El Gobierno japon¨¦s condenado a pagar a tres "esclavas del sexo' coreanas
Los tribunales de justicia japoneses condenaron ayer al Gobierno a pagar una compensaci¨®n econ¨®mica a tres mujeres coreanas que el antiguo Ej¨¦rcito Imperial nip¨®n reclut¨® a la fuerza oblig¨¢ndolas a ejercer la prostituci¨®n para sus soldados. En un juicio interpuesto por un grupo de coreanas, el tribunal de Yamaguchi, al sur del pa¨ªs, reconoci¨® la responsabilidad del Gobierno por no haber establecido una legislaci¨®n que compense a los miles de mujeres que fueron llevadas a burdeles y puestas al servicio del ej¨¦rcito antes y durante la II Guerra Mundial. El juez Hideaki Chikashita estim¨® que ?el Estado tiene la obligaci¨®n de reparar los sufrimientos de esas mujeres?, a las que eufem¨ªsticamente se llaman en Jap¨®n esclavas del sexo. Seg¨²n los historiadores, durante la ¨¦poca colonial el Ej¨¦rcito imperial reclut¨® de 100.000 a 200.000 mujeres, la mayor¨ªa en la pen¨ªnsula coreana, Indonesia y Filipinas, y las envi¨® a burdeles en los frentes de guerra para satisfacer las ansias sexuales de los soldados.
En la primera sentencia que se da al respecto y que adem¨¢s crea jurisprudencia, el juez indic¨® que ?el Gobierno ilegalmente abandon¨® su obligaci¨®n constitucional de adoptar una ley de compensaciones?, pese a que en 1993 el Ejecutivo reconoci¨® la responsabilidad de las autoridades.
Yohei Kono, ministro secretario del Gabinete hace cinco a?os, admiti¨® que ?en muchos casos? aquellas mujeres hab¨ªan sido reclutadas a la fuerza, y que los militares japoneses y las autoridades administrativas estuvieron directamente involucradas en semejante plan.
La justicia orden¨® al Gobierno al pago de 300.000 yenes (345.000 pesetas aproximadamente), a cada una de las tres surcoreanas que interpusieron el pleito en Yamaguchi, ciudad a la que eran traidas a Jap¨®n miles de personas y obligadas a trabajar a la fuerza para el ej¨¦rcito. Las tres mujeres, cuyas edades rondan los 80 a?os, y otras siete m¨¢s que acusaron al Gobierno de haberlas obligado a realizar trabajos forzados, buscaban una compensaci¨®n de 564 millones de yenes.
El Gobierno nip¨®n ha mantenido hasta ahora que todas las reclamaciones fueron saldadas por los tratados siguientes a la rendici¨®n japonesa y se han negado a pagar cualquier tipo de compensaci¨®n individual. En su lugar, Tokio cre¨® en 1995 el fondo privado para las mujeres asi¨¢ticas destinado a ofrecer dos millones de yenes como ayuda a las v¨ªctimas, junto a una carta de disculpas que encontr¨® sonadas reacciones entre los pa¨ªses colonizados.
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