C¨®mo abrir nuevos campos a la especulaci¨®n
El autor mantiene que si prospera el proyecto del PP de privatizar los aparcamientos de residentes, el Ayuntamiento no podr¨¢ controlarlos
El Gobierno del Partido Popular en el Ayuntamiento de Madrid est¨¢ empe?ado desde hace dos a?os en un proyecto que ellos mismos califican de arriesgado, pero que m¨¢s bien se deber¨ªa calificar de irresponsable y generador de especulaci¨®n. Se trata de la privatizaci¨®n de los aparcamientos de residentes construidos en el subsuelo de la ciudad, en lo que no es sino una huida hacia adelante, motivada por una incapacidad manifiesta para resolver el problema de su gesti¨®n.El origen de los aparcamientos de residentes o PAR hay que buscarlo en el desarrollo de una pol¨ªtica coherente de movilidad. Las plazas se ofertan exclusivamente a los residentes del entorno del aparcamiento a un precio asequible, con lo que se consigue despejar la superficie de coches, al tiempo que el porcentaje de veh¨ªculos usados para desplazamientos al trabajo disminuye: el coche bien aparcado se mueve menos. La plaza, una vez adquirida por un residente, no se puede alquilar ni vender libremente, sino s¨®lo a otro residente y al precio tasado por el Ayuntamiento.
El Ayuntamiento cede el derecho de uso mediante una concesi¨®n, pero conserva la propiedad del aparcamiento y, por tanto, su control. Se mantiene en todo momento el inter¨¦s general con esta utilizaci¨®n del subsuelo que beneficia al conjunto de la ciudad.
Por otra parte, el origen del subsuelo p¨²blico donde se construyen los PAR es la cesi¨®n obligatoria y gratuita de los terrenos destinados a viales p¨²blicos, sin que se contemple en ellos ning¨²n uso lucrativo. Tanto si de dichas cesiones no queda ya memoria, como si han sido recientes, lo que est¨¢ arraigado en todos los ciudadanos es la cualidad de dominio p¨²blico de estos terrenos.
Si prospera el proyecto del Partido Popular, al vender la propiedad de las plazas, el Ayuntamiento ya no podr¨¢ controlar si estas plazas siguen siendo de residentes o no, pudiendo darse el caso de que todo un aparcamiento acabe en manos de una empresa o que la mayor¨ªa de las plazas se alquilen a oficinas de la zona.
De esta forma se producir¨¢ el efecto contrario al perseguido por los PAR, al incentivar el uso del veh¨ªculo para desplazamientos por motivo de trabajo, y se estar¨¢ dando una utilizaci¨®n privada y lucrativa del subsuelo cedido gratuitamente, al tiempo que se generar¨¢ una fuerte presi¨®n especulativa sobre el mismo. A partir de entonces, los promotores urban¨ªsticos se ver¨¢n discriminados y podr¨¢n exigir con toda raz¨®n que las cesiones obligatorias afecten s¨®lo al suelo de los viales, reserv¨¢ndose ellos el subsuelo, que luego vender¨¢n como les parezca oportuno.
Adem¨¢s, si el Ayuntamiento hoy vende el subsuelo para aparcamientos, nada impedir¨ªa que ma?ana, una vez desbrozado el camino, se vendiera para ampliar los almacenes de alg¨²n comercio o para instalar un criadero de champi?¨®n. El concepto de lo p¨²blico que ha costado siglos conseguir (pensemos, por ejemplo en la lucha del Concejo de Madrid por evitar que las bodegas de las casas invadieran subterr¨¢neamente la v¨ªa p¨²blica), el Partido Popular lo arruina en dos d¨ªas.
Todo esto no son fantas¨ªas improbables, sino que ahora mismo se est¨¢ construyendo un muelle para descarga de mercanc¨ªas en el subsuelo p¨²blico conectado a unos grandes almacenes, y los concesionarios de aparcamientos de rotaci¨®n municipales han declarado que est¨¢n interesados en la compra de los mismos, pues no quieren ser menos que los residentes.
Las dificultades ,legales que presenta el proceso de privatizaci¨®n no han pasado desapercibidas para el Partido Popular, que, sin embargo, s¨ª ha intentado ocultarlas a la opini¨®n p¨²blica. Desde un principio han avalado su actuaci¨®n con un te¨®rico escrito del decano de los registradores de la propiedad, que cuando lo hemos reclamado no ha sido posible encontrar, por lo que sospechamos que nunca ha existido.
Las dudas sobre la viabilidad de la segregaci¨®n suelo-subsuelo y posterior desafectaci¨®n de este ¨²ltimo del dominio p¨²blico, as¨ª como de la cesi¨®n de las plazas mediante permuta en lugar de mediante subasta como exige la ley, han llevado a los responsables del Partido Popular a exigir en el concurso convocado para la gesti¨®n de la venta un estudio t¨¦cnico-jur¨ªdico sobre estos extremos. Evidentemente, lo que se est¨¢ pidiendo es que se vista jur¨ªdicamente este desprop¨®sito, pues nadie que se presente al concurso va a decir que no es viable para, en consecuencia, quedarse sin trabajo.
Se est¨¢ forzando la legalidad para al final ceder gratuitamente los PAR a los concesionarios, mientras el Ayuntamiento hace dejaci¨®n de sus obligaciones, pues no controla los alquileres y transmisiones ilegales de plazas y ni siquiera ha exigido a los concesionarios la inscripci¨®n de los aparcamientos el Registro de la Propiedad, tal y como exigen los pliegos de condiciones que rigieron su concesi¨®n.
Confiemos en que al final, prevalezca el sentido com¨²n sobre las genialidades privatizadoras y el subsuelo de la ciudad siga siendo de todos los madrile?os.
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