"A un ni?o no se le debe dormir en brazos"
Eduard Estivill, de 50 a?os, ha ense?ado a dormir a miles de ni?os espa?oles: desde su despacho, como jefe de la Unidad del Sue?o de la Cl¨ªnica Dexeus, donde lleva nueve a?os atendiendo problemas de insomnio; y en especial desde las p¨¢ginas de Du¨¦rmete, ni?o -escrito en colaboraci¨®n con la periodista Sylvia de B¨¦jar-, que con m¨¢s, de 150.000 ejemplares vendidos, y traducciones al alem¨¢n, italiano y portugu¨¦s, se ha convertido en uno de los best-sellers de pediatr¨ªa m¨¢s importantes de la edici¨®n espa?ola. El llamado m¨¦todo Estivill -cuyas sencillas caracter¨ªsticas se cuentan los padres entre s¨ª con el entusiasmo y el af¨¢n pros¨¦lito del que ha descubierto una p¨®cima infalible- est¨¢ a punto de ser exportado a EE UU. Berry Brazelton, uno de los m¨¢s conocidos pediatras americanos, avalar¨¢ la traducci¨®n del libro con una sentencia que resume la aportaci¨®n fundamental del m¨¦dico catal¨¢n: "El ni?o puede aprender a dormir".Pregunta. ?La base de su m¨¦todo?
Respuesta. Primero: los ¨²ltimos descubrimientos en biolog¨ªa infantil. Un grupo de c¨¦lulas instaladas en el cerebro son las que facilitan que un beb¨¦ pase de despertarse cada tres o cuatro horas a que duerma doce seguidas. En la mayor¨ªa de los beb¨¦s, un 70%, este tr¨¢nsito se realiza sin mayor novedad. Pero hay un grupo, de un 30%, que presenta problemas. A esas c¨¦lulas, una especie de reloj biol¨®gico, hay que darles cuerda para que se pongan en marcha y procure un sue?o f¨¢cil. Pues bien, nosotros le damos cuerda mediante un m¨¦todo que combina una serie de h¨¢bitos con una determinada actitud de los padres.
P. Su m¨¦todo choca con la denominada sabidur¨ªa popular desde los primeros compases: "A un ni?o no se le debe dormir en brazos", dice usted.
R. Es l¨®gico. Si un ni?o tiene problemas, se despierta a medianoche y los brazos de mam¨¢ han desaparecido, los reclamar¨¢. Y a grito pelado. Si aprende a dormirse solo en su cuna y se despierta, no encontrar¨¢ nada cambiado. Ah¨ª estar¨¢n su osito, los barrotes.... El ni?o reconoce el h¨¢bitat donde se durmi¨®, se siente seguro y reanuda el sue?o sin problemas. El ni?o debe dormir siempre en el mismo sitio, como suele comer en el mismo sitio. Ser¨ªa il¨®gico pensar que un ni?o debe comer hoy en la ba?era, ma?ana en el jard¨ªn, pasado en la cocina. Pues lo mismo es que un ni?o se duerma hoy en los brazos, ma?ana en el sof¨¢ o pasado en el cochecito.
P. El osito sobrevive.
R. Forma parte de su mundo. Y es ¨²til en determinadas circunstancias. Por ejemplo, cuando el ni?o tiene que dormir fuera de casa. Entonces, el osito le pone en contacto con su realidad habitual. Puede haber cambios: la cuna, el color de las paredes, el crucifijo de la abuela ... .pero el osito permanece como permanece la necesidad del sue?o.
P. ?Otros h¨¢bitos?
R. Los que los padres decidan. Pero que sean siempre los mismos: si antes de ir a la cama son precisos diez minutos de canciones, hay que atenerse al gui¨®n. Cuando el ni?o se sienta en la sillita, empieza a excitarse porque sabe que dentro de poco rato empeza r¨¢ a comer. La preparaci¨®n para el sue?o ha de ser igualmente inequ¨ªvoca y seductora. Ir a la cama es una buena noticia. Al cumplimiento de los h¨¢bitos y a la permanencia de los mismos elementos exteriores hay que a?adir una determinada actitud de los padres, basada en la transmisi¨®n de seguridad.
P. Sus t¨¦cnicas no parecen muy sofisticadas. ?No se le hab¨ªan ocurrido a nadie?
R. Nadie que yo conozca las hab¨ªa aplicado en su conjunto.
P. ?Cu¨¢l ha sido la reacci¨®n de los pediatras?
R. Muy positiva. Lo han hecho suyo. Y me honra haber visto alguna receta donde constaba la epiretal y el Du¨¦rmete ni?o.
P. ?Qu¨¦ cr¨ªticas cient¨ªficas ha recibido?
R. Cient¨ªficas ninguna. S¨®lo los grupos prolactancia materna opinan que no se debe condicionar al beb¨¦ con ning¨²n h¨¢bito horario. Si el ni?o abre la boca, hay que darle la teta, dicen. Cuantas veces la abra, dicen. Aseguran que eso es lo que sucede en la naturaleza. Hace poco, en un congreso, un colega me puso el ejemplo del ganso gris. Pero creo que una cosa son los beb¨¦s y otra las cr¨ªas de ganso gris.
P. ?Cu¨¢l es el porcentaje de fracasos?
R. Un 5%...
P. ?Y los motivos?
R. S¨®lo la actitud de los padres. No son capaces de aplicar el m¨¦todo.
P. ?Por qu¨¦?
R. Ah¨ª s¨ª que las razones var¨ªan. Van desde la imposibilidad de vencer el desorden en sus h¨¢bitos educadores hasta problemas de neurosis, obsesiones, trastornos depresivos, etc.
P. Es parad¨®jico porque el m¨¦todo persigue tambi¨¦n la felicidad de los padres. R
. Pero requiere cierta voluntad. Sin embargo, lo m¨¢s gratificante es la reacci¨®n agradecida de tantos padres. Ahora estamos haciendo un estudio epidemiol¨®gico con antiguos pacientes para comprobar si el hecho de saber que sus hijos van a dormir bien favorece la posibilidad de volver a tener descendencia.
P. ?Tiene hijos?
R. S¨ª, una hija.
P. ?Y ...?
R. Fatal. Era muy joven.Todas las noches me levantaba a darle agua. La ni?a, claro, no ten¨ªa sed: s¨®lo ganas de ver a su padre.
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