Un delicado equilibrio
El Centro Cultural de Espa?a tiene el privilegio de ser el primero que autorizan las autoridades cubanas para ser dirigido por un diplom¨¢tico extranjero. Esto le da un margen de autonom¨ªa que, por peque?o que sea, lo convierte en una rara excepci¨®n en un pa¨ªs donde el control oficial sobre la informaci¨®n y sobre la cultura es elevado y estricto.El acuerdo para crear este centro fue firmado hace m¨¢s de dos a?os por los ministros de Asuntos Exteriores de Cuba y Espa?a, y establece que la parte espa?ola debe "coordinar" las actividades que realice con el Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba y la Oficina del Historiador de la Ciudad, convertidos as¨ª en los interlocutores cubanos de la instituci¨®n.
Esta coordinaci¨®n est¨¢ definida en t¨¦rminos muy vagos, pero que parecen suficientes para "neutralizar" la posibilidad de que el centro pueda convertirse en la pr¨¢ctica en una instituci¨®n "peligrosa" para La Habana, teniendo en cuenta que el actual Gobierno espa?ol no es precisamente amigo del de Castro.
Sin embargo, esto no impide que el centro pueda llegar a ser molesto para las autoridades cubanas si la voluntad espa?ola es ¨¦sa. Un claro ejemplo fue lo ocurrido el mismo d¨ªa de la inauguraci¨®n. El encargado de pronunciar la primera conferencia magistral, en presencia de varios viceministros cubanos, fue Joaqu¨ªn Ruiz Gim¨¦nez, que habl¨® durante media hora de la transici¨®n espa?ola y de c¨®mo se pas¨® de la dictadura a la democracia gracias al consenso y al esp¨ªritu de reconciliaci¨®n entre los espa?oles.
Ruiz Gim¨¦nez habl¨® en t¨¦rminos tan did¨¢cticos y con tanto ¨¦nfasis que algunos de los funcionarios cubanos presentes en el acto inaugural parece que se sintieron inc¨®modos o incluso aludidos. Al final, la sangre no lleg¨® al r¨ªo, y todo qued¨® en una larga disertaci¨®n te¨®rica que dio paso a un recital po¨¦tico de Aitana Alberti y Llu¨ªs Pasqual.
El director del centro, Ion de la Riva, dijo tras el acto inaugural: "Se cumple un anhelo largamente acariciado por el esp¨ªritu y la pol¨ªtica de la cooperaci¨®n espa?ola". Y sentenci¨®: "Confiamos en que el centro pueda desarrollar intercambios culturales y educativos como cualquier otro de este tipo en cualquier otro pa¨ªs de Iberoam¨¦rica". Todo depender¨¢ de la voluntad y de la medida. Y del grado en que se combinen cultura y pol¨ªtica.
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