El Parlamento italiano comienza hoy a debatir la reforma del Estado
Moderada en exceso para unos, demasiado ambiciosa para otros, la reforma constitucional elaborada por la Comisi¨®n Bicameral ya est¨¢ a disposici¨®n del Parlamento italiano. A partir de hoy, cuando en la C¨¢mara de Diputados tomen la palabra los l¨ªderes de los diferentes partidos pol¨ªticos del pa¨ªs, se inicia un largo proceso de debate (m¨¢s de un a?o) sobre un texto que propone la elecci¨®n directa del presidente de la Rep¨²blica, una organizaci¨®n federal' del Estado -aunque ni remotamente parecida a las autonom¨ªas espa?olas- y la divisi¨®n en dos secciones del Consejo Superior de la Magistratura.
Lo m¨¢s sorprendente de esta reforma planteada por la Bicameral en la que han tenido voz y voto todos los partidos pol¨ªticos representados en las dos c¨¢maras del Parlamento italiano-, es que ha recibido ya 60.000 enmiendas procedentes de los mismos grupos que han contribuido a, elaborarla, varios de los cuales han amenazado ya seriamente con votar en contra de todo o parte del paquete legislativo.El denominado semipresidencialismo a la italiana, la elecci¨®n directa por sufragio universal del presidente de la Rep¨²blica, una reforma de la que ha sido ponente Cesare Salvi, jefe del, Grupo parlamentario del Partido Demor¨¢tico de la Izquierda (PDS) en el Senado, ha encontrado el poyo de la derechista Alianza Nacional, pero tiene enfrente a Forza Italia (F1), el partido de Silvio Berlusconi, y al Partido de Refundaci¨®n Comunista (PRC), de Fausto Bertinotti. Tanto FI como el PRC son partidarios de que el pueblo elija al presidente, pero creen que, adem¨¢s, ¨¦ste debe tener poderes reales -un modelo a la francesa, por ejemplo- y no limitarse como, propone la reforma a presidir un nuevo organismo bautizado pomposamente como Consejo. Supremo. de la Defensa y de la Pol¨ªtica Exterior. Ninguno de estos dos partidos considera suficiente la propuesta de Salvi, que deja en manos del jefe del Estado exclusivamente la designac?¨®n del primer ministro sobre la base de los resultados electorales, algo que en cierto modo ya se hace.
Pero si Berlusconi y el neocomunista Bertinotti est¨¢n de acuerdo en el cap¨ªtulo presidencial, discrepan ampliamente en lo que se refiere a la reforma de la Justicia. En realidad, el acuerdo salom¨®nico alcanzado por la Bicameral en este punto no ha conseguido, satisfacer a nadie. En Italia, las carreras d¨¦ juez y de fiscal no est¨¢n separadas y todos ellos son independientes del poder pol¨ªtico. Berlusconi, perseguido por los jueces milaneses del movimiento Manos Limpias, ha sido uno de los m¨¢s firmes defensores de la separaci¨®n de la carrera judicial. El resultado ha sido una f¨®rmula h¨ªbrida, contra la que est¨¢n los principales partidos, que no separa la carrera judicial pero si el ¨®rgano judicial m¨¢ximo, el Consejo Superior de la Magistratura que queda dividido en dos secciones.
Otro punto conflictivo es el relativo a la forma de Estado. Sobre el papel, la reforma que propone la Bicameral despu¨¦s de infinitos debates es una f¨®rmula federal en la que los ayuntamientos, las provincias y las regiones pasan a ser ¨®rganos del Estado. Este federalismo incluye medidas fiscales -los entes locales tendr¨¢n la posibilidad de recabar impuestos y de gestionar el 50% de los ingresos del Estado-, pero no pol¨ªticas. En suma, est¨¢ a a?os luz del sistema auton¨®mico espa?ol y ha merecido las m¨¢s duras acusaciones del l¨ªder de la Liga Norte., Umberto Bossi.
El grado de divisi¨®n que existe en el Parlamento sobre la Bicameral, de la que ha sido presidente el hombre fuerte de la pol¨ªtica nacional, el secretario del PDS, Massimo- D'Alema, presagia duros debates que en ning¨²n caso concluir¨¢n antes de un a?o.
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