Dutroux pone en rid¨ªculo a B¨¦lgica ante una espectacular fuga de m¨¢s de tres horas

El pederasta y presunto homicida Marc Dutroux conmocion¨® toda B¨¦lgica en el verano de 1996. Ayer sumi¨® a este peque?o, pero conflictivo, pa¨ªs en un enorme rid¨ªculo internacional al fugarse del juzgado de Neufchateau, adonde hab¨ªa acudido para consultar su expediente. Armado con la pistola descargada del ¨²nico polic¨ªa que le custodiaba en los juzgados, Dutroux, un antiguo electricista en paro, fue detenido tres horas y media despu¨¦s.. A pesar de su corta duraci¨®n, la fuga provoc¨® tal conmoci¨®n en toda B¨¦lgica que oblig¨® a presentar su renuncia a los ministros de Justicia y del Interior.

Dutroux se evadi¨® al lograr desarmar al polic¨ªa que le custodiaba en el interior del juzgado de Neufchateau, al este del pa¨ªs, cerca de las fronteras de B¨¦lgica con Francia y Luxemburgo. Su huida provoc¨® una enorme conmoci¨®n. El Gobierno se reuni¨® en un gabinete de crisis formado por el primer ministro, los tres vicepresidentes (Interior, Econom¨ªa y Finanzas) y el ministro de Justicia. La gendarmer¨ªa moviliz¨® a todas sus reservas. B¨¦lgica, Luxemburgo y Francia bloquearon las fronteras que unen a los tres pa¨ªses en esa zona. La polic¨ªa holandesa y la alemana ofrecieron sus servicios. El ministro de Defensa puso a las Fuerzas Armadas al servicio de la gendarmer¨ªa. Las televisiones ofrecieron programas en directo. La poblaci¨®n reaccionaba con una mezcla de incredulidad, desasosiego e ir¨®nico pesimismo. "Es una inocentada", dec¨ªan los primeros. "Me parece incre¨ªble, espero que le detengan porque es muy peligroso", afirmaban los segundos. "No me sorprende, todos los presos se escapan en B¨¦lgica, eso ya se sabe", murmuraban los terceros.

Tormenta social

Pero no era una broma. Dutroux acab¨® provocando una tormenta pol¨ªtica en el segundo d¨ªa soleado de una primavera que parec¨ªa no querer llegar nunca. Una tormenta social y pol¨ªtica que apenas mengu¨® cuando fue detenido a las 18.35 horas, tras tres horas y media de fuga, en un bosque de abetos situado al sureste de Neufchateau. A pesar de su r¨¢pida detenci¨®n, los ministros del Interior, Johan Vandelanotte, y de Justicia, Stefaan de Clerck, presentaron la dimisi¨®n. Su cabeza hab¨ªa sido pedida desde hac¨ªa horas no s¨®lo por la oposici¨®n liberal y ecologista, que reclamaban la renuncia de todo el Gobierno, sino incluso desde las propias filas de la coalici¨®n cuatripartita que gobierna B¨¦lgica de forma cada vez mas precaria. Fue el caso de los socialistas franc¨®fonos, quiz¨¢ porque los dos ministros implicados son flamencos.

La fuga ha agravado la enorme desconfianza que los belgas sienten hacia toda la clase dirigente desde que estallara el caso Dutroux en 1996. Las circunstancias concretas de la huida son poco claras. El pederasta hab¨ªa sido trasladado al juzgado para consultar la documentaci¨®n de su caso, un derecho que tienen todos los acusados para preparar su comparecencia ante el juez. Normalmente en estos casos, el reo va esposado y escoltado por tres gendarmes. Ayer no llevaba esposas y s¨®lo le acompa?aban dos gendarmes.

A punta de pistola

Dutroux aprovech¨® la breve ausencia de uno de ellos para abalanzarse sobre el otro, reducirle y arrebatarle el arma. Sali¨® corriendo del juzgado y se llev¨® a punta de pistola un autom¨®vil Renault M¨¦gane con el que huy¨® en direcci¨®n a Arlon, en la frontera entre B¨¦lgica y Luxemburgo. Luego cambi¨® de coche y al final intent¨® huir a pie por los hermosos y suaves bosques de las Ardenas. Acab¨® siendo detenido entre los abetos de la localidad de Saint-M¨¦dard, a medio camino entre Neufchateau y Florenville. Su fuga provoc¨® muchas sospechas. "Le han dejado escapar para matarlo y que no pueda hablar nunca", afirm¨® enseguida la madre de Elizabeth Brichet, una de las muchachas desaparecidas en los ¨²ltimos a?os. El caso es que, seg¨²n el reglamento, el arma que arrebat¨® Dutroux a un gendarme no estaba cargada, lo que hace m¨¢s incre¨ªble que pudiera escaparse el hombre m¨¢s vigilado de B¨¦lgica. "No s¨¦ si re¨ªr o llorar", afirm¨® Gino Russo, padre de una de las ni?as asesinadas. "Nadie es responsable, porque en B¨¦lgica nunca nadie es responsable de nada", a?adi¨® con ir¨®nica pesadumbre. La dimisi¨®n de los ministros de Justicia y del Interior no le pareci¨® suficiente. "Deber¨ªa dimitir el primer ministro Jean-Luc Dehaene, que es el responsable ¨²ltimo del Gobierno", afirm¨® horas despu¨¦s. Una opini¨®n compartida por la oposici¨®n.

Para el l¨ªder de los liberales franc¨®fonos, Louis Michel, en permanente ascenso en los sondeos electorales, todo el Gobierno debe renunciar por haber puesto al pa¨ªs en rid¨ªculo. Rid¨ªculo nacional. Esa era la sensaci¨®n que transpiraba toda B¨¦lgica. Un pa¨ªs que parece no encontrar nunca la salida del largo y oscuro t¨²nel en el que entr¨® en agosto de 1996.