"CUERNOS DE ESPUMA" Ni azul, ni rosa

Hay un par de momentos en este, desde el t¨ªtulo, raro documental que es Cuernos de espuma, en los que se repite el mismo concepto, expresado como un desiderato: alg¨²n d¨ªa habr¨¢ un mundo en el que los ni?os no se vestir¨¢n de azul ni las ni?as de rosa, sino que todo ser¨¢, pongamos, verde. Un mundo, pues, ilusoriamente privado de divisiones por g¨¦nero; pero tambi¨¦n de educaciones por g¨¦nero. Parece haber una filosof¨ªa de vida tras las im¨¢genes de estas drag queens con sus antros de diversi¨®n, sus aspiraciones y sus cuitas. Y, sin embargo, nada hay al fin de todo eso: consciente o no, el debutante Manuel Toledano parece haberse contagiado del escaso inter¨¦s del mundo en que viven sus criaturas a la hora de abordarlo, y tal contagio se transmite a una c¨¢mara que capta un mundo de oropeles, colorines y gestos detr¨¢s del cual no hay absolutamente nada, pero sin que el director parezca darse cuenta de tal carencia. Toledano, que conoce de lo que habla, no es capaz de transmitir las razones por las que tal mundo le fascina. El ¨²nico personaje de la acci¨®n que parece destinado a juzgarla, Dennis, el que se va de Nueva York y al que se le asigna el ¨²nico rol dram¨¢tico de la funci¨®n, aplasta por la ramploner¨ªa cursi de unas reflexiones en off sencillamente infumables.