Temor a que el consumo de sesos aumente el mal de las 'vacas locas'
, Los sesos de ternera consumidos en el Reino Unido en los a?os ochenta, en plena epidemia de las vacas locas, pueden haber aumentado de forma considerable la cifra de personas que corren 1 ahora el peligro de desarrollar la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob (CJ), equivalente humano de la encefalopat¨ªa espongiforme bovina (EEB).
Seg¨²n los datos de un informe cient¨ªfico encargado por el propio Ministerio de Agricultura, hasta 200.000 cerebros anuales de vacuno fueron ingeridos entonces sin control sanitario por los brit¨¢nicos. Su venta, as¨ª como la de la m¨¦dula espinal, ha sido prohibida. Ambos constituyen la parte m¨¢s contaminada de la res y susceptible por tanto de transmitir la dolencia al hombre.
El estudio ha sido elaborado por el laboratorio nacional dedicado a analizar productos alimentarios y la comisi¨®n especializada en hacer lo propio con el ganado y las carnes. Bob Hart, uno de los autores del mismo, ha se?alado que algunas de las pr¨¢cticas habituales de los matarifes pueden haber agravado la situaci¨®n.
Seso en pasta
"Antes de ser sacrificada la res es aturdida para que no d¨¦ coces. A .veces el cerebro y sus terminaciones nerviosas son pulverizadas con una vara flexible. Al colgarlas luego boca abajo la masa encef¨¢lica puede filtrarse por la cabeza infectando la sangre y la lengua", sugiere el cient¨ªfico.La lengua de vaca tambi¨¦n ha sido vendida durante a?os por los carniceros sin que nadie pensara en los riesgos que ello podr¨ªa implicar. En cuanto a los clientes, hervir los sesos de vacuno hasta que forman una pasta que puede untarse en el pan, es una costumbre muy extendida entre los hogares brit¨¢nicos. A la vista de los nuevos datos, Agricultura ha se?alado que ser¨¢ necesario efectuar m¨¢s an¨¢lisis antes de evaluar los verdaderos peligros asociados al consumo de sesos de vaca.
Hasta la fecha 22 personas han fallecido en el Reino Unido aquejadas de la denominada nueva variante de CJ atribuida al consumo de carne de vacuno infectada con la EEB. La sangre donada por algunas de estas v¨ªctimas cuando incubaban sin saberlo la enfermedad constituye otra de las posibles v¨ªas de contagio a¨²n por demostrar. Cerca de 3.000 brit¨¢nicos han podido recibir derivados sangu¨ªneos procedentes de dichas donaciones efectuadas por un s¨®lo enfermo, muerto a finales del a?o pasado. Sanidad conoce la identidad de todos los receptores pero ha decidido no informarles porque, oficialmente, "el. riesgo de infectarse con una transfusi¨®n es insignificante". Por otra parte, la venta de carne cercana al hueso ha sido tambi¨¦n prohibida como medida precautoria. Se trata de evitar con ello que la prote¨ªna (pri¨®n) causante de la enfermedad y presente en el tejido nervioso pr¨®ximo a la columna vertebral de las reses infecte al hombre.
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