RICARDO INIESTA DIRECTOR DE TEATRO "Si el teatro no te pellizca, lo mejor es leerlo"
El nombre de Ricardo Iniesta (?beda, 1956) est¨¢ unido desde su fundaci¨®n, hace 15 a?os, a la compa?¨ªa de teatro sevillana Atalaya. Su trabajo al frente del grupo ha logrado darle un car¨¢cter estable y, en plena conmemoraci¨®n del centenario del 98, estrena ma?ana en el Teatro Barakaldo su versi¨®n de Divinas palabras, de Ram¨®n Mar¨ªa del Valle-Incl¨¢n. Pregunta. ?Por qu¨¦ estrenan en el Pa¨ªs Vasco un montaje producido en Andaluc¨ªa? Respuesta. Es un homenaje al Teatro Barakaldo, que ha apostado por nosotros m¨¢s fuerte que nadie en los ¨²ltimos siete a?os. Ahora que Atalaya ya tiene un nombre, estrenamos aqu¨ª por lealtad y gratitud al equipo que lo dirige. P. ?No ser¨¢ que lo hacen para rodar el espect¨¢culo antes de presentarlo en Sevilla? R. ?Qu¨¦ va! ?Pero si a Sevi-lla no vamos con Divinas palabras hasta 1999! Lo hemos rodado en dos preestrenos en peque?os escenarios, sin publicidad ni cobertura. Barakaldo, para nosotros, es de primer orden. P. ?Choca la creaci¨®n teatral en Espa?a con la divisi¨®n administrativa de las comunidades aut¨®nomas? R. Igual me corta el cuello alguna administraci¨®n, pero nosotros estamos ahora mismo muy contentos en Andaluc¨ªa con un Gobierno progresista, diferente a la Administraci¨®n central. Para nosotros la divisi¨®n nos da ventajas tremendas. Si no fuera as¨ª tendr¨ªamos menos ayudas. Las comunidades con idiosincrasia propia, como Euskadi, Catalu?a o Galicia, y en cuarto lugar, Andalucia o Canarias, benefician tambi¨¦n al teatro. Pero nosotros trabajamos, casi m¨¢s en Catalu?a que en Andaluc¨ªa. P. ?Lleva el teatro en Espa?a denominaci¨®n de origen? R. Hoy por hoy, lo lleva, pero creo que con el tiempo no la llevar¨¢. El teatro madrile?o, salvo La abad¨ªa, tiene una etiqueta casposa; el catal¨¢n ha cambiado su clave, est¨¢ muy bien hecho pero apuesta por el superespect¨¢culo. El teatro andaluz est¨¢ empezando a tener una identidad propia, con una apuesta por un lenguaje propio. La compa?¨ªa La Cuadra, nosotros y otros grupos en distintos estilos tenemos una idea de continuidad, con equipos de actores estables, que no existen en otros lugares. P. ?Qu¨¦ ha encontrado en Divinas palabras para volver a montar un t¨ªtulo recurrente en teatro y televisi¨®n? R. En 65 a?os, s¨®lo ha sido llevada a escena por cuatro directores, no hay recurrencia. Soy el quinto. Evidentemente me ha atra¨ªdo el mundo m¨¢gico de Valle y tambi¨¦n el compromiso social. En Atalaya siempre trabajo con esas dos claves: la po¨¦tica y el fondo, su transfondo ideol¨®gico. Divinas palabras, por encima de todo, tiene una riqueza en los personajes, una riqueza en las palabras, que sobrecoge. Para m¨ª es muy importante que el teatro te pellizque, si no es mejor leerlo. P. ?Qu¨¦ elementos utiliza usted para actualizar una obra escrita en 1920? R. Nosotros no cogemos un vestuario actual ni uno arcaico, anclado en la ¨¦poca de Valle, aunque hay gui?os a lo rural. La escenograf¨ªa esta integrada por carretes de madera, un s¨ªmbolo esc¨¦nico que nos marca la contempraneidad: pueden ser mesas o carros de feria. Meter las obras cl¨¢sicas en un supermercado, por ejemplo, no es contemporaneizar una obra; es banalizarla. P. ?No le da miedo que el texto de Valle-Incl¨¢n oculte su escenograf¨ªa? R. Ha sido mi caballo de batalla. Hemos hecho 120 ensayos y los principal ha sido trabajar texto, respetar las palabras de bronce de Valle-Incl¨¢n, que evocan y entran por los sentidos. P. El montaje usa la m¨²sica del grupo castellano La Musga?a ?Qu¨¦ papel dram¨¢tico juega? R. Es muy importante. Es un elemento emotivo dentro del espect¨¢culo. Para m¨ª la m¨²sica tiene un elemento emocional importante, no es simplemete m¨²sica de fondo. Yo descubr¨ª a La Musga?a en un programa de Ram¨®n Trecet, en Radio 3, y me d¨ª cuenta que era la m¨²sica de Divinas palabras. Fue un flechazo, como en las relaciones entre personas. Emocionalmente, La Musga?a me da el clima de la obra. P. ?C¨®mo consigui¨® que compusieran m¨²sica original para Divinas palabras? R. Es un lujo. Tres m¨²sicos dedicaron su tiempo a esas canciones y por ello reciben, en cuesti¨®n econ¨®mica, lo mismo que por un concierto.
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