Borrell ser¨¢ el portavoz socialista en el Congreso y hablar¨¢ en el debate del estado de la naci¨®n

Jos¨¦ Borrell se convertir¨¢ en el portavoz socialista en el Congreso de los Diputados para iniciar una nueva labor de oposici¨®n al gobiemo, en la que perseguir¨¢ hacer m¨¢s n¨ªtidas las diferencias entre las propuestas el PSOE y la gesti¨®n del PP. Borrell actuar¨¢ como m¨¢ximo representante del PSOE en el debate sobre el estado de la naci¨®n, que comenzar¨¢ el pr¨®ximo d¨ªa 12 de mayo. Si bien ayer rehus¨® realizar una rueda de prensa para favorecer que Almunia fuera el ¨²nico protagonista tras la reuni¨®n de la ejecutiva, enfatiz¨® que "no existe ninguna raz¨®n para que dimita el secretario general".

El candidato socialista a la presidencia del Gobierno acudi¨®, en torno a las tres de la tarde, a conversar unos minutos con los periodistas en la sede federal del PSOE para dejar constancia de su deseo de que Almunia contin¨²e en la secretar¨ªa general. "No hay ninguna raz¨®n, ninguna, para que Joaqu¨ªn dimita. Lo he dicho todo el tiempo y me ratifico ahora", coment¨® tras a?adir que su victoria le sabe amarga porque el perdedor ha sido Almunlia. Desde el comienzo de la campa?a electoral, el ex secretario de estado de Hacienda defendi¨® que Almunia no deb¨ªa dimitir porque la secretar¨ªa general no estaba en juego en unas elecciones en las que exclusivamente se somet¨ªa a consulta la candidatura a la presidencia del Gobierno. Borrell estaba impulsado en ese momento por la necesidad de contrarrestar el temor que pod¨ªa producir en muchos militantes el nuncio de Almunia de que dimitir¨ªa si perd¨ªa. Un temor que pod¨ªa extenderse y retraer a muchos militantes dispuestos a apoyar a Borrell, pero no al precio e abrir una crisis en el partido.

A medida que pasaron los d¨ªas, el ex ministro de Obras P¨²blicas dio un nuevo perfil al argumento, al destacar que los socialistas deben dar ejemplo de los valores que predican en la sociedad y, por tanto, ser capaces de discutir y de escoger sin convertirse por eso en enemigos o antagonistas. Incluso hizo un juego de palabras para afirmar que Almunia no era un oponente sino un componente, porque ambos compon¨ªan las elecciones primarias.

Borrell, que una y otra vez ha asegurado que no se le oir¨ªan m¨¢s que palabras de respeto y afecto hacia Almunia, s¨®lo adopt¨® una actitud de enfado cuando vio que destacados dirigentes socialistas auguraban que su victoria entra?ar¨ªa un desastre y una ruptura con el proyecto de Felipe Gonz¨¢lez. En ese momento, lleg¨® a declarar: "Algunos compa?eros han roto las reglas del juego".

"Ni a?oranzas ni complejos"

En parte como respuesta a ese acoso, Borrell empez¨® a advertir que "nadie es m¨¢s heredero que otro de Felipe Gonz¨¢lez", a la vez que recordaba que ¨¦l mismo ha contribuido, como secretario de Estado de Hacienda y ministro de Obras P¨²blicas, a ese legado. El viernes dio un paso m¨¢s en su ret¨®rica y afirm¨® que el mejor tributo a la obra de Gonz¨¢lez es continuarla, cuanto antes, desde el Gobierno.

Lo cual no quita para que en la campa?a Jos¨¦ Borrell haya estado buscando, porque le favorec¨ªa electoralmente, paralelismos entre ¨¦l y Gonz¨¢lez, y para que en su fuero interno considere que el PSOE debe mirar al futuro "sin a?oranzas ni complejos". En uno de sus m¨ªtines lleg¨® a decir que los partidos pol¨ªticos ya no pueden ser organizaciones en las que "el l¨ªder llega y dice lo que hay que hacer", sin que a la militancia le quepa la oportunidad de opinar. Un comentario que, junto a otros, "indica que la renovaci¨®n que a ¨¦l le gustar¨ªa es, aunque avance lentamente, de mayor alcance que la que impulsar¨ªa Almunia. De ah¨ª que, en el fragor de la campa?a, un d¨ªa ironiz¨® con que pod¨ªa haber un cambio "tan tranquilo, tan tranquilo que casi no haya cambio".

Pero el vuelco electoral ya ha empezado a desencadenar cambios. Mientras que es casi seguro que Almunia conservar¨¢ la presidencia del Grupo Socialista si contin¨²a al frente de la secretar¨ªa general del partido, el hasta ahora portavoz socialista en el Congreso de los Diputados, Juan Manuel Eguiagaray, se adelant¨® ayer a ofrecer su renuncia para que Borrell pueda asumir ese puesto. De esa manera, adem¨¢s de ocupar una plaza de primera l¨ªnea en la confrontaci¨®n con el gobierno del Partido Popular, Borrell pasar¨ªa a ejercer una tarea que hab¨ªa deseado, y para la que se sent¨ªa especialmente capacitado cuando Felipe Gonz¨¢lez abandon¨® el liderazgo y Joaqu¨ªn AImunia, hasta ese momento portavoz parlamentario, accedi¨® la secretar¨ªa general del PSOE. Pero Almunia le respondi¨® en aquel momento que quer¨ªa un portavoz con el que se sintiera en plena sinton¨ªa, y esa condici¨®n, junto a otras, la cumpl¨ªa el ex ministro Juan Manuel Eguiagaray.

La negativa a que desempe?ara esa tarea as¨ª como el rechazo a otros ofrecimientos suyos, por ejemplo para competir por la alcald¨ªa de Madrid, muy probablemente formaron el sustrato sobre el que, luego, Borrell fragu¨® la decisi¨®n de presentarse a las elecciones primarias. Sin apenas terreno en el que hacer carrera, se sinti¨® m¨¢s que justificado para lanzarse a por un premio que no hab¨ªa sido creado para que ¨¦l lo disputara.