Irak, capital Netanyahu
Madeleine Albright y Bill Clinton fracasan donde triunfaron James Baker y George Bush. En 1990-91, Washington logr¨® forjar una coalici¨®n internacional -Rusia, Europa, los ¨¢rabes moderados- que dio cobertura jur¨ªdico-pol¨ªtica a la guerra contra Sadam Husein. Hoy, EE UU est¨¢ aislado en su empe?o intervencionista, con la exigua compa?¨ªa del Reino Unido y Kuwait.Esta soledad conlleva un enorme peligro. Washington podr¨¢ bombardear los almacenes de armas qu¨ªmicas y bacteriol¨®gicas iraqu¨ªes, si llega a encontrarlos. Pero arriesg¨¢ndose a que ello genere una gran inestabilidad pol¨ªtica en la regi¨®n.
No basta tener raz¨®n, debes lograr que te la reconozcan. La comunidad internacional se la dio a Washington para la guerra del Golfo porque la invasi¨®n de Kuwait atentaba flagrantemente contra los principios jur¨ªdicos de inviolabilidad de fronteras y de soberan¨ªa de los Estados. La violaci¨®n de las resoluciones del Consejo de Seguridad sobre el control del armamento de destrucci¨®n masiva iraqu¨ª es menos grave en la jerarqu¨ªa del derecho. No provoca un sentimiento de amenaza como el de entonces. No hay ambiente. Y sin embargo, puede resultar incluso m¨¢s peligrosa, f¨ªsica y estrat¨¦gicamente, que una invasi¨®n. ?Por qu¨¦, pues, donde hubo coalici¨®n s¨®lo queda dispersi¨®n?
Por bastantes razones. Gorbachov se apunt¨® al bombardeo a rega?adientes. El caos econ¨®mico, el desgarro nacionalista y la inestabilidad de la ag¨®nica URSS le encajonaron. Ahora, Yeltsin no s¨®lo debe manejar la memoria hist¨®rica de la amistad con Irak (a la que tanto contribuy¨® su ministro de Exteriores, Yevgueni Primakov). Encara tambi¨¦n una Duma muy nacionalista, poco inclinada a permitir que Rusia vaya completamente a remolque de la superpotencia superviviente, pues la salida b¨¦lica disminuye su potencial diplom¨¢tico. Adem¨¢s, cualquier eventual volatilidad en su bajo vientre -Asia central, los accesos al energ¨¦ticamente feraz mar Caspio- le perjudica m¨¢s que le beneficia.
A Europa le preocupa m¨¢s el derecho. Francia no olvida las expectativas de comercio petrol¨ªfero (Elf) que se avizoran por la aplicaci¨®n de las resoluciones petr¨®leo por alimentos. Aplaudida por Italia y Espa?a -y acompa?ada por toda la Uni¨®n Europea salvo el Reino Unido-, sabe que la opini¨®n no est¨¢ por la labor, duda de que el boicoteo a las inspecciones legitime per se una acci¨®n militar y teme que ¨¦sta acabe reforzando a Sadam.
Europa callar¨¢, si conviene, pero no, bendice. Como lamenta el presidente de la Comisi¨®n, Jacques Santer, la crisis iraqu¨ª "no facilitar¨¢ nuestras discusiones". Santer iniciaba ayer una visita de una semana a Oriente Pr¨®ximo (Egipto, Siria, L¨ªbano, Israel y Palestina) para dar "un impulso" a las posiciones europeas en la regi¨®n, "reactivar el proceso de cooperaci¨®n euromediterr¨¢nea" y reclamar la "involucraci¨®n directa del enviado especial de la UE, Miguel Angel Moratinos, en las negociaciones del proceso de paz". Esas y no otras son las grandes preocupaciones de los Quince en la zona.
Pero el mayor fracaso de Albright-Clinton radica en su incapacidad para lograr la complicidad de los pa¨ªses ¨¢rabes moderados, Arabia Saud¨ª, Jordania, los Emiratos. El caso m¨¢s estrepitoso es Egipto, que desde los acuerdos de Camp David (1979) ha flanqueado a Occidente sin desmayo, incluso a costa de aparecer como traidor a la causa ¨¢rabe. ?Racanean s¨®lo por temor a fracturas internas, como las suscitadas por la guerra del Golfo? No. Simplemente, no perdonan a Clinton su extrema blandura con Benjam¨ªn Netanyahu. Tras Bagdad, la segunda capital del drama iraqu¨ª es Tel Aviv. Los ¨¢rabes moderados financiaron y fueron a la guerra en enero de 1991, entre otras cosas porque conoc¨ªan el esfuerzo de EE UU en pro de un proceso de paz, que empezar¨ªa a cristalizar en la Conferencia de Madrid, en octubre de ese mismo a?o.
Sin la coartada de una salida digna para la causa palestina, ni Riad ni El Cairo se enfrentar¨¢n m¨¢s a Bagdad. Encallado el proceso de paz israelo-palestino por las m¨²ltiples zancadillas de Tel Aviv, la Liga ?rabe congel¨® en marzo del a?o pasado la normalizaci¨®n de relaciones con Israel. ?Se percatar¨¢ quien debe de que el aislamiento de Sadam y la resurrecci¨®n del proceso de paz son dos v¨ªas paralelas, mutuamente indispensables?
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