Profesor, editor y hombre de Estado

Tres sobresalientes rasgos dominan la intensa trayectoria profesional de quien hoy preside la Real Academia de Ciencias Morales y Pol¨ªticas.El primero es su vocacional condici¨®n de docente. Enrique Fuentes Quintana no ha dejado de ense?ar Econom¨ªa desde que cursara los estudios universitarios en aquel ¨¢spero Madrid de mediados del decenio de 1940. Y la ha ense?ado con solvencia y entusiasmo propios de los aut¨¦nticos maestros, y con esa brillantez expositiva que s¨®lo tienen quienes, adem¨¢s de buenos conocimientos, expresan convicciones profundas. Su prolongado magisterio se ha extendido, as¨ª, mucho m¨¢s all¨¢ de las aulas universitarias, siendo uno de los principales y m¨¢s autorizados creadores de opini¨®n sobre los problemas de la econom¨ªa espa?ola de nuestro tiempo.

A ello, precisamente, ha contribuido su excepcional trabajo como impulsor y director de publicaciones especializadas. Porque excepcional es, en efecto, la holgada decena de acreditadas revistas promovidas y alentadas por Fuentes Quintana, desde la Revista de Econom¨ªa Pol¨ªtica, Anales de Econom¨ªa e Informaci¨®n Comercial Espa?ola, en los a?os cincuenta y sesenta, y desde Hacienda P¨²blica Espa?ola y Coyuntura Econ¨®mica, en los setenta, hasta Papeles de Econom¨ªa Espa?ola, en los ochenta y noventa. Un alarde de iniciativa organizativa y entendimiento de la proyecci¨®n social del saber econ¨®mico; como tambi¨¦n de vigor intelectual y de gusto por el buen acabado.

Sobresale, en tercer lugar, en la trayectoria profesional de este buen conocedor de la Administraci¨®n p¨²blica, su aportaci¨®n al dise?o de la pol¨ªtica econ¨®mica espa?ola contempor¨¢nea, muy principalmente en esos pasajes cruciales que culminan en el Plan de Estabilizaci¨®n de 1959 -participando entonces, como director del Servicio de Estudios del Ministerio de Comercio, en el equipo que trabaj¨® bajo las orientaciones de Joan Sard¨¤- y en los Pactos de la Moncloa -asumiendo durante unos meses decisivos la responsabilidad de la vicepresidencia del Gobierno para Asuntos Econ¨®micos y del Ministerio de Econom¨ªa-, dejando definidos a la altura de la segunda mitad de 1977 los ejes centrales de lo que ser¨ªa una pol¨ªtica de ajuste a la crisis industrial y al cambio de ciclo econ¨®mico, hechos que planearon amenazadoramente sobre la suerte de la transici¨®n a la democracia. Equivale esto a decir que la dilatada carrera en la funci¨®n p¨²blica de Enrique Fuentes Quintana ha rendido servicios de vasto alcance, contribuyendo por eso mismo a la legitimaci¨®n social del saber y del papel de los economistas espa?oles.

El Premio de Econom¨ªa Rey Juan Carlos sigue, pues, en buenas manos. Es cierto que este prestigioso y prestigiado galard¨®n, tras conced¨¦rsele a Luis ?ngel Rojo a mediados de los a?os ochenta y tras ser obtenido despu¨¦s por Julio Segura y Andreu Mas, introduce ahora una ocasi¨®n, una variante en su perfil (no s¨®lo en atenci¨®n a la edad del premiado, sino tambi¨¦n al contenido de su obra de investigaci¨®n). Pero lo hace con sobradas y justificadas razones. Sea bienvenido.