Todos contra los espa?oles en la tierra parisina

Pete Sampras quiere tomarse unas buenas vacaciones el pr¨®ximo mes de diciembre. Pero quiere llegar a ellas habiendo asumido algunos de los objetivos que se ha propuesto en su carrera profesional. Sampras se encuentra ahora a dos t¨ªtulos de ser el jugador que m¨¢s grand slams ha ganado en la historia del tenis (Roy Emerson con 12), tiene la posibilidad de convertirse en el tenista que m¨¢s veces ha concluido el a?o como n¨²mero uno (lleva cinco consecutivos, igual que Jimmy Connors) y, sobre todo, se plantea ganar de una vez el torneo de Roland Garros.No son objetivos sencillos, pero para un jugador de la calidad de Sampras son asumibles. Sin embargo, de todos ellos el m¨¢s dif¨ªcil es ganar en la tierra batida de Par¨ªs. Lo ha intentado en muchas ocasiones y siempre ha fracasado. S¨®lo una vez ha alcanzado las semifinales (1996) en las ocho ocasiones en que ha jugado Roland Garros. Y en su haber ha escrito algunas p¨¢ginas para olvidar, como la derrota que sufri¨® en primera ronda en 1995 y las dos veces que se encall¨® en la segunda (1989 y 1991).

Sampras, actual n¨²mero uno mundial, volver¨¢ a partir hoy como primer cabeza de serie.Sin embargo, esa distinci¨®n no le garantiza nada. La tierra batida no es un elemento en el que se mueva con comodidad. Aunque Par¨ªs ha puesto bolas m¨¢s r¨¢pidas y ha endurecido todo lo posible las pistas para que el juego sea m¨¢s r¨¢pido, el saque de Sampras es menos efectivo que en superficies r¨¢pidas. Y enlazar el saque y la volea resulta poco menos que imposible.

Para Sampras ganar en Roland Garros se est¨¢ convirtiendo en una pesadilla, como lo fue en su d¨ªa para el checo Iv¨¢n Lendl ganar en Wimbledon. Sampras sabe que ni siquiera entra en el grupo de favoritos. Y muchos otros jugadores no le nombran cuando hablan de los posibles campeones.

A esa pregunta se suele responder con una lista m¨¢s bien corta de opciones, que incluyen al chileno Marcelo R¨ªos, al checo Petr Korda, al ruso Yevgeny Kafelnikov, a los norteamericanos Michael Chang y Andre Agassi -ya con su crisis olvidada- y al campe¨®n del a?o pasado, el brasile?o Gustavo Kuerten. Algunos otros nombres que formaban parte incuestionable de todas las listas se han ca¨ªdo de ellas: Thomas Muster (lleva una mala temporada, lejos de su mejor nivel), Jim Courier y Boris Becker (ni siquiera se ha inscrito en el torneo).

Sin embargo, en Par¨ªs son los jugadores de la armada espa?ola quienes ocupan la mayor parte de candidaturas al t¨ªtulo. Son los hombres que todo el mundo tiene en su cabeza mientras cruza los dedos para evitar encontr¨¢rselos el d¨ªa del sorteo. Son los tenistas m¨¢s temidos de la tierra batida. Y hay motivos para ello. Desde el mes de abril hasta junio, la armada se convierte en una pesdilla. Nadie puede librarse de ella. Durante estos meses el valor de las clasificaciones -forjadas b¨¢sicamente en los torneos interiores y de pistas duras- disminuye y la tierra se ocupa de que las calidades se igualen.

En el circuito no hay ning¨²n jugador que tenga la calidad de Sampras, sin embargo, su paso por la tierra batida europea se ha saldado este a?o con dos derrotas en la tercera ronda en los torneos de Montecarlo (Santoro) y Roma (Chang). Los espa?oles, en cambio, llevan un saldo espectacular: han ganado dos de los tres torneos supernueve europeos que se disputan en tierra batida, y han colocado un finalista en el otro.

Desde Estoril, la armada ha dominado todos los torneos de tierra en los que han participado sus mejores exponentes. En Portugal Berasategui fue el campe¨®n y Moy¨¤ fue semifinalista. En Barcelona Berasategui jug¨® la final y Moy¨¤ las semifinales. En Montecarlo, gan¨® Moy¨¤ y el vasco se qued¨® en semis. En Hamburgo lleg¨® el turno de Albert Costa, que gan¨® la final a ?lex Corretja. Ellos dos y F¨¦lix Mantilla coparon tres de las cuatro plazas de las semifinales. Y en Roma, Albert Costa alcanz¨® la final, pero no pudo disputarla ante R¨ªos por culpa de una lesi¨®n en su mu?eca derecha.

El ¨²nico fracaso se produjo en la Copa del Mundo de Dusseldorf, donde Moy¨¤ y Bruguera -que defiende la final del a?o pasado- no alcanzaron las semifinales. Sin embargo, estos dos meses han aclarado el panorama. Espa?a tiene al menos a seis jugadores capaces de ganar Roland Garros. Y eso no lo creen s¨®lo ellos, sino todo el mundo.