Indigaci¨®n
Indigna que una semana tras otra y un a?o tras otro se siga produciendo la situaci¨®n de ilegalidad de la que trata su reportaje del domingo 14 de diciembre, relativo a las zonas de bares de Malasa?a. Y m¨¢s cuando disponemos de unas autoridades que deber¨ªan velar por el cumplimiento de las normas. Las relativas a horarios de cierre llevan en vigor varios a?os, pero es tan habitual que se infrinjan, que se da por hecho que los vecinos est¨¢n acostumbrados, o que su derecho desaparece como consecuencia l¨®gica de una moda. Se ha llegado a creer que esta ilegalidad es un derecho adquirido.Se habla tanto del derecho del joven a divertirse y del derecho del empresario a su negocio, que se llega a pensar que son dos las partes implicadas y que ambos derechos son incuestionables. Cuando la tercera parte, los vecinos, se menciona, se hace como que incordia a quienes se divierten o trabajan honradamente.
La reciente ley de actividades recreativas representa para los vecinos la consolidaci¨®n de una situaci¨®n legal e injusta: funcionamiento en horas clave para el descanso, consentimiento de un local al lado de otro (y no una farmacia al lado de otra), autorizaci¨®n de instalaciones ac¨²sticas sobredimensionadas en potencia que luego son imposibles de controlar... y sus consecuencias: molestias de garitos, motos, m¨²sica a alt¨ªsimo nivel, exceso de aforo, gamberradas, suciedad, olores.
A partir de la hora de cierre, cuando por fin la norma se torna favorable, se manifiesta la desidia de quienes deber¨ªan hacer cumplir la ley: los locales contin¨²an abiertos con absoluta indiferencia dejos ayuntamientos.
El estado actual de cosas es la consecuencia de a?os de dejadez; es la sensaci¨®n de impunidad de bares y j¨®venes, el pensar que la ley es algo anecd¨®tico... No son los j¨®venes o los due?os de bares los perjudicados por las normas, sino los vecinos. Y cuando ¨¦stas podr¨ªan por fin ser el argumento legal para restituir un derecho arrebatado, se considera que es un adorno elaborado desde un sill¨®n de cuero por alguien que desconoce la calle. Tras a?os de ilegalidad, ?qui¨¦n se encarga de convencerles de que nunca han tenido el derecho que cre¨ªan tener? ?Cu¨¢ndo se restituir¨¢ nuestro derecho al descanso?-
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