Nos gusta
Recorr¨ªa distra¨ªdo un texto sobre la existencia cuando perd¨ª pie y ca¨ª en el interior de un par¨¦ntesis al que llegaba sin problemas la luz de la oraci¨®n principal, pues no era muy profundo. Avanc¨¦ seguro de reconocer el camino, pero me extravi¨¦ en una subordinada, y al decidir volver sobre mis pasos rod¨¦ a un segundo nivel donde no se ve¨ªa nada. Se trataba de uno de esos par¨¦ntesis con s¨®tano, un poco laber¨ªnticos, en los que cuanto m¨¢s te acercas al final, m¨¢s te alejas de su sentido. Encend¨ª el mechero e intent¨¦ reconocer las caracter¨ªsticas gramaticales de la caverna, que eran muy familiares, por lo que pens¨¦ que, si conservaba la serenidad, encontrar¨ªa el camino de regreso.Tres semanas m¨¢s tarde, sin embargo, continuaba en el mismo sitio y me hab¨ªa adaptado a esa forma de existencia, que era como vivir en un inciso. Despu¨¦s llegaron otras personas que se hab¨ªan colado por la misma abertura y nos pas¨¢bamos el d¨ªa hablando a oscuras de lo que nos hab¨ªa conducido all¨ª, sin advertir que poco a poco nos desvi¨¢bamos del asunto principal, igual que cuando detr¨¢s de IU, por ejemplo, ponemos entre par¨¦ntesis Izquierda Unida y nos quedamos tan a gusto, como si una cosa tuviera que ver con la otra.
Un d¨ªa aparecieron los t¨¦cnicos y planificaron una ciudad con toda clase de servicios, pues ¨¦ramos muchos y hab¨ªa que buscar formas de gestionar la aclaraci¨®n que nos hab¨ªa reunido. Ahora somos una naci¨®n independiente, sin conciencia alguna de ap¨¦ndice explicativo. De hecho, nadie recuerda lo que se trataba de ilustrar cuando entramos aqu¨ª. Y es que no caen historiadores, o nos los comemos, seg¨²n. Los sabios dicen que m¨¢s que en un par¨¦ntesis nos hemos hundido en un espejo, y que no hacemos otra cosa que reflejar los gestos del discurso principal. Pero nos gusta.
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