El Racing para al Celta
El equipo c¨¢ntabro logr¨® dar la vuelta a un resultado adverso
El Racing par¨® los pies al imparable Celta, el mismo equipo que dio buena cuenta del Bar?a hace una semana. Su victoria, obtenida a base de coraje y de coraz¨®n, rompe el maleficio que persigue tenazmente al cuadro racinguista. Hac¨ªa siete jornadas que no ganaba un partido. La veleidosa rueda de la fortuna se puso, por una vez, de su lado.De este modo, pierde de vista la boca del lobo del descenso. Tras la ¨¦pica remontada de ayer, queda claro que el Racing a¨²n est¨¢ vivo y no parece dispuesto a hundirse en las arenas movedizas de la parte baja de la tabla. La victoria racinguista fue una vez m¨¢s el triunfo de la fuerza y de la desesperaci¨®n. Hasta el minuto 68, el cuadro c¨¢ntabro estaba a merced del Celta, que dominaba en el marcador y tambi¨¦n en el juego. Un cabezazo del uruguayo Correa obr¨® el milagro. Un equipo moribundo, un navegante sin br¨²jula que navegaba a la deriva, sac¨® fuerzas de no se sabe donde y se convirti¨® en un H¨¦rcules capaz de derribar la muralla defensiva construida por Jabo Irureta.
A partir del gol n¨²mero 14 del jugador uruguayo, aut¨¦ntico estandarte ofensivo del Racing, el cuadro c¨¢ntabro apret¨® los dientes, puso cerca al ¨¢rea viguesa y fruto de la pasi¨®n que animaba sus acciones lleg¨®-la victoria, tras un remate de cabeza del ruso Bestchasnyk.
Aunque las cosas llegan cuando tienen que llegar, el Celta perdi¨® consistencia defensiva tras la marcha por lesi¨®n del central Eggen, aut¨¦ntico baluarte, sobre todo, en el juego a¨¦reo. En su presencia, nadie fue capaz de rematar de cabeza como lo hicieron Correa y Bestchasnyk cuando el jugador vigu¨¦s ya no estaba en el campo.
Nando Yosu hab¨ªa puesto precio a la cabeza de Mazinho. La consigna era segar la hierba bajo los pies que marcan el ritmo del Celta. Sin embargo, el preparador c¨¢ntabro se mostr¨® mucho m¨¢s permisivo con el ruso Valery Karpin, que jug¨® con entera libertad de movimientos. Durante la primera mitad, el centrocampista vigu¨¦s estableci¨® una aut¨¦ntica jerarqu¨ªa de valores. El centro del campo era ¨¦l y nada m¨¢s que ¨¦l y sus fintas, regates y asistencias. El resto era periferia que obedec¨ªa sus ¨®rdenes. Las acciones individuales de Karpin propiciaron dos claras opciones de gol malogradas por el delantero Cadete, que fall¨® solo ante Ceballos.
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