Ni compra de votos ni 'merienda de negros'
En el ¨²ltimo Consejo de Ministros celebrado en 1997 qued¨® aprobado y listo para su env¨ªo al Parlamento (donde se halla actualmente en tramitaci¨®n) el proyecto de ley de devoluci¨®n del patrimonio incautado por motivos pol¨ªticos a ra¨ªz de la guerra civil espa?ola de nuestro siglo. La aprobaci¨®n de esta ley es una de las cl¨¢usulas del pacto en virtud del cual el Partido Nacionalista Vasco (PNV) apoya con sus votos al actual Gobierno en el Congreso de los Diputados. Dado que el PNV es una de las entidades que deben beneficiarse de la aplicaci¨®n de esa ley, cuando el contenido de tal cl¨¢usula se dio a conocer, la operaci¨®n revest¨ªa la nada edificante apariencia de una compra de votos, con la circunstancia agravante de que los votos de los parlamentarios peneuvistas iba a pagarlos el PP, no de su propio bolsillo, sino con cargo a la Hacienda p¨²blica, bolsillo de todos los espa?oles. Por eso se dieron enseguida aclaraciones diciendo que se trataba de una medida de equidad y, como tal, beneficiosa para todos los partidos injustamente perjudicados, as¨ª como para otras entidades expoliadas en su d¨ªa por el imaginario delito de haber profesado ideas y/u observado conductas juzgadas perniciosas por los prepotentes expoliadores.
Pero ahora resulta que, seg¨²n parece, el proyecto de ley prev¨¦ que se indemnice o devuelva ¨²nicamente a partidos pol¨ªticos, menospreciando ol¨ªmpica y c¨ªnicamente a las dem¨¢s entidades perjudicadas. Y resulta igualmente que se excluyen de la justa restituci¨®n aquellos bienes que, aun perteneciendo de hecho a los partidos, figuraban en el registro como propiedad de terceros, lo que -?oh casualidad!- parece ser el caso, principalmente, de los inmuebles pertenecientes al PSOE.
Por otra parte, desde que se cerr¨® el pacto de 1996 entre el PNV y el PP, se viene insistiendo mucho en la importancia que para los peneuvistas tiene, dado su gran valor, la indemnizaci¨®n por (ya que ser¨ªa dificil¨ªsima la recuperaci¨®n de) la magn¨ªfica finca urbana se?alada con el n¨²mero 11 de la avenida Marceau, de Par¨ªs, actualmente sede del Instituto Cervantes en la capital francesa. Pues bien: pese a que se habla y se escribe sobre ese inmueble como si hubiese sido una pertenencia del PNV, la verdad es que lo fue de la regi¨®n aut¨®noma del Pa¨ªs Vasco, constituida como tal durante nuestra guerra civil en virtud del Estatuto de Autonom¨ªa aprobado el 1 de octubre de 1936, y cuyo Gobierno (presidido siempre por peneuvistas, pero constituido tambi¨¦n por miembros de otros partidos; y representante no del PNV, sino de la regi¨®n aut¨®noma compuesta por las provincias de ?lava, Guip¨²zcoa y Vizcaya), tuvo su sede en ese edificio hasta que, cumpliendo una sentencia judicial, el Gobierno franc¨¦s, insistentemente presionado por el de Espa?a, se incaut¨® de ¨¦l y se lo entreg¨® al Estado espa?ol el 28 de junio de 1951. Luego si a alguien debe devolverse esa finca, o indemnizarse por su incautaci¨®n, no es al PNV, sino a la comunidad aut¨®noma del Pa¨ªs Vasco, leg¨ªtima sucesora y heredera de la entidad expoliada.
Y las cosas no paran ah¨ª. Porque ni la regi¨®n aut¨®noma ni el Gobierno que la representaba figuraban como due?os del inmueble de la avenida Marceau. ?ste se hallaba inscrito en el registro a nombre de la sociedad Finances et Entreprises, constituida el 10 de febrero de 1939 (cuando nuestra guerra civil estaba terminando) y dotada de unos fondos que, en realidad, pertenec¨ªan al Gobierno aut¨®nomo vasco, el cual ten¨ªa una delegaci¨®n en Par¨ªs, cuyo tesorero, Agust¨ªn Alberro (arrendatario del piso en que dicha sociedad qued¨® domiciliada), fue designado administrador de la naciente entidad. Tres d¨ªas despu¨¦s, Finances et Entreprises adquiri¨® el edificio de la avenida de Marceau, y el 18 de diciembre siguiente lo arrend¨® a la Ligue Internationale des Amis des Basques (asociaci¨®n constituida en mayo de aquel a?o por un grupo de pol¨ªticos, intelectuales y otros particulares partidarios de la causa simbolizada y encarnada en el Gobierno aut¨®nomo, entonces presidido por Aguirre). La Ligue puso inmediatamente el local a disposici¨®n del Gobierno vasco, que era su propietario real.
En 1940, la representaci¨®n de Espa?a en Francia, con la colaboraci¨®n de las fuerzas alemanas de ocupaci¨®n, se incaut¨® del inmueble (y de la sede de la sociedad Finances et Entreprises). En 1944, un grupo de vascos exiliados se apoder¨® de ¨¦l en v¨ªsperas de la liberaci¨®n de Par¨ªs, volviendo a ocuparlo el Gobierno aut¨®nomo vasco y tambi¨¦n (en forma m¨¢s simb¨®lica que real) la entidad que figuraba como arrendataria, o sea, la Ligue. Entretanto, el Gobierno espa?ol hab¨ªa obtenido el secuestro de los bienes de Finances et Entreprises, todos los cuales (incluso el edificio de la avenida Marceau) fueron inscritos en el registro a nombre del Estado espa?ol en virtud de una sentencia del 21 de julio de 1943. Esta sentencia, dictada bajo la ocupaci¨®n alemana, fue recurrida despu¨¦s de la liberaci¨®n; pero el recurso fue desechado el 3 de abril de 1951. No sin resistirse y protestar, la Ligue, arrendataria nominal, hubo de evacuar el disputado inmueble. La Embajada de Espa?a instal¨® en ¨¦l sus servicios culturales.
Las Cortes deber¨ªan modificar ahora el proyecto del Gobierno de modo que tambi¨¦n sean devueltos los bienes que los partidos pose¨ªan por persona interpuesta, lo cual -seg¨²n parece- permitir¨ªa al PSOE beneficiarse en justicia de la nueva ley. No obstante, y aunque as¨ª desaparecer¨ªa la impresi¨®n de que se trata de una mera compra de votos, la operaci¨®n podr¨ªa con raz¨®n ser denunciada como una merienda de negros en la que los partidos pol¨ªticos acaparar¨ªan para s¨ª las restituciones, excluyendo de ellas a todos los dem¨¢s damnificados; lo cual redundar¨ªa probablemente en desprestigio del Parlamento y de los propios partidos. Importa, por ende, que no sean ¨¦stos los ¨²nicos beneficiarios de la ley. Lo que ya no se ve claramente es la martingala a que habr¨ªa que recurrir para atribuirle al PNV la indemnizaci¨®n o la devoluci¨®n correspondiente a un edificio que nunca fue suyo: el se?alado en Par¨ªs con el n¨²mero 11 de la avenida Marceau.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Pol¨ªtica nacional
- Opini¨®n
- Guerra civil espa?ola
- Financiaci¨®n partidos
- Francia
- Pol¨ªtica exterior
- EAJ-PNV
- Presidencia Gobierno
- Comunidades aut¨®nomas
- PSOE
- Europa occidental
- Franquismo
- Administraci¨®n auton¨®mica
- Pa¨ªs Vasco
- Europa
- Historia contempor¨¢nea
- Partidos pol¨ªticos
- Historia
- Relaciones exteriores
- Espa?a
- Administraci¨®n Estado
- Pol¨ªtica
- Administraci¨®n p¨²blica