Las dos caras de la fiesta
Son las dos caras de la fiesta de los toros. El Cordob¨¦s sal¨ªa por la puerta grande mientras en la enfermer¨ªa de la plaza era atendido el pe¨®n de Jos¨¦ Antonio Canales Rivera, Ram¨®n Alvarado. El matador tambi¨¦n pas¨® por la enfermer¨ªa de la plaza, que abandon¨® por su propio pie. A Ram¨®n Alvarado lo atendi¨® el doctor Gustavo Traver de una cornada en el gemelo de la pierna derecha. El desaguisado lo hizo el sexto, un manso que sac¨® el genio de la casta y que en una oleada se llev¨® por delante a Canales y a su pe¨®n.Por lo que hace al festejo, los toros de Joaqu¨ªn N¨²?ez, en general, dieron espect¨¢culo y tuvieron movilidad y sacaron casta. Ortega Cano, en la que se supone es la despedida en Castell¨®n, hizo una lucida faena por los dos pitones en su primero destacando dos series con la derecha. Mat¨® de estocada algo trasera y despu¨¦s de una gran petici¨®n tuvo que dar dos vueltas al anillo. En el segundo no pas¨® de discreto y mat¨® de un bajonazo infame.
N¨²?ez / Ortega, D¨ªaz, Canales
Toros de Joaqu¨ªn N¨²?ez, encastados, destacando 2?, 4? y 5?; manso, el 6?.Ortega Cano: ovaci¨®n y dos vueltas; silencio. El Cordob¨¦s: oreja en los dos; sali¨® por la puerta grande. Canales Rivera: ovaci¨®n y silencio. Ram¨®n Alvarado, de la cuadrilla de Canales, result¨® cogido por el 6?. Sufri¨® una cornada en el gemelo de la pierna derecha. Plaza de Castell¨®n, 19 de marzo. 5? de feria. Dos tercios de entrada.
El Cordob¨¦s se llev¨® los dos mejores toros de la corrida. Con las banderillas se desmonteraron El Pere y Pacheco. El Cordob¨¦s, en su primero, tore¨® en redondo con la derecha y hasta templ¨®. Templanza que perdi¨® cuando se fue hacia las gradas de sol a hacer espect¨¢culo. Como matara con efectividad se llev¨® la primera oreja de la corrida. En el segundo la faena la bas¨® en la derecha ya que por el pit¨®n izquierdo el toro se quedaba corto. Despu¨¦s de dar tandas serias y de buena factura se fue de nuevo a sol a hacer lo que parece inevitable: el salto de la rana.
A Canales Rivera no le pudo tocar peor lote. Menos mal que pudo salir por su pie y contarlo.
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