Regenerar en vez de reparar o de reemplazar
La odontolog¨ªa en la ¨¦poca de Ast¨¦rix y Ob¨¦lix era bastante rudimentaria. A principios de a?o, Eric Crub¨¦zy y su equipo de la Universidad de Toulouse describieron un caso en que, en la Francia galo-romana del siglo segundo, un premolar superior perdido fue sustituido por una clavija de hierro cuidadosamente trabajada y clavada en su sitio con un martillo. El diente falso fue todo un ¨¦xito, soldado, perfectamente al hueso de la mand¨ªbula, y se adelanta, casi dos mil a?os, a las tendencias modernas quir¨²rgicas a encontrar materiales que imitan lo mejor posible la acci¨®n de materiales naturales (como el hueso).En los ¨²ltimos 20 a?os m¨¢s o menos, el objetivo ha sido sustituir partes defectuosas por materiales fuertes, resistentes e inertes que el organismo no rechazase como rechaza los ¨®rganos trasplantados. Esta estrategia ha tenido dernasiado ¨¦xito. ?C¨®mo es posible? Fij¨¦monos en el caso t¨ªpico de la operaci¨®n de sustituci¨®n de cadera, mediante la cual las caderas fr¨¢giles, desgastadas y rotas de personas mayores son susitituidas por una articulaci¨®n de r¨®tula de cer¨¢mica muy resistente unida a una ca?a met¨¢lica de acero inoxidable o de titanio que encaja en una glena de poliuretano. Esa clase de tratamiento es demasiado bueno para una abuela. Con una cadera nueva que parece una pieza de un reactor de ¨²ltima generaci¨®n, un repuesto que absorber¨¢ todas las tensiones provocadas al caminar, sus propios huesos se relajar¨¢n y se reabsorber¨¢n a s¨ª mismos. La pr¨®tesis se soltar¨¢ y podr¨ªa ser necesario volver a operar.
En realidad, el problema se debe a la concepci¨®n del organismo como una simple m¨¢quina cuyas partes esencialmente est¨¢ticas pueden ser sustituidas por otras artificiales. Pero el organismo es algo en continuo cambio que responde en cada momento, a circunstancias cambiantes. Los huesos no son ninguna excepci¨®n. Cuando est¨¢n sometidos a alguna tensi¨®n se refuerzan a s¨ª mismos desarroll¨¢ndose m¨¢s all¨ª donde sea necesario. Cuando cesa la tensi¨®n, el hueso se atrofia.
Ante este dilema, los investigadores han adoptado una nueva filosof¨ªa. Hay que dise?ar pr¨®tesis activas que funcionen con el organismo: pr¨®tesis que permitan que el hueso o el tejido se reparen por s¨ª solos sin ser tan buenas que ni el hueso ni el tejido se molesten siquiera en intentar competir. Una soluci¨®n es encontrar materiales porosos. En lugar de proporcionar un repuesto directo del hueso o el tejido, aportan una estructura en la que puede crecer el propio tejido del organismo. Para ello se pueden utilizar muchas sustancias diferentes, como el caucho de silicona, pol¨ªmeros como el poliuretano, metales como el aluminio o el titanio cubiertos de cer¨¢mica, o estas cer¨¢micas solas, as¨ª como el coral natural, que tiene la estructura porosa ideal. El problema es que ninguno de estos materiales funciona tan bien cono el hueso aut¨¦ntico.
Una nueva generaci¨®n de huesos sint¨¦ticos favorece la uni¨®n qu¨ªmica con el hueso natural para formar un repuesto verdaderamente duradero. Entre estos materiales se encuentran los compuestos de vidrio de s¨ªlice con distintos ¨®xidos y cer¨¢micas, y el hidroxiapatito, el mineral del que est¨¢ hecho el hueso. Los implantes de hidroxiapatito han sido utilizados satisfactoriamente en la cirug¨ªa del o¨ªdo y de los dientes. Pero una plancha de hidroxiapatito nunca podr¨¢ reemplazar a un hueso que soporta peso cono el f¨¦mur. El hueso artificial ideal ser¨¢ un compuesto de muchos elementos diferentes.
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