Un espa?ol de 28 a?os vende su empresa a Bill Gates 10.000 millones de pesetas
Un joven espa?ol se convierte en multimillonario al vender a Bill Gates su empresa de Internet
El espa?ol David del Val Latorre, ha pasado en tres a?os de ser un becario espa?ol a un multimillonario bajo la ¨®rbita del imperio de Microsoft. Este madrile?o de 28 a?os es el fundador y creador de la empresa VXtreme, dedicada a la transmisi¨®n de v¨ªdeo por Internet. Hace unos meses vendi¨® su empresa al gigante de la inform¨¢tica Bill Gates por unos 10.000 millones de pesetas. Del Val se licenci¨® en Telecomunicaciones en 1993. Al a?o siguiente, con una beca de La Caixa, se traslad¨® a la universidad californiana de Stanford para estudiar un master de inform¨¢tica. All¨ª empez¨® a labrarse su futuro, digno de una pel¨ªcula sobre el sue?o americano.Pasa a la ¨²ltima p¨¢gina
El sue?o americano
Viene de la primera p¨¢gina El sue?o americano se ha hecho realidad; aunque ni el protagonista lo esperaba. "Yo llegu¨¦ a Estados Unidos para realizar un master en inform¨¢tica", explica por v¨ªa telef¨®nica el protagonista del sue?o, David del Val. "Mi profesor indio en California era un chiflado del v¨ªdeo y empezamos a investigar en el laboratorio la posibilidad de transmitir v¨ªdeo a trav¨¦s de Internet".En enero de 1995 empez¨® a trabajar en los v¨ªdeos por Internet. Hac¨ªa dos a?os que Del Val hab¨ªa acabado su carrera de Telecomunicaciones en Madrid. Durante un a?o trabaj¨® en el centro de investigaci¨®n asociado de la Aut¨®noma de Madrid porque, hasta entonces, Del Val se hab¨ªa dedicado al desarrollo de sistemas inform¨¢ticos en tiempo real para la inspecci¨®n de instalaciones industriales de alto riesgo. Entonces solicit¨® una beca de La Caixa para realizar un curso de posgrado de dos a?os en Stanford y se la concedieron. Su expediente acad¨¦mico era impecable. Se lanz¨® a las Am¨¦ricas, con Marian, su esposa, reci¨¦n casados.
"Empezamos en enero y trabajamos d¨ªa y noche y d¨ªa tras d¨ªa, porque el 1 de abril ten¨ªamos que transmitir en directo las lecciones de los profesores a trav¨¦s de Internet, como prueba piloto. Fue un ¨¦xito total. Los alumnos pod¨ªan seguir las clases desde su dormitorio. Ya no ten¨ªan que desplazarse hasta el centro educativo".
Corri¨® la voz tan r¨¢pidamente como s¨®lo puede correr en Internet. A los dos meses, un inversor de los que abundan en el Silicon Valley se acerc¨® por all¨ª. Ahora no buscan pozos petrol¨ªferos, sino cerebros conectados a un ordenador. "Los hay a cientos. Es impresionante la cantidad de gente que est¨¢ dispuesta a arriesgar su dinero e incluso su vida profesional asentada y establecida para invertir o para trabajar en una nueva empresa inform¨¢tica; porque empresas brotan a cientos, pero s¨®lo sale adelante el 10%. El resto desaparece", reconoce Del Val.
Este inversor les ofreci¨® dinero para crear una empresa. Tras algunas dudas, "sobre todo del profesor", se apunt¨® todo el equipo a seguir con la aventura: el profesor indio, Del Val y otros dos compa?eros indios. "Contrariamente al t¨®pico, la mayor¨ªa de los ingenieros no son norteamericanos. Hay muchos indios, pero tambi¨¦n de cualquier parte del mundo. En el trabajo tenemos un mapamundi con una banderita de la nacionalidad de cada compa?ero. Casi lo llenamos. Los norteamericanos son geniales en mercadotecnia y ventas". En octubre de 1996, lanzaron al mercado su primer producto como empresa VXtreme. El ¨¦xito tambi¨¦n fue inmediato. "Entonces obtuvimos alg¨²n apoyo econ¨®mico institucional, que nos ayud¨® a realizar un despliegue fulgurante".
De repente, Del Val, a sus 26 a?os, se vio, adem¨¢s de investigando en el laboratorio, entrevistando a directores de ventas y otros ejecutivos para incorporarlos a su empresa. En octubre de 1996, la empresa VXtreme ya ten¨ªa 50 empleados. La CNN emiti¨® en directo, gracias a la tecnolog¨ªa del madrile?o, una entrevista entre el rey Hussein de Jordania y el primer ministro israel¨ª, Benjam¨ªn Netanyahu. Cualquier cobertura deportiva, como las 500 millas de Indian¨¢polis, es transmitida en directo v¨ªa Internet gracias a VXtreme y su tecnolog¨ªa de compresi¨®n de las im¨¢genes en un cable ¨ªnfimo.
"No ten¨ªamos rival. Eramos los mejores; aunque empezaba la competencia en audio, no hab¨ªa nadie con im¨¢genes". Demasiado buenos para escapar a los tent¨¢culos de Microsoft. En abril de 1997, Bill Gates se interes¨® por la empresa. "?ramos una empresa muy golosa, peque?a y con un producto y una tecnolog¨ªa inimaginable". En agosto se cerr¨® el trato. Seg¨²n algunas fuentes del sector, lo acordado fue: 10.000 millones de pesetas y un puesto de trabajo en la sede de Microsoft en el Estado de Washington. Del Val desmiente la cifra y no quiere hablar de dinero, s¨®lo de trabajo y de sacrificio.
?l, su esposa, Marian, y casi todos los empleados de VXtreme se trasladaron del c¨¢lido clima califormano a los fr¨ªos inviernos del Estado de Washington. "Mi vida del ocio se par¨® hace tres a?os. Aguanto gracias al apoyo de Marian. Es duro, pero tambi¨¦n s¨¦ que en Espa?a no puedo desarrollar el trabajo que hago aqu¨ª".
Del Val, serio, pragm¨¢tico y muy sorprendido por la llamada de este peri¨®dico, espera que a partir de ahora pueda irse a andar por las monta?as. "Es mi gran afici¨®n; pero en tres a?os no me ha dado tiempo ni para tener un hijo".
S¨ª ha tenido tiempo para enviar una carta a la Fundaci¨®n La Caixa, en la que, por razones obvias, anuncia que renuncia al dinero de la beca.
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