No sabe, no contesta

EN MATERIA de modos democr¨¢ticos, las buenas promesas que se hacen en la oposici¨®n pocas veces resisten la prueba del poder. El PP, tan exigente con las ocultaciones del Gobierno socialista, prometi¨® que gobernar¨ªa con un nuevo estilo basado en la transparencia y en la asunci¨®n de responsabilidades. A la hora de la verdad se parapeta en los reglamentos y esquiva los focos sin rubor, confirmando que ha tardado poco tiempo en asumir la tendencia al secretismo y a la negaci¨®n de la informaci¨®n, tan caracter¨ªsticas de los que gobiernan.En 1994, el polic¨ªa Amedo, condenado por su participaci¨®n en los GAL, despu¨¦s de establecer contactos a trav¨¦s de su abogado con el director de El Mundo, Pedro J. Ram¨ªrez -siempre en la trama m¨¢s oscura de las historias-, y con el entonces secretario general del Partido Popular, Francisco ?lvarez Cascos, hizo una declaraci¨®n voluntaria ante el juez, en la que cambi¨® sus testimonios anteriores; fue un giro judicial a los asuntos del terrorismo de Estado, cuyas consecuencias se viven hoy en el Tribunal Supremo. Estos contactos no pueden ser considerados irrelevantes. Las nuevas declaraciones de Amedo llevaron ante los tribunales a la c¨²pula de Interior del primer Gobierno socialista. La denuncia de Luis Mar¨ªa Anson, ex director de Abc, de una trama para derribar a Felipe Gonz¨¢lez ha dado relieve e importancia al encuentro de ?lvarez Cascos con los representantes de Amedo, con la mediaci¨®n de Ram¨ªrez.

Es leg¨ªtimo que la oposici¨®n pregunte sobre una reuni¨®n secreta en la que el hoy vicepresidente pudo haber adquirido compromisos para cuando el PP llegara al Gobierno. Desde que Anson hizo sus revelaciones, ?lvarez Cascos ha mantenido un elocuente silencio, que contrasta con su tendencia natural al griter¨ªo. El silencio se ha hecho extensivo al Parlamento. El Gobierno ha presionado a las dos C¨¢maras para que no se atendieran las peticiones de explicaci¨®n. Los populares apelan a la libertad de reuni¨®n y dicen que Cascos no tiene por qu¨¦ dar cuenta de algo que hizo antes de formar parte del Gobierno. CiU, con su conocida ambig¨¹edad, ha acudido una vez m¨¢s en apoyo verbal de la oposici¨®n, pero ha salvado parlamentariamente al Gobierno. Sin embargo, Molins ha reconocido que era de inter¨¦s para la C¨¢mara saber si Cascos "tiene alg¨²n compromiso adquirido en el pasado". El vicepresidente no puede rehuir esta cuesti¨®n. Amedo cambi¨® de rumbo; no es absurdo sospechar que recibiera alguna promesa o insinuaci¨®n.

Dos cosas est¨¢n claras: que la reuni¨®n entre Cascos y el abogado de Amedo (con Ram¨ªrez en medio) existi¨® -el vicepresidente ya lo ha aceptado impl¨ªcitamente y que el PP ha olvidado r¨¢pidamente sus buenos deseos de transparencia y de no obstrucci¨®n parlamentaria a la oposici¨®n. Aznar no parece tener otros argumentos -tampoco en este asunto- que acusar al PSOE de inventarse. ''fantasmas todos los d¨ªas", como afirm¨® ayer en el Congreso ante la nueva petici¨®n de aclaraciones hecha por la oposici¨®n, o calificar de "colosal estupidez" los indicios de conspiraci¨®n. Mientras, Cascos, anta?o fustigador de los silencios socialistas, se parapeta en un vergonzante "no sabe, no contesta".