Comienza en B¨¦lgica el juicio contra el pederasta Dutroux
El proceso, denominado "juicio del siglo" o del "espanto", arranca con una gran expectaci¨®n, aunque los belgas consideran que no sacar¨¢ todo a la luz
Casi ocho a?os despu¨¦s de un caso que conmocion¨® a B¨¦lgica y a Europa entera, el proceso contra Marc Dutroux, el hombre que secuestr¨®, tortur¨® y viol¨® a m¨¢s de una docena de ni?as y dej¨® morir de hambre en su cautiverio a cuatro de ellas, se ha iniciado a las 09.40 de hoy en el Palacio de Justicia de Arlon. El llamado "juicio del siglo" o del "espanto" arranca con una expectaci¨®n sin precedentes en un pa¨ªs donde este caso, salpicado de errores judiciales y policiales, ha puesto en evidencia la credibilidad de la justicia belga y manchado a altas esferas del poder.
Junto a Dutroux, comparecen otros tres acusados por el secuestro, violaci¨®n y homicidio de varias ni?as y adolescentes belgas. Marc Dutroux, su esposa, Michelle Martin, y uno de sus c¨®mplices, el ex drogadicto Michel Lelihvre, fueron llevados en un furg¨®n celular desde la c¨¢rcel hasta la sala de audiencias del Palacio de Justicia de Arlonen, el sureste de B¨¦lgica, hacia las 07.10. El cuarto acusado, el antiguo empresario y estafador Michel Nihoul, en libertad, lleg¨® a la misma hora.
El que se ha denominado "proceso del siglo" o del "espanto", arranca con una expectaci¨®n sin precedentes en un pa¨ªs donde este caso ha puesto en evidencia la credibilidad de la justicia belga, y manchado a altas esferas de la sociedad, incluso a la Monarqu¨ªa.
Despu¨¦s del irrisorio cap¨ªtulo de la fuga de tres horas que protagoniz¨® Dutroux en una ocasi¨®n en la que fue trasladado por petici¨®n propia al Palacio de Justicia de Arlon para consultar el sumario del caso, las autoridades han triplicado las medidas de seguridad para el juicio. El acusado se encontrar¨¢ tras un cristal blindado, acompa?ado de 330 polic¨ªas y un per¨ªmetro de seguridad similar al de los Consejos Europeos que se celebran habitualmente en Bruselas. Un jurado popular ser¨¢ el encargado de escuchar durante dos meses los 500 testimonios recabados, en un proceso que puede terminar en una pena de cadena perpetua por el asesinato de Julia, Melissa, An y Eefje y el secuestro de Laeticia y Sabinne.
Errores judiciales y policiales
La crueldad de este ex electricista y el impacto del caso arrastr¨® a 300.000 personas a las calles durante las llamadas 'Marchas Blancas' en 1996. Por ¨¦l tuvieron que dimitir dos ministros tras la corta fuga de Dutroux de la custodia policial en 1998 y se han publicado decenas de libros sobre el caso y sus implicaciones. Las ni?as, de edades comprendidas entre los 8 y los 19 a?os, eran recluidas atadas con cadenas a sus camas, violadas y maltratadas, con el fin de grabar cintas de v¨ªdeo, que terminaban en una red de pedofilia con tent¨¢culos de una dimensi¨®n a¨²n desconocida. En la retina de todos est¨¢ a¨²n la imagen cien veces emitida por televisi¨®n de la peque?a Sabine Dardenne en agosto de 1996 cuando, tras 79 d¨ªas de cautiverio en un s¨®tano, era liberada y gritaba llorando: "?Os quiero a todos!", al ser recibida por su familia.
Pase lo que pase durante el juicio, los ciudadanos belgas ya han juzgado a los acusados, aunque el 88 por ciento, seg¨²n una encuesta, considera que el proceso no lograr¨¢ sacar todo a la luz puesto que consideran que Dutroux ha sido protegido por altos cargos.
El Gobierno belga ha puesto todo su empe?o en este juicio, despu¨¦s de m¨²ltiples errores judiciales y policiales que llevaron a que no se encontrara a las ni?as a¨²n con vida en una de las casas registradas en 1996 o a que no se visualizaran cintas aclaratorias hasta casi cuatro a?os despu¨¦s de haber sido encontradas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.