Aprendiendo a comer
,A Manolo Le¨®n, 12 a?os, le gusta m¨¢s la pizza que el jam¨®n. ?Por qu¨¦? "Por que lleva muchas cosas dentro...". Y como a ¨¦l, a Luis, a Nuria, a Raquel, a Ana, a Jorge... a todos les encanta la boller¨ªa industrial y la comida de los burgers. De potajes, lentejas, jud¨ªas, sopas y verduras, ninguno quiere saber nada; no quieren o¨ªr hablar. "Pero se lo tienen que comer y se acab¨®", dice Macarena del Castro, una madre que fue al Colegio Juan Ram¨®n Jim¨¦nez, para ayudar a que los ni?os no alboroten, mientras Ernesto Lage Calle, cardi¨®logo en el hospital Virgen del Roc¨ªo, les explica en qu¨¦ consisten los "desayunos cardiovasculares" y c¨®mo han de alimentarse para tener buena salud. No le ser¨¢ f¨¢cil convencerlos, aunque de momento le siguen con atenci¨®n. "Estos son alumnos de 6?, 7? y 8? de primaria, (8 a 12 a?os), y, durante la semana que hemos dedicado a la alimentaci¨®n, ya han realizado varios trabajos en clase y una encuesta sobre lo que comen", explica el director del centro, Carlos Aparicio. Y es que los datos que manejan las autoridades sanitarias sobre los h¨¢bitos alimenticios de los ni?os espa?oles, empiezan a ser alarmantes. M¨¢s de un 50% se alimenta mal y un alto porcentaje tiene el nivel de colesterol muy por encima de lo que ser¨ªa deseable; m¨¢s alto, incluso, que el de los ni?os europeos y norteamericanos. "Por la ma?ana hay que comer fruta", les explica el doctor Lage, "que, junto al pan untado con aceite de oliva virgen, la leche, la miel y el az¨²car, constituyen un perfecto desayuno cardiovascular". Mientras el doctor les aconseja, en el plato les aguarda una naranja, una manzana y un bollo de pan. "Si desayun¨¢is as¨ª, y al mediod¨ªa com¨¦is legumbres, ensaladas... no padecer¨¦is, cuando se¨¢is mayores, las enfermedades del coraz¨®n. Ya sab¨¦is que la dieta mediterr¨¢nea es la mejor...Fijaos los americanos que listos son: como descubrieron que com¨ªan muy mal, y que se mor¨ªan muchos de infarto, empezaron a cambiar sus h¨¢bitos y ahora quieren comer como nosotros; a cambio nos est¨¢n metiendo en la cabeza que las hamburguesas son muy buenas". Varios ni?os levantan la mano y le aseguran que ellos ya no se creen lo que les cuenta la televisi¨®n. Pero, Pilar Gallardo, otra de las madres que ha acudido a ayudar, insiste: "No s¨¦ que tienen los Macdonalds que le vuelven locos. En mi casa, para comer, tenemos que apagar la tele". Y Tati C¨¢rdenas, tambi¨¦n madre, a?ade: "Mi hijo, a la verdura, la llama c¨¦sped. Y la ni?a, si quiero que coma algo de cuchara, tengo que meterle la cabeza en el plato". Lage recuerda que el consumo de pan, verduras, legumbres y aceite ha descendido mucho en la ¨²ltima d¨¦cada. "Esto no es bueno", resume. Esta campa?a est¨¢ auspiciada por la Fundaci¨®n Espa?ola del Coraz¨®n, y en ella colaboran el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentaci¨®n y un n¨²mero importante de empresas. Con ella se pretende ense?ar a comer bien a los escolares. El doctor destaca la labor de prevenci¨®n y el esfuerzo que con ella se hace para que los m¨¢s j¨®venes retornen a los h¨¢bitos de comida tradicionales. Despu¨¦s de la charla, en el turno de preguntas, el alumnado se explaya: "?Todo lo que dice la televisi¨®n es bueno?", "?Las galletas tambi¨¦n son malas?", "?La leche es mejor sola, o con Colacao?" "?Sola, qu¨¦ asco", gritan varios. "Los americanos son listos; nos pasan su comida y se comen la nuestra", dice Ana Moreno, de 11 a?os. Y Tati C¨¢rdenas hace otra confidencia: "Tengo un caj¨®n lleno, hasta arriba, donde escondo toda la propaganda y ofertas de hamburgueser¨ªas... Pero, a veces..., ?qu¨¦ remedio!, tengo que comprarles una pizza".
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