Un 'Lago de los cisnes' alterado
, Tras la productiva etapa en que estuvo al frente de la compa?¨ªa Helene Trailine, el nuevo sobreintendente Gian-Carlo del M¨®naco intent¨® traerse hasta la Costa Azul al h¨²ngaro Yuri Vamos, con quien ya hab¨ªa trabajado con ¨¦xito en varios teatros europeos. Pero el que fuera virtuoso bailar¨ªn es actualmente el flamante director del ballet de D¨¹sseldorf, la compa?¨ªa m¨¢s grande y de m¨¢s alto presupuesto de toda Alemania, que supera incluso a las dos casas berlinesas. Su cargo no le permit¨ªa abandonar tan goloso proyecto para venirse hasta aqu¨ª, y es as¨ª que lleg¨® a un acuerdo colocando al frente del Ballet de Niza al joven franc¨¦s Marc Ribaud, que ya hab¨ªa sido su asistente en algunas casas alemanas y conocido bailar¨ªn de repertorio.
En los medios especializados franceses hay un cierto recelo ante este cambio, sobre todo de cara al levantamiento de un repertorio estable de los cl¨¢sicos. Como se ha visto en el estreno de ayer en Niza -que estar¨¢ en cartel hasta el pr¨®ximo d¨ªa 7- se imponen las versiones propias del h¨²ngaro, limitando las posibilidades de enriquecimiento y variedad.
Este Lago de los cisnes que conoci¨® anoche su estrenofranc¨¦s tiene decorados y trajes de Michael Scott, colaborador habitual de Vamos, convencionales y a ratos equivocados como es el caso de? acto blanco; un lago entre freudiano e ir¨®nico que crea una enorme confusi¨®n argumental al partir de la impresi¨®n que recibe el pr¨ªncipe ni?o al entrever c¨®mo la reina madre se ventila a un camarero en un sof¨¢. A partir de aqu¨ª, el pr¨ªncipe crece hasta la adolescencia sin otra obsesi¨®n que matar cisnes a diestra y siniestra, pues en ellos ve¨ªa, de alguna manera, y tampoco se sabe por qu¨¦, el reflejo de su d¨ªscola mam¨¢. Esta man¨ªa de alterar los argumentos de los grandes ballets cl¨¢sicos ha conocido desprop¨®sitos a¨²n mayores y en el caso de Yuri Vamos tiene poca explicaci¨®n, dada su solvencia, experiencia y formaci¨®n acad¨¦mica.
Maneras cl¨¢sicas
Para el estreno, el propio Vamos se ha tra¨ªdo a las dos m¨¢ximas estrellas del ballet de D¨¹sseldorf, que son la rusa Marina Antonova y el franc¨¦s Guy Albouy, noble, muy franc¨¦s en su gesto y elegante en las maneras cl¨¢sicas; sin embargo, Antonova puede ser apropiada para cualquier cosa en la vida menos para encamar un cisne. El papel de la reina madre fue un gui?o para los viejos ballet¨®manos europeos, al serle encomendado a una bailarina alemana de anta?o: Gudrun Kranz, que a¨²n conserva una majestad y presencia esc¨¦nica que en el caso del ballet cl¨¢sico parecen ser condiciones perdidas y pertenecientes a las generaciones que ya no est¨¢n sobre las tablas.La compa?¨ªa del ballet de la Opera de Niza ha sido ampliada en cuanto a cantidad de bailarines, y se nota un esfuerzo por reforzar la parte bailable de la plantilla, con la adquisici¨®n de pujantes j¨®venes, sobre todo franceses.
El programa para el resto de la temporada trae un ciclo donde Yuri Vamos repite una gran obra: Sue?o de una noche de verano, siempre con dise?os de Scott, y tres ofertas diferentes de un ciclo que ha sido titulado Core¨®grafos del siglo XX, donde se incluyen reconocidos estrenos europeos como el Pulcinella de Nils Christe y dos creaciones mundiales del propio Marc Ribaud donde deber¨¢ demostrar de cara a la galer¨ªa y a su nueva compa?¨ªa que no solamente ejercer¨¢ de mando a distancia de Yuri Vamos, sino que dar¨¢ su propio giro y criterio a una compa?¨ªa de ¨®pera que pretende imponerse como la m¨¢s importante del sur de Francia.
Babelia
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