CASA pugna por entrar en el n¨²cleo decisorio de la industria aeron¨¢utica europea surgida de Airbus

La empresa espa?ola Construcciones Aeron¨¢uticas (CASA) est¨¢ pugnando por lograr que su peso en los ¨®rganos de decisi¨®n de la nueva compa?¨ªa aeron¨¢utica europea, fruto de la reconversi¨®n en sociedad an¨®nima del consorcio Airbus, sea superior al 4,2% que ahora tiene. El Gobierno, que respalda plenamente las aspiraciones de CASA, teme que Espa?a quede relegada en la futura industria aeroespacial y militar, sin capacidad de influir en las decisiones estrat¨¦gicas. El pr¨®ximo d¨ªa 31 acaba el plazo para presentar el dise?o y el calendario de la reestructuraci¨®n.

El proceso, que se ha acelerado tras el anuncio de fusi¨®n de los dos gigantes norteamericanos Boeing y McDonnell Douglas, no ha podido iniciarse con peores presagios para Espa?a.El pasado 9 de diciembre, los gobiernos de Francia, Alemania y Reino Unido difundieron un comunicado en el que expresaban la "urgente necesidad de reorganizar las actividades civiles y militares de las industrias aeroespacial y de electr¨®nica de defensa europeas y proceder a su integraci¨®n".

Al mismo tiempo, encargaron a sus respectivas empresas -Aeroespatiale (con un 37,9% de Airbus), DASA (37,9%) y British Aerospace (20%)- que presentaran "un plan con una programaci¨®n temporal clara y detallada de los hitos de esta reestructuraci¨®n e integraci¨®n el 31 de marzo de 1998". A pesar de que CASA tiene una participaci¨®n minoritaria en Airbus, el Gobierno espa?ol no fue invitado a participar en la redacci¨®n del comunicado y tuvo que adherirse verbalmente. Los embajadores de Espa?a, Italia y Suecia se reunieron el pasado 23 de enero con el coordinador de temas aeroespaciales del Ministerio de Transportes alem¨¢n, Norbert Lammert, para protestar por su exclusi¨®n. El diplom¨¢tico espa?ol, Jos¨¦ Pedro Sebasti¨¢n de ?rice, hizo notar adem¨¢s que la posici¨®n de Espa?a no es homologable a la de los otros dos pa¨ªses, que no son socios de Airbus, aunque Italia ha mostrado inter¨¦s por tomar una participaci¨®n de hasta el l0%.

Intervenci¨®n de Aznar

Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar transmiti¨® su malestar a los primeros ministros brit¨¢nico y franc¨¦s, Tony Blair y Lionel Jospin, y este asunto fue uno de los ejes centrales de la reciente cumbre de El Escorial (Madrid) con Helmut Kohl. Sin embargo, en la rueda prensa final, s¨®lo el presidente espa?ol aludi¨® al problema y en t¨¦rminos muy vagos. "Somos capaces", dijo, "de ponernos de acuerdo en lo que significan intercambios de ideas respecto a lo que debe ser la futura industria de, aeron¨¢utica europea, civil y militar, en la cual compartimos plenamente nuestros criterios".Con estos precedentes poco halag¨¹e?os, se comprende la preocupaci¨®n espa?ola por su futuro papel en Airbus. Si el consorcio se transforma en sociedad an¨®nima, la decisiones ya no se adoptar¨¢n por consenso sino por mayor¨ªa y el 4,2% de CASA resultar¨¢ irrelevante.

Por eso, el Gobierno de Madrid apuesta por ampliar las actividades de la futura compa?¨ªa al campo militar, haciendo valer la mayor participaci¨®n espa?ola en proyectos como el caza EF-2000 (13%). Esta pretensi¨®n tropieza con la oposici¨®n de Francia, que no participa en el EF-2000, por lo que es dif¨ªcil que prospere, al menos en una primera fase.

Espa?a tambi¨¦n ha puesto sobre la mesa su cartera de pedidos y no es casual el momento elegido para que Iberia anunciara, a principios de febrero, la compra de 76 aviones Airbus por 3.000 millones de d¨®lares (unos 450.000 millones de pesetas).

Adem¨¢s, el Ministerio de Defensa ha manifestado su intenci¨®n de adquirir 36 unidades, el 12,5% del total, del FLA (Future Large Aircraft), el avi¨®n de transporte militar competidor del C-130J de EE UU, que construir¨ªa la nueva Airbus Military Company, integrada por sus cuatro actuales socios m¨¢s Italia, Turqu¨ªa y, B¨¦lgica. Espa?a aspira a que la l¨ªnea de montaje del FLA, que ser¨ªa ¨²nica, al contrario de lo que sucede con el EF-2000, se instale en su territorio. Seg¨²n fuentes diplom¨¢ticas, Espa?a se ha incorporado, tras la cumbre de El Escorial, al dise?o del proyecto, aunque es escasa su capacidad para influir en el n¨²cleo duro que forman los otros tres socios. CASA, que mantiene un mutismo absoluto sobre la negociaci¨®n, s¨®lo admite que un equipo t¨¦cnico est¨¢ realizando una valoraci¨®n de la compa?¨ªa, que no se limita a su cuenta de resultados, sino a sus capacidades tecnol¨®gicas y a su liderazgo en algunos segmentos de mercado, como el transporte militar de tipo medio C-212 y CN-235.

La integraci¨®n de CASA en la nueva empresa europea resulta particularmente compleja, ya que, al contrario que sus hom¨®logas europeas de mayor tama?o, la segregaci¨®n de parte de sus activos para aportarlos a Airbus podr¨ªa dejar a la compa?¨ªa espa?ola remanente sin la masa cr¨ªtica necesaria para ser viable.

La alternativa de aportar s¨®lo capital a la nueva sociedad, adem¨¢s de su alto coste econ¨®mico, presenta el inconveniente de que no se podr¨ªa garantizar a largo plazo la carga de trabajo que recibe CASA de Airbus y que representa en torno al 30% de su facturaci¨®n.

Una de las soluciones que se barajan es el intercambio de acciones, de foriria que CASA se convierta en socio de la nueva Airbus y ¨¦sta a su vez tome una participaci¨®n significativa de CASA, lo que evitar¨ªa adem¨¢s un desembolso econ¨®mico por parte de la empresa espa?ola.