Alarcos critica en un texto p¨®stumo el uso nacionalista de las lenguas
"S¨ª, la lengua es nuestro juego, construy¨¦ndola como los escritores o destrip¨¢ndola como los gram¨¢ticos". ?ste es un pasaje del texto in¨¦dito dejado por quien fue una de las mayores autoridaedes recientes de la gram¨¢tica espa?ola: Emilio Alarcos Llorach (1922-1998). El destino de las len guas fue la lecci¨®n p¨®stuma de este salmantino que ley¨® ayer su esposa, la fil¨®loga Josefina Mart¨ªnez, durante la investidura de doctor honoris causa a t¨ªtulo p¨®stumo con la que lo distingui¨® la Universidad Nacional de Educaci¨®n a Distancia (UNED) en Madrid. Alarcos, que alcanz¨® a escribir el discurso para este d¨ªa tras conocer la distinci¨®n el a?o pasado, ratifica la fidelidad a s¨ª mismo, la lealtad a la libertad de la palabra y la cr¨ªtica hacia las pol¨ªticas institucionales que buscan imponer normas a la lengua. Es el mensaje que siempre divulg¨® este insumiso ling¨¹ista, autodefinido como "espa?ol h¨ªbrido de las dos coronas, de las dos Castillas, de las tres creencias, castellano de natura, asturiano de pastura y europeo de ventura". Alarcos critica en su texto con dureza el dirigismo ling¨¹¨ªstico de las nacionalidades: "Subterfugios pol¨ªticos de radio estrecho han inducido a identificar la lengua con esos entes gaseosos, que se llaman nacionalidades", escribi¨® el fil¨®logo, para quien naci¨®n y lengua no coinciden en sus circunscripciones. Tambi¨¦n le preocupaban ciertas tiran¨ªas: "Se empe?an aIgunos de estos dirigentes, resentidos y con apetencias de alarde imperialista, en, propagar a la fuerza e incrustar con violencia su propia lengua en detrimento de los derechos de otras". No se olvid¨® el acad¨¦mico de quienes intentan encorsetar la palabra. "Ninguna autoridad humana posee la autonom¨ªa y el poder decisorio de las lenguas"; y abog¨® por su esp¨ªritu natural: "No se pueden imponer normas a la lengua. Por eso los intentos puristas y correctores de gram¨¢ticos y lexic¨®logos nunca llegan a ninguna parte".
"Por s¨ª sola"
As¨ª, una vez m¨¢s, estaba con la gente: "La lengua va por donde inconscientemente quieren sus hablantes". Por eso recomend¨® no preocuparse por el futuro de la lengua y ve¨ªa innecesario el apoyo oficial para divulgarla, al considerar que la lengua, como la vida, si ha de tener suerte se abre paso por s¨ª sola. La ¨²ltima. petici¨®n de Alarcos, en este discurso tan aplaudido, pronunciado el d¨ªa en que cumplir¨ªa 76 a?os y v¨ªspera del D¨ªa del Libro, fue para lo que tanto mim¨® y quiso: "Se?ores, no me hagan propaganda de la lengua; d¨¦jenme la lengua en paz".
El pensamiento de Alarcos fue recuperado por la voz n¨ªtida de su esposa, que record¨® su pasi¨®n por la lengua. "Mi lengua irrenunciable, porque es la ¨²nica en que puedo decir casi exactamente lo que pienso y siento", escribi¨® el acad¨¦mico.
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