Barea exige una ley que impida modificar el gasto p¨²blico aprobado en el Parlamento

El director de la Oficina Presupuestaria, Jos¨¦ Barea, propuso ayer una reforma en profundidad de la Ley General Presupuestaria, y que la nueva norma impida modificar el nivel de gasto p¨²blico probado por el Parlamento, as¨ª como que las iniciativas de gasto se adopten en la Presidencia del Gobierno y en el Ministerio de Econom¨ªa, y no de forma colegiada entre todos los ministros. El profesor Barea elev¨® la previsi¨®n del producto interior bruto (PIB) para 1998 hasta el 3,6%-3,7%, frente al 3,4% calculado por el Ejecutivo.

El director de la Oficina Presupuestaria aboga porque no se pueda modificar el gasto, eliminando las incorporaciones de cr¨¦dito de ejercicios anteriores y el concepto de cr¨¦ditos ampliables, y porque no se admitan cambios autom¨¢ticos en funci¨®n de la evoluci¨®n de los precios en el coste de determinados servicios o en las remuneraciones de personal.En un curso de la Asociaci¨®n de Periodistas de Informaci¨®n Econ¨®mica (APIE), Barea defendi¨® la necesidad de una modificaci¨®n profunda en ese sentido de la Ley General Presupuestaria. Tambi¨¦n propone que las decisiones de gasto se adopten por la Presidencia del Gobierno y de Econom¨ªa, y no por el conjunto de los Ministerios.

El profesor Barea entiende que debe haber un sistema de gesti¨®n p¨²blica por objetivos y de control por resultados, lo que requiere, dijo, descentralizar las tomas de decisiones, responsabilizando de la gesti¨®n a los ¨®rganos que deciden, y consider¨® que es preciso arbitrar un sistema de retribuciones en la funci¨®n p¨²blica capaz de incentivar por la consecuci¨®n de objetivos.

Otra propuesta suya consiste en la creaci¨®n de "una comisi¨®n de la deuda", formada por expertos independientes con un nivel de autonom¨ªa similar al del Banco de Espa?a, que fijen el l¨ªmite m¨¢ximo de variaci¨®n del saldo neto de deuda en circulaci¨®n, techo que no podr¨ªa ser modificado ni por el Parlamento ni por el Gobierno.

Finalmente, Barea se mostr¨® de acuerdo con una reducci¨®n de la recaudaci¨®n p¨²blica derivada de la reforma del IRPF si se respeta el Programa de Convergencia, que establece una diminuci¨®n de la presi¨®n fiscal de dos d¨¦cimas en 1999 y de otras dos d¨¦cimas en el a?o 2000.

El Ecofin abord¨® tambi¨¦n ayer el cumplimiento de los criterios de Convergencia. All¨ª, el ministro italiano del Tesoro, Carlo Azeglio Ciampi, super¨® el primero de los numerosos ex¨¢menes que debe afrontar su pa¨ªs en las pr¨®ximas semanas para conseguir su ingreso en el cuadro de honor europeo, el euro, informa Walter Oppenheimer. Ante sus colegas del Ecofin afirm¨® que el d¨¦ficit p¨²blico de Italia caer¨¢ al 2,6% este a?o y se situar¨¢ en el 1,2% del PIB en el a?o 2001. La deuda p¨²blica, asegur¨®, se ir¨¢ recortando un 3% anual. Hasta el halc¨®n del Ecofin, el holand¨¦s Gerryt Zalm, elogi¨® las "constructivas explicaciones de Clampi".

Hasta el d¨ªa de la criba final, en el pr¨®ximo puente del Primero de Mayo, las cuentas italianas van a ser examinadas con lupa por la Comisi¨®n Europea, por el Instituto Moneario Europeo (IME), por el Ecofin y por algunos bancos centrales, que ya han anunciado que har¨¢n p¨²blico su punto de vista particular sobre qu¨¦ pa¨ªses deber¨¢n integrar la primera hornada del euro.

Por eso Ciampi se apresur¨® ayer a transmitir a sus colegas una proyecci¨®n actualizada de c¨®mo evolucionar¨¢n las cuentas p¨²blicas italianas en el futuro inmediato. El ministro del Tesoro asegur¨® a sus colegas que Italia acabar¨¢ el ejercicio de 1998 con un d¨¦ficit p¨²blico del 2,6% (dos d¨¦cimas menos de lo previsto hasta ahora), una inflaci¨®n del 1,9% (en lugar del 2,5%) y que la deuda p¨²blica ir¨¢ cayendo a raz¨®n de un 3% anual al menos hasta el 2001, lo que permitir¨ªa dejar la tasa en torno al 105%. En ese a?o el d¨¦ficit deber¨¢ haber ca¨ªdo hasta el 2,1 %.

"Nuestra fuerza son los datos concretos y la estabilidad de dos a?os de Gobierno", afirm¨® Carlo Azeglio Ciampi.