La maravilla
El alcalde de Barcelona tiene pelusa de Madrid. El soclalista Joan Clos ha llegado a proclamar su envidia de la capital de Espa?a, lo que siempre le cuesta a un catal¨¢n. La causa que le motiva tal sentimiento no es el tr¨¢fico, ni el urbanismo, y mucho menos la limpieza de nuestra ciudad. Tampoco admira los servicios sociales que tenemos, ni la seguridad en nuestras calles, aspectos todos en los que Madrid poco tiene que ense?ar a la Ciudad Condal. No, lo que admira realmente el se?or Clos es el proyecto de ampliaci¨®n del metro que financia la Comunidad Aut¨®noma, un plan que no ha tenido el menor reparo en calificar p¨²blicamente de "maravilloso". "Ten¨¦is Madrid horadado", le coment¨® el propio alcalde barcelon¨¦s a Ruiz-Gallard¨®n en un encuentro reciente. "Ya me gustar¨ªa que Pujol hiciera lo mismo con nuestro suburbano", a?adi¨®.A veces han de verse las cosas desde fuera para evaluar su importancia o dimensi¨®n. Tal vez, adem¨¢s, la venta sistem¨¢tica y reiterada que los pol¨ªticos realizan de cualquier cosa que hacen, tenga o no trascendencia alguna, deval¨²e su discurso hasta el punto de sonarnos ya todo igual.
Lo cierto es que en el subsuelo de Madrid est¨¢ en marcha una obra grandiosa y muchos madrile?os ignoran su alcance. Se enteran, s¨ª, de los traumas que provocan en el tr¨¢fico los tajos abiertos en superficie y que los conductores asumen como el paisaje tradicional de Madrid "patas arriba", pero muy pocos se hacen idea de la aut¨¦ntica magnitud de la "movida interior". Seis gigantescos gusanos excavan incesantes los intestinos de la ciudad para abrir los 30 kil¨®metros largos de metro que fueron comprometidos. Seis m¨¢quinas capaces de avanzar hasta 40 metros diarios dejando el t¨²nel limpio de tierra y alicatado hasta el techo. Un prodigio de 115 metros de longitud que nos cuesta entre 2.000 y 2.500 millones por armatoste y que constituye el juguete favorito, del consejero de Obras P¨²blicas. Luis Eduardo Cort¨¦s ama a esas m¨¢quinas como a s¨ª mismo. Gem¨®logo de profesi¨®n, rico de familia, propietario de dos restaurantes de post¨ªn, se?or fino y educado, este pol¨ªtico de derechas parece haber convertido la acci¨®n perforadora en su raz¨®n de ser. Estirado, como es ¨¦l, con sus camisas de dos colores compradas en Londres, los tirantes de franja ancha y su chaqueta azul cruzada de marinero en tierra, este personaj¨¦de aspecto decimon¨®nico se planta cada dos por tres las botas de pocero y un casco que le asemeja a la hormiga at¨®mica, y se baja a chapotear en el barro de sus queridos t¨²neles. El consejero pasea con. soltura por las nuevas galer¨ªas y les habla por su nombre a las tuneladoras; La Adelantada, que fue la primera en arrancar; La Alinudena o La Chata, que ha conseguido batir todos los r¨¦cords de perforaci¨®n. Don Luis es feliz cuando constata sobre el terreno sus asombrosos avances. Es, con diferencia, el miembro del Gobierno de Ruiz-Gallard¨®n m¨¢s satisfecho con lo que hace y el m¨¢s envidiado por sus compa?eros de gabinete. No en vano esa ampliaci¨®n del metro que dirige ha dejado con una mano delante y otra atr¨¢s el presupuesto de las dem¨¢s consejer¨ªas, adem¨¢s de endeudar a la Comunidad de Madrid per sa¨¦cula saecul¨®rum.
La extensi¨®n de la red es el proyecto estrella, el mimado de un Gobierno del Partido Popular cuyo presidente quiere birlarle a la izquierda su m¨¢s emblem¨¢tica propuesta: el fomento del transporte p¨²blico en la regi¨®n. Cada cent¨ªmetro que horada La Chata nos cuesta a los madrile?os un ojo de la cara, por lo que dentro de unos a?os, cuando hayamos terminado de pagar la obra, habr¨¢ crecido de manera espectacular la poblaci¨®n de tuertos. De todas formas, mejor tuertos para entonces que no infartados ahora. El metro es la m¨¢s eficaz receta para una ciudad cuya calidad de vida est¨¢ degradada por su comprometida movilidad. Dentro de poco, y hasta las elecciones del 99, comenzar¨¢ un rosario de inauguraciones que ir¨¢n abriendo lo realizado por los topos mec¨¢nicos y humanos del se?or consejero. Ruiz-Gallard¨®n lo convertir¨¢ en su estandarte electoral, al alcalde de Barcelona se le pondr¨¢n los dientes largos y el consejero Cort¨¦s sacar¨¢ pecho hasta reventar los tirantes. Ser¨¢ digno de ver.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Luis Eduardo Cortes
- Joan Clos i Matheu
- Metro Madrid
- Alberto Ruiz-Gallard¨®n
- Declaraciones prensa
- Opini¨®n
- CTM
- Metro
- Transporte p¨²blico
- Transporte urbano
- Empresas p¨²blicas
- Transporte ferroviario
- Comunidades aut¨®nomas
- Gasto p¨²blico
- Sector p¨²blico
- Comunidad de Madrid
- Gente
- Finanzas p¨²blicas
- Administraci¨®n auton¨®mica
- Transporte
- Empresas
- Administraci¨®n p¨²blica
- Econom¨ªa
- Espa?a
- Finanzas