Silencio nada elocuente

Si en Las maletas perdidas alguien describe a un superviviente del Holocausto como "un hombre que huye silenciosamente en busca de s¨ª mismo", algo parecido les ocurre a las dos chicas de la pel¨ªcula rusa El pa¨ªs del silencio, con la diferencia de que ¨¦stas huyen metiendo todo el ruido que quieren porque de lo que escapan es de una mafia, as¨ª como suena, de sordomudos.Y si el Holocausto, seg¨²n dice Krabb¨¦, est¨¢ instalado en la conciencia de Europa, lo que parece instalarse en la conciencia del cine ruso es Hollywood, que tiene tambi¨¦n algo de holocausto, con min¨²scula, para el anta?o vigoroso cine sovi¨¦tico, que hoy parece haber perdido la identidad por completo.

El pa¨ªs del silencio es un thriller bastante retorcido e impotente, que quiere redimirse con un poquito de crimen mezclado con unas gotas de cursiler¨ªa, combinaci¨®n que no funciona porque a los cineastas rusos siempre les fue mejor metidos en trigales que en puticlubs. Y si en Venecia, hace cinco meses, la estupenda pel¨ªcula de Pavel Chujrai El ladr¨®n nos esperanz¨® en que el cine ruso comenzaba a ponerse a la gloriosa altura de su pasado sovi¨¦tico, El pa¨ªs del silencio echa a rodar por los suelos esta esperanza, porque Valeri Todorovski, su director, pretende armar la bronca con un bocadillo entre modernez y lirismo sin otra cosa que el vac¨ªo puro y duro dentro.