entonces director del diario El Norte de Castilla, intenta publicar una serie de reportajes sobre las duras condiciones de vida de muchos pueblos de Valladolid. La censura del general Franco se lo impide, lo que le lleva, en contrapartida, a escribir sobre el mismo tema en Las ratas (1962), una de las mejores y m¨¢s realistas novelas de su amplia producci¨®n literaria.Despu¨¦s de haber adaptado con habilidad a Delibes en Retrato de familia (1976), basada en Mi idolatrado hijo Sis¨ª, y El disputado voto del se?or Cayo (1986), sobre la novela hom¨®nima, el irregular realizador y guionista Antonio Gim¨¦nezRico se lanza por tercera vez a trabajar sobre un texto del escritor castellano con esta versi¨®n de Las ratas, que elabora con gran minuciosidad y una casi siempre controlada austeridad.
Las ratas
Director y guionista: Antonio Gim¨¦nez-Rico. Fotografia: Teo Escamilla. Espa?a, 1997. Int¨¦rpretes: ?lvaro Monje, Jos¨¦ Caride, Juan Jes¨²s Valverde, Francisco Algora, Esperanza Alonso, Joaqu¨ªn Hinojosa, Sus? S¨¢nchez, Luis Perezagua. Estreno en Madrid: Renoir (Plaza Espa?a).
Est¨¢ dividida en cuatro partes, correspondientes a las cuatro estaciones de a?o, al oto?o, el invierno, la primavera y el verano de un a?o como otro cualquiera de mediados de los cincuenta. Describe c¨®mo, en un perdido pueblo de la dura y recia Castilla, un primitivo y tosco hombre y su inteligente y joven hijo peque?o sobreviven dedicados a la caza de ratas de agua, que luego venden como exquisito alimento. Sin embargo, el alcalde azuzado por el gobernador civil, quiere echarlos de la cueva donde viven por la mala imagen que dan de la pobreza que persiste en la comarca.
Entre la ficci¨®n y el documental, Las ratas relata el drama de un padre y un hijo a los que se intenta desposeer de su vivienda y tambi¨¦n de su forma de vida en medio de la dureza de una bella y m¨ªsera tierra. Antonio Gim¨¦nez-Rico tiene la habilidad de hacer un s¨®lido retrato de una ¨¦poca en la que los hombres luchan con la naturaleza para sobrevivir, pero con sigue darle unas connotaciones que en alguna medida tambi¨¦n resultan cercanas a la realidad actual.
Rudeza castellana
El trabajo realizado por Antonio Gim¨¦nez-Rico tiene indudable inter¨¦s y se sit¨²a a la cabeza de su muy desigual serie de pel¨ªculas. Describe con fuerza la rudeza de la vida castellana y las limitaciones que impone a sus habitantes, al tiempo que se mueve con destreza dentro de una pensada austeridad que, por ejemplo, le lleva a prescindir por completo de cualquier tipo de m¨²sica. Pero en algunos momentos, en especial en la parte central de su relato, acusa algunas desigualdades narrativas, en buena parte debidas a la levedad de la an¨¦cdota que tiene entre sus manos y que llega a confundir con lentitud.Otro de los defectos en que, a veces, incurre Las ratas es un cierto tono teatral en la interpretaci¨®n de alguno de sus m¨²ltiples actores, quiz¨¢ por frecuentar la mayor¨ªa este medio m¨¢s que el cine. Frente a la viveza desplegada por el ni?o ?lvaro Monje, un buen descubrimiento de Antonio Gim¨¦nez-Rico, algunas escenas rodadas en interiores, en concreto las correspondientes a la taberna, resultan teatrales. Esto no impide que el conjunto sea una ins¨®lita producci¨®n, tanto por estar rodada con nieve y con calor a lo largo de las diferentes estaciones de todo un a?o, como por la dureza de la realidad reflejada a trav¨¦s de una m¨ªnima an¨¦cdota.
Tambi¨¦n destaca la muy cuidada fotograf¨ªa de Teo Escamilla que adem¨¢s se ha encargado de la compleja producci¨®n de Las ratas, que marca el punto culminante de su larga colaboraci¨®n con el director Antonio Gim¨¦nez-Rico.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.