La extensi¨®n del sufrimiento
ETA HA llevado hasta el final la l¨®gica de su amenaza contra todos los cargos p¨²blicos del Partido Popular. El doble asesinato de Sevilla extiende la intimidaci¨®n a cualquier familiar y a todo el territorio espa?ol. Pero por duro que sea el trance no hay otra respuesta que la unidad de los dem¨®cratas y la eficacia de las fuerzas de seguridad. No cabe recurrir a los mismos m¨¦todos que emplean los terroristas ni ceder a sus exigencias. Aun a sabiendas de que no hay forma material de proteger individualmente a los 25.000 cargos p¨²blicos del PP y a sus familiares.De acuerdo con el sondeo de urgencia realizado ayer por EL PA?S, los ciudadanos exigen sobre todo a los partidos acabar con las querellas que rompen la unidad democr¨¢tica y que ETA interpreta como una confirmaci¨®n de su acierto estrat¨¦gico. Pero el momento exige tambi¨¦n respaldar la firmeza del Gobierno en su negativa a ceder al chantaje.
?Qu¨¦ tendr¨¢n que ver un concejal de Sevilla y su mujer con los derechos de Euskal Herria invocados ayer por los amigos de ETA para explicar el asesinato de Alberto Jim¨¦nez-Becerril y Asunci¨®n Garc¨ªa? ?Cu¨¢l ser¨¢ el delito por el que tres ni?os de corta edad pasaron ayer de hijos a hu¨¦rfanos? Hace a?os que los terroristas renunciaron a justificar cada crimen en particular. Eso lo dejan a los portavoces de su brazo pol¨ªtico. Pero, dado que la elecci¨®n de la v¨ªctima no guarda relaci¨®n alguna con su comportamiento individual, esos int¨¦rpretes tampoco saben qu¨¦ decir y se limitan a recitar lo de los derechos inalienables de Euskal Herria. Como si no existiera un Gobierno vasco desde hace 18 a?os, y como si el concejal de Hacienda de Sevilla fuera culpable de que los ciudadanos de Euskadi lleven esos mismos a?os resisti¨¦ndose de forma activa a votar a los int¨¦rpretes de ETA.
Los disparos de los terroristas han interrumpido una vez m¨¢s el debate sobre c¨®mo combatirles. Una pol¨¦mica que ¨²ltimamente hab¨ªa derivado hacia la cuesti¨®n de si la Ertzaintza es suficientemente eficaz para proteger a los concejales vascos del PP, y otras cuestiones conexas. Una protecci¨®n completa para todas las v¨ªctimas potenciales de ETA es imposible. ?Cu¨¢ntos polic¨ªas se necesitar¨ªan s¨®lo para cubrir las espaldas de los concejales del PP en los 8.000 municipios espa?oles? ETA ya hab¨ªa avisado de sus intenciones con el atentado fallido contra dos ediles de la localidad malague?a de Rinc¨®n de la Victoria. Y el intento del otro d¨ªa en Santa Cruz de Campezo, ?lava, demuestra que tampoco retroceden ante la posibilidad de que la v¨ªctima sea un familiar. El debate estaba mal planteado, y nadie parec¨ªa tener inter¨¦s en superarlo. Lo ha zanjado ETA por el procedimiento acostumbrado: el tiro en la nuca.
Cuando el ¨²nico objetivo es aterrorizar al mayor n¨²mero de personas, basta con carecer de escr¨²pulos para alcanzarlo. Ayer, la misma mano que acababa de asesinar a Alberto Jim¨¦nez-Becerril efectu¨® un segundo disparo que atraves¨® la cabeza de Ascensi¨®n Garc¨ªa. Si no hac¨ªa falta una raz¨®n para matar al concejal, ?por qu¨¦ iba a ser necesaria para asesinar a su mujer? Cuanto m¨¢s inexplicable sea el crimen, mayor ser¨¢ la inquietud sembrada. De la lectura de los textos internos de ETA se deduce que la mayor¨ªa de las veces desencadenan sus ofensivas sin saber muy bien por qu¨¦, m¨¢s all¨¢ de esa menci¨®n a la extensi¨®n del sufrimiento.
Cuentan con que la ansiedad creada desencadene reacciones que acaben dando alg¨²n sentido pol¨ªtico a sus cr¨ªmenes. Por ejemplo, que personas aparentemente responsables sugieran la posibilidad de reimplantar la pena de muerte, o de decretar medidas de excepci¨®n, o la sustituci¨®n de la polic¨ªa auton¨®mica por la Guardia Civil, etc¨¦tera. Quien acostumbre a escuchar las emisoras de radio tras cada atentado sabe que esas reacciones est¨¢n aseguradas. Tambi¨¦n las de aquellos que tras una frase fuerte del tipo "hay que coger el toro por los cuernos" acaban, propugnando rendirse a ETA, "porque as¨ª no podemos seguir". Nada tranquiliza tanto a los terroristas como la combinaci¨®n de ambas ocurrencias. Les encanta escuchar propuestas que interpretan como la prueba de. un regreso al pasado y les permite alimentar la esperanza de que tal vez matando un poco m¨¢s ser¨¢n los propios miembros del PP quienes exigir¨¢n del Gobierno que se pl¨ªegue a sus exigencias.
La idea de que si no se puede vencer a los terroristas hay que sumarse a ellos es profundamente inmoral, pero no novedosa. El ¨²ltimo atentado coincidi¨® ayer con la celebraci¨®n del D¨ªa Mundial de la Paz, en conmemoraci¨®n del aniversario del asesinato de Gandhi. Pero hab¨ªa otro aniversario: hace 65 a?os, el 30 de enero de 1933, sub¨ªa al poder Adolf Hitler. En los cinco a?os anteriores, su partido hab¨ªa pasado del 2% al 33% de los votos. Ese ascenso fue el resultado de la acomodaci¨®n por parte de las fuerzas pol¨ªticas conservadoras, a las exigencias de, la minor¨ªa nazi. Ante la renuncia de esas fuerzas a defender sus propios programas, la gente acab¨® respaldando a quien con m¨¢s energ¨ªa- y violencia- defend¨ªa el suyo.
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