La marcha de Suharto
INDONESIA SE ha detenido al borde del abismo. Pero a¨²n puede caer en ¨¦l. De momento, y ante la presi¨®n de la calle, el presidente Suharto ha cedido sus poderes, pero de manera demasiado confusa, seg¨²n los primeros datos conocidos en la madrugada de hoy, como si quisiera a¨²n controlar la transici¨®n, para salvar a su persona y a una familia cuyos negocios est¨¢n demasiado ¨ªntimamente ligados a la econom¨ªa nacional. Amien Rais, l¨ªder de uno de los dos grandes partidos musulmanes, hab¨ªa dado ayer pruebas de responsabilidad al pedir la suspensi¨®n de la masiva manifestaci¨®n prevista para ayer y evitar un Tiananmen indonesio.Era una imposici¨®n del Ej¨¦rcito, que a¨²n manda en Indonesia, y que para evitar una salida incontrolada de Suharto se ha interpuesto entre ¨¦ste y la poblaci¨®n en las calles de Yakarta, literalmente tomadas por las Fuerzas Armadas. El Ej¨¦rcito ha quedado no s¨®lo como defensor de su orden p¨²blico -convenci¨® a Rais para que suspendiera la manifestaci¨®n-, sino como ¨¢rbitro de una situaci¨®n en la que Suharto hab¨ªa prometido nuevas elecciones en un plazo indefinido, mientras el presidente del Parlamento, Harmoko, le emplazaba a dimitir antes del s¨¢bado y Rais le conced¨ªa dos semanas.
Aunque alg¨²n sustento le queda en el Ej¨¦rcito y aunque conserve reflejos y capacidad t¨¢ctica, Suharto hab¨ªa perdido apoyos en su propio partido y, desde luego, entre los estudiantes que han hecho de su ocupaci¨®n del Parlamento el centro de la protesta. Una poblaci¨®n que lo soportaba mientras hubo crecimiento econ¨®mico ha perdido el respeto, ante la crisis econ¨®mica que azota a la regi¨®n, hacia esa especie de general¨ªsimo asi¨¢tico que ha generado un nepotismo econ¨®mico y un r¨¦gimen de corrupci¨®n. Suharto no entendi¨® a tiempo que, acabada la guerra fr¨ªa, su papel como dique de contenci¨®n del movimiento comunista ha desaparecido. Suharto ya no interesaba a EE UU -Madeleine Albright le pidi¨® ayer que dimitiera- ni a nadie.
Con los actos de vandalismo y xenofobia contra la minor¨ªa china en Indonesia, los propios habitantes de este pa¨ªs han agravado su situaci¨®n, pues los chinos representaban un esencial esp¨ªritu emprendedor y comercial, su columna vertebral econ¨®mica. La huida masiva de chinos ha empezado a tener efectos negativos en el funcionamiento de redes comerciales esenciales en un pa¨ªs dependiente de las importaciones.
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