Ariadna Gil debuta en el Teatre Lliure con una obra brutal de Edward Bond
'Salvats' cre¨® pol¨¦mica y signific¨® un hito en el teatro brit¨¢nico
Un texto muy duro. Momentos de violencia inimaginalbes. Paroxismos de brutalidad. ?stos son algunos de los calificativos que la obra del brit¨¢nico Edward Bond Salvats (Salvados), estrenada el mi¨¦rcoles en el Teatre Lliure de Barcelona, ha recibido por parte de los mismos responsables de su montaje. El espect¨¢culo, en traducci¨®n catalana de Guillem-Jordi Graells y con direcci¨®n de Josep Maria Mestres, se estrenar¨¢ el mi¨¦rcoles en la sala de Gr¨¤cia. Salvats, obra terrible que marc¨® una etapa en el teatro brit¨¢nico, significa el debut en el prestigioso Lliure de la actriz Ariadna Gil, protagonista del montaje.
Salvats, estrenada en Londres en 1965, tiene un momento especialmente espantoso en el que unos j¨®venes matan a pedradas a un beb¨¦ y luego orinan encima de ¨¦l y lo cubren de excrementos. Bond ha justificado la brutalidad de esta escena diciendo que ser¨ªa inmoral no escribir en nuestro tiempo sobre la violencia, y que la lapidaci¨®n de un beb¨¦ palidece al lado de las atrocidades nazis."Es una obra muy dura, sin medias tintas, no enga?amos a nadie", explic¨® Mestres en la presentaci¨®n del montaje, y revel¨® que ¨¦l mismo llora en ocasiones por la desolaci¨®n de la pieza. "Habla de una gente que vive en condiciones mis¨¦rrimas, econ¨®mica y moralmente hablando. Habla de la brutalidad, brutalidad fisica, pero tambi¨¦n aquella que atenta contra la dignidad de la persona". En la obra, "Bond analiza la causa de esta violencia, que es lo que verdaderamente le interesa".
Los protagonistas de la pieza son una pareja joven, Pam (Ariadna Gil) y Len (Julio Manrique), de un barrio s¨®rdido del sur de Londres. ?l quiere salir del pozo de miseria humana que les rodea. No tiene capacidad para esa fuga y entonces trata de mejorar en la medida de lo posible su mundo brutal e insolidario. "?se es un punto de esperanza de la pieza", dice el director, "pese a que Len no es sino irresponsablemente positivo y su actitud es intuitiva y visceral".
Graells consider¨® vergonzoso que un autor como Bond -del que en 1994 se mont¨® en Avi?¨®n con todo los honores su trilog¨ªa The war plays- sea un desconocido para el teatro espa?ol. "Sorprende que nadie haya estrenado aqu¨ª a un autor de los m¨¢s importantes de Gran Breta?a y Europa", dijo. Explic¨® que Salvats es la obra emblem¨¢tica de Bond y que forma parte ya de la historia del teatro brit¨¢nico: las dificultades que tuvo con la censura -a causa principalmente de la escena citada al principio- desembocaron en la desaparici¨®n de ese control en el Reino Unido. Pero no hacemos Salvats porque sea un cl¨¢sico, que lo es", matiz¨®, "sino porque es absolutamente actual y mantiene su condici¨®n de revulsivo. Es una obra que parece pensada para este momento, en el que no es verdad que Espa?a vaya bien, que Catalu?a vaya bien, que Europa vaya bien. Existen los mismos problemas de los a?os sesenta que retrat¨® Bond, exacerbados".
Graells a?adi¨® que, formalmente, Salvats es, adem¨¢s, una obra que se avanz¨® a su tiempo. El montaje catal¨¢n ha mantenido las coordenadas de espacio y tiempo de la obra: "Transcurre en Londres en los a?os sesenta, porque de traerla a nuestra d¨¦cada hubi¨¦ramos tenido que hacer referencias a una problem¨¢tica, la de la droga, que no exist¨ªa entonces".
De la violencia en el montaje, Mestres y Graells dijeron que no es a lo Tarantino. "Es m¨¢s lo que imaginas que lo que ves", explic¨® el director. Graells opina que no se trata de una violencia gratuita, "aunque llega a momentos de paroxismo inimaginable". Esa violencia "es la ¨²nica v¨¢lvula de escape de una gente que no tiene otra manera de canalizar sus emociones".
Salvats es una coproducci¨®n del Teatre Lliure y Zitz¨¤nia Teatre.
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