Indonesia se hunde en la crisis y su moneda pierde el 70% de su valor
, Con una rupia que ha perdido el 70% de su valor en seis meses, una Bolsa que ha registrado un descenso de m¨¢s del 55%,-un futuro de innumerables empresas excesivamente endeudadas en d¨®lares, sin haber cubierto su posici¨®n, y la sequ¨ªa m¨¢s grave desde hace m¨¢s de 50 a?os, que ha tra¨ªdo consigo una hambruna devastadora en las provincias orientales, Indonesia parece estar al borde del colapso.
Esta vez, despu¨¦s de 32 a?os de mano dura por parte del presidente Suharto y de su poderosa familia, parece haber un extra?o vac¨ªo de poder, una especie de in capacidad de reaccionar ante la crisis, que viene a demostrar el hundimiento del sistema Suharto.
A saber, un sistema donde el poder pol¨ªtico y los negocios est¨¢n estrechamente unidos, bajo la omnipresente tutela de los hijos, cu?ados, yernos y. primos del presidente. "A diferencia de Corea del Sur y de Tailandia, donde la crisis ha tenido como consecuencia un cambio en la cabeza del Estado, en Indonesia no ocurre nada en el poder", seg¨²n explica un diplom¨¢tico en Yakarta. El presidente est¨¢ totalmente solo, su equipo no es capaz de tomar ninguna decisi¨®n relevante y los apoyos naturales de Suharto, o sea, los medios empresariales aliados a la familia, el Ej¨¦rcito y los tecn¨®cratas, no se mueven por ahora. Y para concluir: "La cuesti¨®n es saber si van a acabar abandon¨¢ndolo para salvar al pa¨ªs de la crisis". El hecho es que sus intereses est¨¢n tan ligados al poder de la familia que actualmente se encuentran atrapados en una situaci¨®n en que no les interesa que las fuerzas se muevan demasiado aprisa. Siempre y cuando sus propios intereses no sufran demasiado por culpa de la crisis financiera... La cuesti¨®n de los apoyos al poder se hace cada vez m¨¢s agobiante, dado que, el pr¨®ximo 11 de marzo habr¨¢ elecciones, en las que todo el mundo espera que Suhart¨® pretender¨¢ obtener un s¨¦ptimo mandato.
Cambiar de l¨ªder
Pero esta vez, aunque Suharto no ha anunciado a¨²n oficialmente su candidatura, cada vez m¨¢s indonesios- discuten en privado si es oportuno que se vuelva a presentar este hombre, al que le falta poco para convertirse en octogenario. Cada vez son m¨¢s numerosos y menos discretos los que desean verlo retirarse. Y, lo que es nuevo, la primera asociaci¨®n musulmana, que representa a m¨¢s de 20 millones de indonesios, ha declarado p¨²blicamente que su l¨ªder ser¨¢ candidato a la presidencia. Incluso un ministro del presidente Suharto, candidato a la vicepresidencia, tambi¨¦n ha manifestado que hab¨ªa llegado el momento de cambiar de l¨ªder.Mientras, en Yakarta, la inflaci¨®n ha vuelto a subir bruscamente en los ¨²ltimos meses y, como los salarios no van a subir tanto como la inflaci¨®n -se ha congelado el sueldo de los funcionarios-, el hombre de la calle ya ha empezado a sufrir una fuerte erosi¨®n en su poder adquisitivo.
Los observadores temen especialmente la llegada del A?o Nuevo chino, a finales de enero, que este a?o va a coincidir con la fiesta musulmana de la clausura del Ramad¨¢n. Normalmente, las empresas ofrecen un decimotercer sueldo a sus trabajadores. ?Podr¨¢n hacerlo este a?o? ?Cu¨¢l ser¨¢ la reacci¨®n popular a estas medidas y restricciones? Por ahora, los movimientos de nerviosismo de la poblaci¨®n son hechos aislados. Pero todos esperan que se multipliquen en el futuro por la inflaci¨®n y las quiebras, pues, con una actividad econ¨®mica que, seg¨²n los especialistas indonesios se contraer¨¢ en un 1% en 1998, el paro, que alcanzaba hasta entonces a un 7% de la poblaci¨®n activa, podr¨ªa llegar este a?o a un 11 %, seg¨²n los sindicatos. "Indonesia s¨®lo tiene dos opciones", seg¨²n explica Russel Napier, estratega de Cr¨¦dit Lyonnais Securities Asia, en Hong Kong. "O asume el plan de liberalizaci¨®n del FMI, plan aceptado a cambio de 33.000 millones de d¨®lares, suprime los monopolios, emprende una verdadera limpieza de su sistema bancario y pone Fin a las restricciones sobre la participaci¨®n extranjera en el capital de sus empresas, la ¨²nica soluci¨®n para que vuelva capital extranjero; o se ver¨¢ obligada a pedir una moratoria de su deuda.
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