Caracas
Caracas es en la superficie una ciudad convulsa, llena de peligros, rodeada de barrios marginales cuya miseria arroja sobre el asfalto a un gran n¨²mero de despose¨ªdos de todo, excepto de una violencia expedita. Pero Caracas, debajo de este caos, posee un suburbano limpio, ordenado e incre¨ªblemente seguro. En esta ciudad se reproduce muchas veces durante el d¨ªa el mito del doctor Jekyll y Mr. Hyde. He aqu¨ª un magn¨ªfico espect¨¢culo para representar una enorme esquizofrenia. En medio de la confusi¨®n de la calle un atracador acaba de disparar contra alguien. Lo ves huir con la pistola en la mano, desesperado y andrajoso, derribando sucesivos cubos de basura. De pronto se refugia en la boca del metro. Baja por la escalera mec¨¢nica y antes de llegar al and¨¦n, donde hay establecido un orden y esmero absoluto, este Mr. Hyde siente algo en el fondo de sus v¨ªsceras que le impulsa irremediablemente a convertirse en un caballero. Arriba en el asfalto acaba de matar a un individuo. Aqu¨ª abajo no osar¨¢ arrojar el m¨¢s m¨ªnimo papel al suelo. Si lo hiciera mil ojos se lo reprochar¨ªan con la mirada. Este atracador, transformado ahora en un amable doctor Jekyll despu¨¦s de ceder el paso a un viejo, se introduce en el vag¨®n y all¨ª gentilmente ofrece su asiento a una se?ora, acaricia la cabeza de un ni?o y pide perd¨®n con una sonrisa exquisita cuando se roza con otro cuerpo. Lleva la pistola congelada en la axila bajo los andrajos, pero por fuera es un ciudadano intachable hasta que el convoy llega a la estaci¨®n que este doctor Jekyll ha elegido para apearse. Cruza otra vez el and¨¦n impoluto, sube por la escalera mec¨¢nica y durante la ascensi¨®n hacia la calle vuelve a experimentar otra convulsi¨®n interior. Siente que en la axila la pistola se le va calentando a la par que su cerebro. Investido de nuevo con la propia miseria, ya en el duro asfalto, Mr. Hyde se ve impelido a disparar. Esta vez lo har¨¢ contra un cajero. Despu¨¦s huir¨¢ a regenerarse en otro viaje por las entra?as de la ciudad. Y as¨ª sucesivamente.
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