Zapatillas y d¨®lares
Todas las grandes compa?¨ªas de ballet cl¨¢sico y danza moderna de Estados Unidos est¨¢n obligatoria y convenientemente sindicadas a unas comunes y estrictas normas de mercado internacional que comprenden, entre otras exigencias, el pago de semanas laborales completas, se baile o no, aparte de costosos y sofisticados seguros de diverso tipo.Espa?a, por su parte, carece absolutamente de representantes art¨ªsticos especializados en danza y ballet, y de ah¨ª las m¨¢s que frecuentes irregularidades con que nos encontramos tantas veces en las programaciones de festivales y temporadas.
Los gerentes locales suelen aprovechar con esmerada y notable picaresca estas circunstancias para elevar arbitrariamente los costes de una gira, dado que los honorarios del intermediario se basan, generalmente, en un tanto por ciento que hoy oscila entre el 15 y el 25% del total de la operaci¨®n.
Esto explicar¨ªa, por ejemplo, que Pina Bausch fuera contratada en Espa?a por la propia Pilar de Yzaguirre, cuando era directora del Festival de Oto?o de Madrid, por una cifra notablemente m¨¢s alta que el cach¨¦ original con que la propon¨ªan en pa¨ªses como Francia o Italia, de la mano de la empresaria Isabel Gonz¨¢lez, que pocos a?os despu¨¦s, ya convertida en flamante directora del Festival de Oto?o de marras, trajo hasta el Palacio de Deportes madrile?o al American Ballet con un coste exorbitante.
Se trate de coincidencias o no, lo bien cierto es que el tejido se estrecha alrededor de un cruce de espadas entre mercaderes, mucho m¨¢s pendientes del d¨®lar puro y duro que de la oferta cultural y la zapatilla virtuosa.
Babelia
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