El peligro indonesio
SUHARTO, QUE el pr¨®ximo mes aspira a renovar por s¨¦ptima vez su mandato presidencial, tras 30 a?os en el cargo, se ha convertido en un peligro para Indonesia. No s¨®lo no toma las medidas adecuadas para corregir o aliviar la crisis econ¨®mica aguda que castiga al pa¨ªs, sino que alerta al Ej¨¦rcito para que se prepare a intervenir si prosiguen las revueltas sociales derivadas de ella. S¨®lo parece defender sus propios intereses, y en ese af¨¢n ha destituido al gobernador del banco central y rechazado parte de las recomendaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI), lo que pone en peligro el pr¨¦stamo internacional de 43.000 millones de d¨®lares que preparaba el FMI para ayudar a Indonesia a salir de sus enormes problemas econ¨®micos y sociales.La crisis de Indonesia puede tener graves repercusiones econ¨®micas, pol¨ªticas y sociales en toda la regi¨®n. No s¨®lo es el pa¨ªs m¨¢s poblado del sureste asi¨¢tico, con sus m¨¢s de 200 millones de habitantes, en su mayor¨ªa musulmanes, sino que cuenta con una importante minor¨ªa China con influencia econ¨®mica en el sector privado. Contra ella se han dirigido en parte las manifestaciones recientes. Son numerosos los chinos ¨¦tnicos que han emprendido el camino del ¨¦xodo, lo que podr¨ªa privar a Indonesia de un elemento b¨¢sico de su estructura econ¨®mica. Las protestas contra esta minor¨ªa podr¨ªan afectar a las relaciones de Indonesia con Pek¨ªn y con una econom¨ªa vecina, peque?a pero importante y a¨²n s¨®lida, como la de Singapur, cuyos habitantes son en su mayor¨ªa chinos. Las tensiones en la sociedad indonesia pueden repercutir en toda la regi¨®n, ya de por s¨ª sometida a grandes problemas.
Las manifestaciones han estallado a ra¨ªz del tremendo repunte inflacionista, los cierres de empresas y el galopante paro, que puede crecer este a?o de uno a tres millones, a lo que hay que sumar los incendios y la sequ¨ªa, que han provocado un enorme d¨¦ficit en cereales e incluso signos de hambruna localizada. Los brotes de protesta han sido duramente reprimidos por la polic¨ªa, que ha causado var¨ªas muertes.
Si Suharto se guiara por el inter¨¦s nacional, su actitud tendr¨ªa mayor justificaci¨®n. Pero su apego a la estabilidad de la moneda -la rupia indonesia, que ha perdido tres cuartas partes de su valor en ocho meses- parece vinculado m¨¢s bien a su inter¨¦s personal por defender el valor de su propia fortuna y la de su familia. De hecho, el origen de la disputa con el destituido gobernador del Banco de Indonesia, Sudrajad Djiwandono, est¨¢ en que ¨¦ste se enfrent¨® en repetidas ocasiones a los intereses econ¨®micos directos de los hijos d¨¦ Suharto, en un pa¨ªs en el que el Estado y la familia del presidente siguen confundi¨¦ndose y tienen v¨ªnculos de una enorme dimensi¨®n. Suharto y sus familiares poseen directa o indirectamente una parte importante de la riqueza nacional y est¨¢n en puestos de mando, ya sea en ministerios o en las propias Fuerzas Armadas, cuyas tropas especiales est¨¢n encabezadas por un yerno suyo.
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