Bob Dylan y los Rolling Stones se re¨²nen por Segunda vez en 30 a?os
Los m¨²sicos actuaron ante 70.000 personas en Buenos Aires
Se hab¨ªa cumplido una hora de actuaci¨®n de los Rolling Stones cuando, sin presentaci¨®n previa, Bob Dylan apareci¨® el s¨¢bado por la noche en el fara¨®nico escenario del estadio del River Plate. El momento provoc¨® el delirio de los casi 70.000 asistentes. Tocaron juntos Like a Rolling Stone, el himno dylaniano de 1965 que los Rolling acabaron por versionar en su disco Stripped (1995). Fueron apenas siete minutos inolvidables, en los que, Mick Jagger, Keith Richards y Ron Wood arroparon al legendario compositor de Minnesota.
Era la segunda vez que Dylan y los Rolling Stones cantaban juntos en sus m¨¢s de treinta a?os, de carrera musical. En 1995 tambi¨¦n interpretaron el mismo tema en un mismo escenario, en la ciudad francesa de Montpellier.La noche del s¨¢bado fue una verdadera fiesta musical en Buenos Aires, que congreg¨® a casi 100.000 personas repartidas en tres escenarios. Mientras en el campo del River Bob Dylan daba su primer concierto y los Rolling Stones el cuarto de la semana, el solista argentino del momento, Andr¨¦s Calamaro, llenaba el Luna Park ante 15.000 j¨®venes, y el grupo de bailarines, m¨²sicos y actores De La Guarda presentaba en el Vel¨®dromo su espect¨¢culo Doma, con un p¨²blico entregado de 14.000 personas.
El de Bob Dylan fue el segundo concierto que ofrece en Buenos Aires. Dur¨® 65 minutos exactos, en los que apenas cant¨® temas de su ¨²ltimo CD, Time out of mind, y s¨ª los cl¨¢sicos Lay lady lay, Just like a woman, Mr. Tambourine man, I shall be released o Tangled up in blue. Fue una actuaci¨®n sin aspavientos, contenida, sin utilizar ninguno de los efectos del show de los Rolling Stones, que entraron en acci¨®n una hora despu¨¦s sobre el mismo escenario. Dylan no permiti¨® que su actuaci¨®n fuera reproducida en la gigantesca pantalla ovalada instalada en el estadio. Su comportamiento hacia el p¨²blico fue fr¨ªo, acorde con la imagen hura?a que cultiva.
Una hora despu¨¦s del ¨²ltimo tema de Dylan, que no hizo ning¨²n bis el estadio del River estall¨®. Sonaron los primeros acordes de Satisfaction de la mano de Keith Richards, se levant¨® el tel¨®n de la pantalla gigante y empezaron los espectaculares juegos de luces. Los Rolling Stones entraban en escena. El montaje de la actual gira, tras la edici¨®n del disco Bridges to Babylon, es t¨¦cnicamente de mayores proporciones y m¨¢s espectacular que el de anteriores giras como Steel wheels y Voodoo Lounge. El grupo interpret¨® todos los cl¨¢sicos con aderezos del ¨²ltimo disco en dos tarimas comunicadas por una gran pasarela que surge del suelo del escenario.
"Soy yo"
Mick Jagger hizo alardes de sus conocimientos de espa?ol y fue el amo y se?or del escenario. S¨®lo en algunos temas, Keith Richards le disput¨® protagonismo.Antes de su cuarta actuaci¨®n en la capital argentina -anoche ofrecieron la quinta-, los Rolling Stones recibieron el t¨ªtulo de visitantes ilustres de Buenos Aires, la m¨¢xima condecoraci¨®n que la ciudad otorga a un extranjero. El jefe del gobierno de la ciudad y candidato presidencial por la Uni¨®n C¨ªvica Radical, Fernando de La R¨²a, visit¨® al grupo en sus camerinos del estadio. "Les abrimos nuestros corazones, y les pido que vuelvan siempre", dijo De La R¨²a, que a la hora de entregar las placas tuvo dificultades para identificar a Mick Jagger. "Soy yo", exclam¨® el l¨ªder del grupo levantando la mano.
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