Chico de oro, chico de plata
Llegan noticias del Bal¨®n de Oro, esa pelota blindada que la revista France Football entrega al virtuoso del a?o. Como estaba pregonado, Ronaldo ser¨¢ el ganador y, he aqu¨ª la novedad, Pedja Mijatovic recibir¨¢ el bal¨®n de plata por delante de Zidane, Bergkamp y Roberto Carlos. Casi nadie en la pasarela.Conocido el cuadro de honor, ya se puede decir que en esa exclusiva selecci¨®n de talentos Ronaldo representa al heredero de la cu¨¢druple corona: nunca un deportista tan incipiente ha tenido un perfil tan inequ¨ªvoco de campe¨®n. Desde que revent¨® por primera vez las costuras de la ropa, aquel saco de prote¨ªnas estaba pidiendo a gritos un campeonato mundial. Luego, cuando reapareci¨® en Holanda, confirmamos las primeras impresiones: Ronaldo era una cabeza de colegial montada sobre un armaz¨®n de atleta. Es, pues, el delf¨ªn de Di Stefano, Pel¨¦, Cruyff y Maradona desde que jugaba con corrector dental, o incluso desde aquellos problemas nocturnos de incontinencia urinaria que confes¨® sin rubor a Xuxa en un programa infantil de la televisi¨®n brasile?a. Tanta sinceridad habr¨ªa sido innecesaria: siempre supimos que a menor descuido aquel mu?eco explosivo mear¨ªa un gol.
A pesar de lo dicho, parece que no ha conseguido crecer del todo. Seg¨²n cuentan los enviados especiales a Riad, donde hoy se jugar¨¢ con Australia la copa del Rey Fahd, en estos d¨ªas tiene muy disgustado a Lobo Zagallo por sus dos ¨²ltimas travesuras: primero se tir¨® malamente a la piscina del hotel y se hizo un cardenal enconado que le tiene medio dolorido, y despu¨¦s se fum¨® la fiesta de gala organizada por la Embajada brasile?a en la capital saud¨ª. Para justificar el plant¨®n al cuerpo diplom¨¢tico en pleno, el muy cabrito dijo que estaba indispuesto, pero durante la recepci¨®n fue visto en unos grandes almacenes, probablemente compr¨¢ndose un videojuego o una gorra de almirante.
Hay quien dice que el viejo Ronaldinho se siente atrapado en su disfraz de pobre ni?o rico y que quiz¨¢ resucite cuando pueda jugar con su nuevo bal¨®n de metal.
Mijatovic, en cambio, representa el amor tard¨ªamente correspondido. Al contrario que Ronaldo, se hizo estrella por etapas. Apenas pudo darse a conocer en el Partiz¨¢n de Belgrado, cuando Europa se deslumbraba con el juego de Prosinecki, Savicevic, Mihailovic, Belodedici, Stoijkovic, Pancev y Boban. Entretanto, ¨¦l sufr¨ªa las penas del purgatorio en aquel equipo usurpado por Spasic y otros rudos braceros que ten¨ªan una extra?a propiedad: les dabas una pelota y te devolv¨ªan una bomba de mano. Milagrosamente rescatado por los, ojeadores del Valencia, lleg¨® a Espa?a precedido de la leyenda que siempre acompa?¨® a los futbolistas montenegrinos.
-Los montenegrinos son al f¨²tbol lo que los rayos son a la tormenta: brillantes pero imprevisibles- . Dec¨ªan los esc¨¦pticos.
No se dieron cuenta de que Pedja era un fugitivo ante el ¨²ltimo tren. Dos a?os despu¨¦s se hab¨ªa convertido en el mejor jugador de la Liga espa?ola, y hoy representa como nadie los valores de la escuela yugoslava: nos ha mostrado cientos de veces cu¨¢nto veneno puede caber en una mirada y un toque.
-Compartir¨¦ el bal¨®n con mis compa?eros- . Dijo muy serio bajo una cascada de brillantina.
La ciencia le debe algunos hallazgos. Gracias a ¨¦l sabemos que el f¨²tbol puede sintetizarse como un producto qu¨ªmico.
Dale un monedero de piel y te devolver¨¢ un bal¨®n. De plata, naturalmente.
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