Cuestiones profesorales

En mi nombre y en el de los otros firmantes de la carta de ocho profesores de Alcal¨¢ de Henares, quiero responder a la profesora Mar¨ªa Teresa Fern¨¢ndez de Burgos, que nos acusa de ignorancia culpable:1. Lo que aparece entrecomillado en su carta no aparece en la nuestra. No nos atribuya lo que no hemos dicho.

2. (A t¨ªtulo personal) Pienso en la actividad con la que ambos nos ganamos la vida como en un oficio que se aprende con la pr¨¢ctica. Expresiones del tipo "profesiones creativas" (aqu¨ª s¨ª est¨¢n bien empleadas las comillas) nos vienen grandes a una gente tan normalucha y de andar por casa como somos la mayor¨ªa de los profesores. Ese concepto, a mi entender, tan exagerado de nuestra actividad hace a¨²n m¨¢s sorprendente que unas l¨ªneas m¨¢s abajo se nos compare con d¨ªscolos alba?iles que se atrever a desobedecer las instrucciones de todo un se?or arquitecto.

3. La otra comparaci¨®n es m¨¢s homog¨¦nea en los t¨¦rminos (me apresuro a aclarar a los pol¨ªticamente correctos que hablo tan s¨®lo de titulaciones acad¨¦micas), pero es todav¨ªa m¨¢s divertida e involuntariamente pone el dedo en la llaga. Porque, ?a qu¨¦ orate se le ocurrir¨ªa facultar a bioqu¨ªmicos o farmac¨¦uticos para imponer a los m¨¦dicos el tratamiento que deben dar a sus pacientes? Eso precisamente el lo que est¨¢ ocurriendo en la ense?anza.

4. ??Ciencias?!

5. Ni ninguno de los otros firmantes, algunos con d¨¦cadas de ejercicio de la profesi¨®n a sus espaldas, ni yo hemos encontrado jam¨¢s en la palabrer¨ªa de los renovadores pedag¨®gicos nada que nos ayude a mejorar nuestro trabajo o que nos lo facilite. Todo lo contrario: desgracias a ellos, la nuestra es cada d¨ªa una tarea m¨¢s fatigosa y burocr¨¢tica.-