Los ex Beatles impiden la venta de un disco de su primera ¨¦poca
El Tribunal Supremo de Londres ha prohibido la venta de una grabaci¨®n aficionada de los Beatles efectuada en 1962 en el club The Star, de la ciudad alemana de Hamburgo. Los tres miembros supervivientes del legendario grupo, Ringo Starr, sir Paul McCartney y George Harrison, as¨ª como Yoko Ono, la viuda del asesinado John Lennon, hab¨ªan acudido a los jueces para evitar que un disco obtenido sin su consentimiento llegara al p¨²blico. La m¨²sica all¨ª recogida pertenece a la primera etapa de la banda, y la compa?¨ªa Lingasong Music, poseedora del original, aseguraba que Lennon dio su aprobaci¨®n verbal al pacto hace m¨¢s de tres d¨¦cadas. Ahora acatar¨¢ la decisi¨®n judicial.?Dudo de que John supiera nada. Incluso si lleg¨® a hablar de ello con Edward Taylor (l¨ªder de la banda King Size Taylor and The Dominoes, que grab¨® la actuaci¨®n en directo), eso no es un contrato. Fue un borracho grabando a otro mont¨®n de ebrios. Vamos, eso no puede llamarse un acuerdo comercial?. George Harrison, que prest¨® declaraci¨®n el pasado mi¨¦rcoles, desment¨ªa as¨ª cualquier participaci¨®n de los Beatles en lo que calific¨® de s¨®rdido intento de lucrarse con su legado musical.
El grupo quer¨ªa recuperar el disco o bien recibir pruebas suficientes de su destrucci¨®n. Se amparaba para ello en la vigente ley que protege desde 1989 en el Reino Unido los derechos de autor. La presencia de Harrison, de 54 a?os, en el Supremo levant¨® un enorme revuelo. Una sala repleta sigui¨® con gran atenci¨®n el relato de los balbuceos musicales del conjunto. Durante la lectura de la sentencia, los jueces alabaron su presencia de ¨¢nimo al recordar una etapa de la que todav¨ªa muchos pretenden beneficiarse.
En 1962, los Beatles figuraban en el puesto 17? de las listas brit¨¢nicas de ¨¦xito con la canci¨®n Love me do. Hab¨ªan firmado, adem¨¢s, su primer contrato serio y empezaban a despegar. ?El club Star era un lugar tremendo. Acud¨ªan g¨¢nsteres y travestidos. Cuando hab¨ªa problemas, los camareros echaban a todos lanzando gases lacrim¨®genos?, record¨®.
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