El Valencia sigue su rehabilitaci¨®n
El Sporting, sin ganar en 18 partidos, apenas prest¨® resistencia
El Valencia no pudo tenerlo m¨¢s f¨¢cil para completar su, rehabilitaci¨®n prenavide?a. Como siete de los ocho visitantes anteriores de El Molin¨®n, se limit¨® a plantarse en el campo para ver c¨®mo pasaba el cad¨¢ver del Sporting. Se benefici¨®, sobre todo, el m¨¢s vivo de los 22, Claudio L¨®pez, que rompi¨® la d¨¦bil resistencia gijonesa con su tremenda velocidad. El Sporting, que manten¨ªa en el campo el decoro que le niegan los n¨²meros, baj¨® ayer definitivamente los brazos. Lo malo para este equipo ya no es el descenso, sino los cinco meses de calvario que le quedan como objeto p¨²blico de escarnio.A los nueve minutos ya estaba claro el destino del partido. Farin¨®s sac¨® una falta esquinada y el bal¨®n, tras coger velocidad en el c¨¦sped mojado, pas¨® por delante de defensas, portero y atacantes sin que nadie lo tocara. As¨ª, sin despeinarse, el Valencia ya lo ten¨ªa casi todo hecho. Aquello fue el golpe de gracia para el Sporting, que volvi¨® a los peores registros de la temporada. S¨®lo Mario, un chaval recuperado del Badajoz, manten¨ªa el tipo, mientras otros jugadores de m¨¢s nombre hac¨ªan mutis por el foro.
El discreto Valencia de ayer no tuvo mayores problemas para sentenciar antes del descanso. Ranieri dej¨® solo arriba a Claudio L¨®pez, pero le puso por detr¨¢s a tres hombres (Angulo, Fernando y Farin¨®s), que llegaban con toda la comodidad del mundo al ¨¢rea gijonesa. Hasta Fernando, pese a su evidente declive f¨ªsico, pudo recordar tiempos mejores. El Sporting, roto por un centro del campo pat¨¦tico, no fue capaz de inquietar ni una vez a Zubizarreta, en parte por la excelente protecci¨®n de Djukic y C¨¢ceres.
Con la puntilla del Piojo poco antes del descanso, el paisaje del partido era id¨¦ntico al del Sporting-Zaragoza, cuando todo El Molin¨®n se levant¨® en armas. Pero ayer, no. Apenas hubo alguna protesta hacia el palco, cortada por el descanso.
Despu¨¦s, unos minutos de margen, a la espera de que los reajustes introducidos por Novoa obraran el milagro. En el segundo tiempo el Sporting tuvo mejor pinta y Lediakhov, situado en una posici¨®n m¨¢s l¨®gica, meti¨® dos balones en el ¨¢rea que estuvieron a punto de ser aprovechados por Luna y Tcherishev. Pero lo que lleg¨® fue el tercer gol del Valencia, con una elaboraci¨®n que tanto gusta a Claudio Ranieri: bal¨®n recuperado en la medular, env¨ªo largo a Anglom¨¢, velocidad a raudales y llegada de L¨®pez para sentenciar. Todo muy r¨¢pido, todo muy sencillo. Con el 0-3 la gente empez¨® a desfilar silenciosa, resignada, como sus propios jugadores, que ya s¨®lo deseaban que aquel infierno se acabase pronto. El problema para ellos, y para el sportinguismo en general, es que a¨²n quedan 20 partidos hasta que esta dolorosa Liga llegue a su fin. Ser¨¢n 20 jornadas en las que el objetivo, descartada ya t¨¢cticamente la permanencia, tiene que ser recuperar el buen nombre de un Sporting que hace s¨®lo seis a?os a¨²n jugaba en Europa. Por contra, el Valencia afronta el nuevo a?o con el impulso de las tres victorias consecutivas que le permitir¨¢ serenarse y sacar lo mejor de una plantilla con muchas miras.
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