'Los desnudos y los muertos' cumple medio siglo
El libro de Norman Mailer fue recibido como la gran novela de la II Guerra Mundial
El 8 de mayo de 1948 apareci¨® en Estados Unidos The naked and the dead. Su autor, Norman Mailer, estaba en la mitad de la veintena y hab¨ªa trabajado en ella durante tres a?os. Fue como una explosi¨®n que le catapult¨® a la fama. Los cr¨ªticos en general la consideraron como la gran novela norteamericana de la II Guerra Mundial. "Sobrecogedora", dictamin¨® The New York Times. "Mailer registra cada pensamiento obsceno de sus personajes, escribe sobre el salvajismo oculto en todos nosotros y nos asombra con su capacidad para penetrar en el coraz¨®n y la mente de los hombres". Ahora, para conmemorar el medio siglo de Los desnudos y los muertos, publica Anagrama una nueva edici¨®n en castellano.
En el oto?o de 1939, cuando Hitler orden¨® la invasi¨®n de Polonia, Mailer ten¨ªa 16 a?os y medio. Quiso alistarse, era una cuesti¨®n de principios, hab¨ªa que luchar contra el fascismo, pero no se lo permitieron. Demasiado joven. Lo consigui¨® como soldado raso, cuando Estados Unidos entr¨® en guerra tras el ataque japon¨¦s a Pearl Harbour (diciembre de 1941) En esa espera ley¨® mucho: John Dos Passos, John Steinbeck, Thomas Wolfe, James Farrell Ernest Hemingway. ?l tambi¨¦n ser¨ªa escritor, decidi¨®. Ir¨ªa al frente, ver¨ªa la guerra muy de cerca y luego escribir¨ªa una gran historia, algo as¨ª como la que represent¨® Adi¨®s a las armas despu¨¦s de la Gran Guerra.No le fue f¨¢cil. Primero le enviaron a Fort Bragg (Carolina del Norte), luegole eligieron como especialista en cartograf¨ªa en el 112? Regimiento de Blindados de San Antonio (Tejas). Mailer no se conform¨® y pidi¨® ser enviado a una patrulla de reconocimiento: pas¨® varios d¨ªas tras las l¨ªneas japonesas. En agosto de 1945 estuvo con las tropas norteamericanas que ocuparon Jap¨®n. As¨ª naci¨® Los desnudos y los muertos.
Radiografia de EE UU
La novela arranca con el desembarco de una patrulla norteamericana en Anopopei, una peque?a isla del Pac¨ªfico, con el objetivo de localizar y echar (eliminar casi siempre) a los japoneses. A lo largo de casi setecientas p¨¢ginas, Mailer relata la larga, terrible e in¨²til marcha de los soldados por un paisaje desconocido, progresivamente al l¨ªmite, abrumados por la vegetaci¨®n, en un entorno de violencia, miedo y muerte.El escritor explica en una serie de saltos al pasado (claramente diferenciados en el ritmo e introducidos en esta edici¨®n por una cursiva) la vida y la personalidad de esos tipos antes de incorporarse al Ej¨¦rcito: Julio Mart¨ªnez, un chicano delgado y muy guapo, que reclama el derecho a impregnarse de los mitos norteamericanos; Red Walsen, un minero de Montana, anarcosindicalista; Gallagher, un irland¨¦s de los barrios bajos de Boston; Ridger, un campesino del Sur; Rothstein, un jud¨ªo de Brooklyn; William Brown, un tipo muy formal suscrito al Reader's Digest.
El escritor centra buena parte de su discurso en tres personajes, los m¨¢s contundentes: el general Edward Cummings, nacido en la Am¨¦rica m¨¢s profunda. De cr¨ªo y adolescente estaba muy enmadrado, y su padre. lo envi¨® a West Point. Se sent¨ªa a gusto con el uniforme. Homosexual reprimido, oculta su entusiasmo por el fascismo, opina que lo m¨¢s importante es temer al superior y considera que lo prioritario es no vencer a Jap¨®n, sino establecer un nuevo orden
En sus ant¨ªpodas, el subteniente Robert Hearn, editor, bohemio de Greenwich Village, Iector de Rilke, tambi¨¦n de Marx y de Lenin, coquete¨® con los comunistas y escribi¨® en Harvard un estudio sobre Melville, Es f¨¢cil elegirlo al principio como favorito, e incluso caer en la tentaci¨®n de pensar que tiene algo de propio. Pero no, el propio escritor lo va desmontando poco a poco. La descripci¨®n de sus relaciones con Cummings es de lo mejor del libro: de la pol¨¦mica a la fascinaci¨®n y rendici¨®n.
La figura del sargento Sam Croft se acrecienta a medida que avanza la novela. Es fuerte, eficiente y no piensa. Su principal caracter¨ªstica es una permanente suficiencia despreciativa hacia casi todos los hombres. Odia la debilidad y no siente amor por nada. Desde peque?o le gusta disparar y es un cazador nato, de lo que sea. Es inquieto, impaciente e implacable.
El sexo como obsesi¨®n
Ese pu?ado de hombres se odian, se quieren, se envidian. En el negro periplo por la isla, el sexo est¨¢ muy presente, es como una obsesi¨®n, del pasado y del presente. Dudan de lo que han cre¨ªdo hasta ahora y m¨¢s que desconf¨ªan de los ideales de vida americana que les han implantado. Todos, de una manera u otra, pueden pasar de la generosidad a la crueldad, del hero¨ªsmo a lo m¨¢s abyecto.Los desnudos y los muertos es una novela de guerra, pero no exclusivamente. El conjunto de retratos, no t¨®picos, dotados de carne y hueso, constituye una brutal radiograf¨ªa de la sociedad norteamericana, que trasciende el periodo de la guerra.
Como se ha dicho repetidamente, es una de las ¨²ltimas novelas de la Depresi¨®n y una de las primeras de la guerra fr¨ªa. Le¨ªda o rele¨ªda desde el presente, se llega a la conclusi¨®n de que quiz¨¢ podr¨ªa tener unas cuantas p¨¢ginas menos, bastantes, pero cincuenta a?os despu¨¦s sigue teniendo vigencia. Es parte de la historia del siglo XX.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.