Pol¨ªtico sin bajeza
La cartilla del guardia civil, que todos deber¨ªamos tener memorizada para ser hombres y mujeres de provecho, traza un exigente perfil para los miembros del cuerpo. Es un desider¨¢tum que, entre otros rasgos, reclama en su art¨ªculo 5? para ese guardia ideal que sea "prudente sin debilidad, firme sin violencia y pol¨ªtico sin bajeza". Semejante expresi¨®n da idea de c¨®mo estaban las cosas en 1845, cuando el t¨¦rmino pol¨ªtica dec¨ªa relaci¨®n casi necesaria con bajeza, y de c¨®mo han seguido estando muchas veces esas mismas cosas desde entonces. De manera que pol¨ªtica y bajeza han vivido tan estrecho maridaje que la pretensi¨®n de ser "pol¨ªtico sin bajeza" viene a inscribirse en el terreno de la excelencia, de lo ins¨®lito. ?sa fue tambi¨¦n la singularidad del espect¨¢culo brindado por Joaqu¨ªn Almunia y Jos¨¦ Borrell la noche del viernes pasado, la de la pol¨ªtica sin bajeza. Era el momento en que se hac¨ªan p¨²blicos los resultados de las elecciones primarias mediante las que los afiliados del PSOE acababan de designar al candidato a la presidencia del Gobierno para las pr¨®ximas elecciones generales. Hab¨ªa ganado Borrell y se hac¨ªan p¨²blicos los resultados en la sede madrile?a de Ferraz. Una cadena privada, Tele 5, aprovechaba la ocasi¨®n para demostrar casi en solitario que una de las superioridades de la televisi¨®n reside en el directo. La otra ventaja comparativa del electrodom¨¦stico que nadie discute se refiere al suministro de pornograf¨ªa a domicilio, seg¨²n tiene advertido con perspicacia un amigo togado. En cuanto a los servicios informativos de las cadenas p¨²blicas, que corren por cuenta del contribuyente, la noche de referencia prefirieron recluirse en su acreditada, envilecedora y opcional condici¨®n de servicio dom¨¦stico del Gobierno establecido.
A esas horas de la noche, el escrutinio de las papeletas emitidas por los socialistas con carnet en cada una de sus agrupaciones hab¨ªa reventado todos los pron¨®sticos y desmentido todos los ama?os atribuidos de antemano a estos comicios por los maximalistas del PP y por su amplia y sonora orquestaci¨®n medi¨¢tica. Las elecciones primarias resist¨ªan la ¨²ltima prueba de la verdad democr¨¢tica, la que deja ver la sorpresa fuera de c¨¢lculo, iluminada bajo la descarga el¨¦ctrica en la que se resuelve la concentraci¨®n previa de incertidumbre atmosf¨¦rica. Entonces, en circunstancias imprevistas de adversidad, se pudo escuchar al mejor Almunia, un pol¨ªtico sin bajeza, que siempre ha jugado limpio y ha sabido arriesgarse al servicio de las causas por las que se ha comprometido. Tiene un admirable sentido del deber y en toda su trayectoria, como manda la ordenanza, ni ha pedido ni ha rehusado. Almunia acaba de hacer con riesgo propio una aportaci¨®n decisiva al PSOE que siempre habr¨¢ de serle reconocida.
Borrell ya es el candidato a la presidencia del Gobierno. Habla catal¨¢n m¨¢s all¨¢ de la intimidad, incluso en p¨²blico. Llega despu¨¦s de encontrarse en directo mano a mano con la militancia durante una intensa campa?a recuperadora de esperanzas, demuestra que lo del anticatalanismo es pretexto inv¨¢lido, accede sin los apoyos de algunos altos cargos y de algunos barones y, por tanto, sin compromisos, con manos libres. Borrell supo incluso rechazar los apoyos que le brindaba el avieso Pedro Jota -un especialista en hacer imposible todo lo que patrocina-. Al rehusarlos con valent¨ªa temeraria, super¨® uno de los obst¨¢culos insalvables que le habr¨ªa descartado como aspirante a La Moncloa. A Borrell le acompa?an ya con augurios favorables las primeras encuestas. Las de Demoscopia le asignan 10 puntos de ventaja sobre el previsible candidato del PP y actual presidente del Gobierno, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar.
El pr¨®ximo 12 de mayo a Borrell le espera el debate sobre el estado de la Naci¨®n, primera ocasi¨®n en la que podr¨¢ medirse con su adversario principal en medio de una gran expectaci¨®n. Antes, el 9 de mayo, el Comit¨¦ Federal deber¨¢ resolver sobre la continuidad de Almunia en la Secretar¨ªa General del PSOE. Si en esa ocasi¨®n se abriera la senda de convocar un congreso extraordinario, el PSOE entrar¨ªa en un proceso de ensimismamiento que paralizar¨ªa la din¨¢mica en la que ahora acaba de entrar. Para evitar esa senda s¨®lo cabe la magnanimidad ganadora de Borrell, al que los desplazados del ¨²ltimo congreso querr¨¢n instrumentalizar. Prestarse a ser la maza del rencor para un ajuste de cuentas ser¨ªa apostar por el desastre que llevar¨ªa a todos a la playa de la insignificancia. Pero, enseguida, el 25 de mayo se anuncia el inicio del juicio sobre el secuestro de Segundo Marey, al que preceder¨¢n cambios de primera magnitud en el planeta medi¨¢tico. En todo caso, con Borrell como candidato del PSOE, el Gobierno y el grupo popular tendr¨¢n que cambiar de modales y, enfrente, Rodrigo Rato deber¨¢ subir m¨¢s a la red.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.