Esfuerzo de los toreros
El esfuerzo de los toreros para sacar adelante la corrida tuvo su premio al final, cuando dos toros de Gavira sacaron fuerza de donde no la hab¨ªa y embistieron lo justo para que Chiquil¨ªn y Morante de la Puebla cortaran una oreja. A Romero de C¨®rdoba los toros de Gavira no le dieron ninguna oportunidad.La corrida estuvo en un tris de suspenderse, ya que varias tormentas a lo largo de la tarde hab¨ªan dejado el ruedo en muy malas condiciones. Sin embargo, el ardiente deseo de triunfo de los toreros hizo que el festejo se iniciara, aunque con notable retraso.
Tras lo visto en la primera mitad de la corrida lo mejor hubiera sido que el festejo se suspendiera. La escas¨ªsima fuerza del encierro enviado por Antonio Gavira hac¨ªa imposible que los matadores pudieran hilvanar alg¨²n tipo de faena. Toros sin raza, que no se empleaban en la muleta por su falta de fuerza y que hicieron imposible el triunfo.
Gavira / Chiquil¨ªn, Morante, Romero Toros de Antonio Gavira, justos de presencia, algunos anovillados, sin fuerza, nobles
Chiquil¨ªn: aplausos y una oreja. Morante de la Puebla: aplausos y una oreja. Romero de C¨®rdoba: aviso y ovaci¨®n; ovaci¨®n. Plaza de toros de C¨®rdoba, 27 de mayo. 6? de abono. Un quinto de plaza.
Chiquil¨ªn no quer¨ªa marcharse de vac¨ªo de esta feria, de la que ha sido triunfador en los dos a?os anteriores, y con mucha sapiencia supo sacar provecho de la bonancible embestida de su segundo. No fue una faena encimista y con gran facilidad y temple se pas¨® al toro por las dos manos en tandas cortas y ligadas. El toro se qued¨® parado, como antes lo hab¨ªan hecho sus hermanos, y Chiquil¨ªn opt¨® por no alargar la faena que cerr¨® con unos ayudados en los que se gust¨®. Mat¨® a la primera. Pase¨® el ruedo con la oreja de su enemigo.
Morante tampoco dej¨® escapar los pocos pases de su segundo. Faena pinturera y llena de apuntes. En redondo lig¨® los pases y tore¨® para adentro. Estocada en todo lo alto. El p¨²blico le premi¨® con una oreja. Romero de C¨®rdoba se llev¨® el peor lote de la tarde. El primero manse¨® toda la lidia. Embisti¨® de forma violenta. Romero siempre estuvo en el sitio y aguant¨® los arreones del toro que se hab¨ªa quedado sin picar. Con esfuerzo y voluntad pudo arrancarle algunos pases con la izquierda. Ni siquiera un pase ten¨ªa el ¨²ltimo, que m¨¢s que un toro parec¨ªa un borrico . No se trag¨® un pase.
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