Jeroen Krabb¨¦ explora con emoci¨®n las huellas de la permanencia del holocausto en Europa
'El pa¨ªs del silencio' confirma la progresiva p¨¦rdida de identidad del cine ruso
ENVIADO ESPECIAL Las maletas perdidas, primera pel¨ªcula que dirige el actor holand¨¦s Jeroen Krabb¨¦, fue recibida ayer calurosamente en el festival berlin¨¦s. Lleva dentro un abordaje sencillo de un asunto que no lo es: las huellas que los jud¨ªos europeos supervivientes del Holocausto han dejado en la conciencia de sus descendientes. Krabb¨¦, que es jud¨ªo, sabe de qu¨¦ habla y esto se nota en la pantalla. Deja en cambio indiferente El pa¨ªs del silencio, de Valeri Todorovski, que confirma la galopante p¨¦rdida de identidad que padece el cine ruso.
El aspecto obstinado e inteligente que Krabb¨¦ ofrece en sus interpretaciones, lo mismo dirigido, por Paul Verhoeven que por Barbra Streisand, Chris Menges, John Irving y otros realizadores de las dos orillas del Atl¨¢ntico, se confirma cuando en Las maletas perdidas se oculta detr¨¢s de la c¨¢mara, proyecta generosidad sobre la pantalla y luego, cuando le preguntan por qu¨¦ y c¨®mo se ha metido en esa aventura, lo cuenta con gran precisi¨®n y elegancia."Acept¨¦ interpretar Las maletas perdidas", recuerda, "porque conoc¨ªa la novela de Carl Friedman y luego, al leer el gui¨®n de Edwin de Vries, porque me di cuenta de que me concern¨ªa personalmente y no quise arriesgarme a que el director me arrinconase en la pasividad. Yo no pod¨ªa quedarme con los brazos cruzados en un asunto que he vivido en mi infancia, en los a?os cincuenta, porque provengo de una familia jud¨ªa de Amsterdam, de la que s¨®lo una persona, mi madre, sobrevivi¨® al Holocausto. De eso trata la pel¨ªcula y por eso quise dirigirla yo".
Y lo hizo. Con pudor, con equilibrio entre la emoci¨®n y el tacto, procurando que su mirada pasase inadvertida y no incurriese en excesos de presencia. Incluso detr¨¢s de la c¨¢mara, Krabb¨¦ sigue siendo actor, persona consciente de que ante los focos se est¨¢ dejando la piel. Las maletas p¨¦rdidas es una pel¨ªcula de personajes y por ello de actores. Isabella Rossellini, Topol, Laura Fraser, Maximilian Schell y el propio Krabb¨¦, cuando sale a escena, son los portadores de las riendas del relato, los ejes alrededor de los que gira la sombra silenciosa de la conciencia del Holocausto, cuesti¨®n para este actor, y circunstancial director, obviamente sagrada.
"Los int¨¦rpretes", dice Marianne Saegebrecht, "aunque llevamos Las maletas perdidas en su pasado por otras personas, nos movemos por dentro y experimentamos modificaciones mientras encarnamos el infortunio y el silencio de estas gentes, porque nos esforzamos en hacer nuestro el enigma que ellos arrastran". Dice bien la actriz alemana. Y a?ade Krabb¨¦: "No hay respuesta posible a este enigma. Ante el Holocausto s¨®lo el silencio dice algo, alcanza alg¨²n grado de elocuencia. Aquella espantosa tragedia deposit¨® en la conciencia de los supervivientes una mudez tan intensa que yo mismo, que la viv¨ª de cerca, no pude sacar una sola palabra de ella en la escena en que mi personaje intenta, y s¨®lo consigue contener un sollozo, explicar a la muchacha que cuida a su hijo por qu¨¦ ¨¦ste, aun sabiendo ha blar, ha decidido adoptar el silencio como su idioma, pese a tener s¨®lo cinco a?os".
Interioridad
Esta met¨¢fora, o este enigma del ni?o silencioso, es la llave de acceso a la interioridad de la pel¨ªcula. Porque Las maletas perdidas es m¨¢s que una ficci¨®n con ambiciones de reflejo realista de la vida cotidiana de un pu?ado de supervivientes del Holocausto y sus familias en el barrio jud¨ªo de la ciudad de Amberes, B¨¦lgica, a mediados de los a?os setenta. Es tambi¨¦n, y sobre todo, la indagaci¨®n, dentro de esa met¨¢fora o de ese enigma encarnado por un ni?o que no habla sin ser mudo, de la persistencia, ya casi con car¨¢cter de gen¨¦tica, del Holocausto en la conciencia del pueblo jud¨ªo europeo, alertada por el resurgir del fascismo en sus alrededores, otra vez convertidos en el territorio de la Bestia.Las maletas perdidas es una pel¨ªcula mod¨¦lica dentro del apartado de las dirigidas por actores. Hay algo en estas pel¨ªculas, una especie de soltura en los int¨¦rpretes, que s¨®lo cuando hay un colega suyo detr¨¢s de las c¨¢maras es posible percibir. La capacidad del actor convertido en director para ponerse dentro del pellejo de los que componen el reparto es utilizada por Krabb¨¦ con un derroche de sentido de la sencillez y de la generosidad, lo que convierte a los actores en verdaderos autores de esta pel¨ªcula y en fuente de la carga de ideas y emociones que lleva dentro.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.