Cesiones y cegueras
La prohibici¨®n can¨®nica del pr¨¦stamo con inter¨¦s -la usura- dio origen a muchas t¨¦cnicas para burlarla. Entre ellas destac¨® la doble venta -denominada mohatra entre los jud¨ªos y barata entre musulmanes y cristianos-: el usurero vend¨ªa pa?o o plata a la persona necesitada, con pago aplazado, y acto seguido se lo recompraba al contado, a un precio inferior. La diferencia entre escond¨ªa el inter¨¦s del usurero.Con peque?os cambios -retrasar en una de las ventas, la venta aplazada, no s¨®lo el pago, sino tambi¨¦n la entrega del bien- la ?doble venta? o ?cesi¨®n temporal? se usa con frecuencia en el mundo financiero para fines plenamente leg¨ªtimos. La emplean, por ejemplo, el Fondo Monetario Internacional (FMI) para prestar divisas (swaps) y los Bancos Centrales para prestar fondos a sus bancos (repos). Tambi¨¦n la utilizan los inversores para colocar sus capitales en valores a largo plazo sin asumir riesgos de tipos de inter¨¦s: el cliente de un banco puede, por ejemplo, comprar un bono a ocho a?os, pero pactar que su banco se lo recompre antes de esa fecha, a un precio convenido.
A veces, sin embargo, la cesi¨®n temporal se utiliza para prop¨®sitos menos nobles. As¨ª, un cl¨¢sico truco para eludir la retenci¨®n fiscal del 25% sobre los intereses -llamado ?lavado de cup¨®n?- consiste en ceder el bono a un extranjero el d¨ªa del pago del cup¨®n, para beneficiarse de la exenci¨®n de que gozan los no-residentes. En los mercados de divisas -por citar un segundo ejemplo- un Banco Central proporcionar¨¢ informaci¨®n enga?osa si hace p¨²blica una elevada cifra de reservas exteriores pero oculta que buena parte de tales divisas las tuvo que vender a plazo en defensa de su moneda (de ah¨ª que el FMI haya recomendado recientemente que se haga p¨²blica la cifra ?neta? de reservas).
La cesi¨®n temporal es una t¨¦cnica financiera que se ha transplantado con provecho al mundo parlamentario. As¨ª, en las dos ¨²ltimas legislaturas la cesi¨®n temporal de un diputado el d¨ªa de constituci¨®n de los grupos parlamentarios permiti¨® a un partido pol¨ªtico formar grupo propio con sus cuatro diputados, a pesar de que el art¨ªculo 23 del vigente Reglamento del Congreso fija en cinco el n¨²mero m¨ªnimo de diputados de cada grupo. Quienes albergan dudas sobre esa pr¨¢ctica han propuesto, con buen criterio, excluirla de forma expresa en un futuro reglamento de la C¨¢mara.
El pasado fin de semana, durante la cumbre del euro, los jefes de Estado y de Gobiemo de la Uni¨®n Europea utilizaron tambi¨¦n una ?cesi¨®n temporal? para soslayar el art¨ªculo 109A del Tratado, que fija en ocho a?os el mandato del presidente del Banco Central Europeo. As¨ª, tras encomendar ?a vencimiento? el cargo de presidente al holand¨¦s Wim Duisenberg, ¨¦ste anunci¨® graciosamente -en la doble acepci¨®n del t¨¦rmino- que, por razones de edad, ceder¨¢ el puesto a su sucesor a mitad de mandato. As¨ª pues, esa anunciada cesi¨®n a plazo reducir¨¢ a cuatro el te¨®rico mandato de ocho a?os.
Los te¨®logos y tratadistas mantuvieron largas pol¨¦micas sobre la licitud de ciertas operaciones que se usaban para encubrir pr¨¦stamos con inter¨¦s. La barata fue una de ellas. En general, los tratadistas la condenaron, se?alando muchos, burlones, que en lat¨ªn barathrum significaba ?infierno?, ?abismo?. En su Tratos y contratos de mercaderes, el dominico Tom¨¢s de Mercado tambi¨¦n lo hizo, mostr¨® la naturaleza ficticia de las supuestas ventas en que descansa y, fascinado por la aquiescencia de cuantos las negociaban, concluy¨® con esta (inmortal) expresi¨®n de asombro: ?Y todos se hacen ciegos, teniendo ojos?.
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