El origen in¨¦dito de un homenaje
Los or¨ªgenes del "5 a las 5", concebido como recuperaci¨®n de Lorca en 1975, se remontan a un homenaje de 1929
El archivo de la casa museo de Federico Garc¨ªa Lorca de Fuente Vaqueros guarda un poema in¨¦dito. "?Otro in¨¦dito, ja!", pensar¨¢n los lectores. Pero este in¨¦dito es tan puro y aut¨¦ntico que hasta su autor tambi¨¦n lo es: in¨¦dito. ?Qu¨¦ hace un autor in¨¦dito ocupando un sitio en el archivo consagrado a uno de los creadores m¨¢s editados y representados del mundo? El versificador es un poeta del pueblo en el sentido m¨¢s simple de la expresi¨®n: rimador aficionado, respetuoso a su modo con la ortograf¨ªa -m¨¢s que respetuoso, galante- pero sin embargo agradecido y de sentimientos nobles. Francisco Gonz¨¢lez, ese es el nombre del autor del manuscrito titulado Dedicatoria, compuso los ocho versos que le han valido el ingreso en un centro de documentaci¨®n lorquiano el 19 de mayo de 1929. ?Qu¨¦ llev¨® a aquel hombre a convertirse transitoriamente en poeta? La investigadora Marie Lafranque recuerda qu¨¦ ocurri¨® entre el 19 y el 21 de mayo de 1929. En realidad Lafranque nos remite a una gacetilla aparecida en el peri¨®dico El Defensor del Granada el 21 de ese mes: "El pueblo de Fuente Vaqueros, cuna del poeta Federico Garc¨ªa Lorca y uno de los pueblos m¨¢s bellos e inteligentes de la provincia, ha querido sumarse a los homenajes tributados al autor de Mariana Pineda y el domingo organiz¨® un banquete. A la hora de los brindis, ofreci¨® el homenaje el alcalde de Fuente Vaqueros se?or S¨¢nchez, pronunciando breves y sentidas palabras. Despues, don Enrique Gonz¨¢lez Garc¨ªa ley¨® unas vibrantes cuartillas que fueron acogidas con grandes aplausos. Seguidamente, el se?or Garc¨ªa Lorca dio las gracias por el agasajo, haciendo un brillante elogio de Fuente Vaqueros (...) A cotinuaci¨®n, don Ricardo Rodr¨ªguez Garc¨ªa ley¨® una hermosa poes¨ªa, que fue acogida con aplausos. Don Fernando de los R¨ªos, a petici¨®n de los presentes, pronunci¨® un breve pero elocuent¨ªsimo discurso, que fue muy aplaudido. Tambi¨¦n ley¨® unas cuartillas don Miguel Molinero. Por ¨²ltimo, don Rafael S¨¢nchez, recogiendo la iniciativa expuesta por Garc¨ªa Lorca para crear en Fuente Vaqueros una biblioteca popular, ofreci¨® con este fin trescientos vol¨²menes de su propiedad. Y con esta simp¨¢tica nota termin¨® el acto". ?Y Francisco Gonz¨¢lez? ?En qu¨¦ momento intervino Gonz¨¢lez? No hay duda de que Gonz¨¢lez ley¨® sus ocho versos pero el corresponsal no recogi¨® su intervenci¨®n en la cr¨®nica. Quiz¨¢ fue uno de los muchos espont¨¢neos que celebraron la gloria de su paisano con un elogio rimado. Pero vayamos al in¨¦dito que, antes de acabar este p¨¢rrafo, dejar¨¢ de serlo. Est¨¢ escrito con una caligraf¨ªa delicada y con una ortograf¨ªa m¨¢s elegante que respetuosa con las reglas acad¨¦micas. En la Vega de Granada, seg¨²n testimonios recogidos en vivo por Juan de Loxa, director del museo de la casa natal, a¨²n se consideran las haches s¨ªntoma de distinci¨®n, de ah¨ª que la duda entre colocar o no una hache se resuelva seg¨²n el rango del lector a quien vaya dirigido el escrito. A m¨¢s importancia m¨¢s haches. ?Acaso las bes no son tambi¨¦n m¨¢s aristocr¨¢ticas que las uves? Con estas y otras consideraciones, Gonz¨¢lez escribi¨® su poema: "Joben derrasa heducado/ Quemas deseas tu que pase/ Tu pueblo sibilisado/ A ti te rinde homenaje/ Biba el poeta Garc¨ªa/ Biba este pueblo famoso/ biban todos los presentes/ Biba este calvo galboso. Mi enora buena y mi afecto. Francisco Gonzalez". El homenaje popular que el cinco de junio de 1976 reuni¨® durante treinta minutos en la plaza de Fuente Vaqueros, cercada por polic¨ªas con las armas listas para intervenir, a diez mil personas no era nuevo. Su novedad, m¨¢s bien, es que reincid¨ªa en un h¨¢bito que hab¨ªa permanecido cincuenta a?os bajo el silencio y la prohibici¨®n de la dictadura. Lo concibieron a finales de 1975 tres personas vinculadas a una pe?a cultural del barrio del Realejo de Granada: Antonio Rodelas, Juan Antonio Rivas y Luis Mart¨ªn Altozano. A la primera reuni¨®n de tanteo acudieron cinco personas: se unieron a los mentados -salvo Rivas, que no estuvo- el poeta Jos¨¦ Garc¨ªa Ladr¨®n de Guevara, Rafael Fern¨¢ndez-P¨ª?ar y el periodista Antonio Ramos Espejo. A la segunda reuni¨®n acudieron las 33 personas -curiosamente ninguna mujer entre ellas- que finalmente formaron la comisi¨®n del homenaje. La muerte y el olvido La convocatoria, muy breve, comenzaba as¨ª: "En los primeros d¨ªas de la guerra civil, Federico Garc¨ªa Lorca ca¨ªa ejecutado en el barranco de V¨ªznar. Se ha dicho que para dar muerte a un poeta, muerte verdadera, hay que matarlo dos veces: una con la muerte y otra con el olvido". Luego, tras llamar a la concentraci¨®n en Fuente Vaqueros, conclu¨ªa: "Es nuestra intenci¨®n romper all¨ª, y para siempre, un silencio forzado hasta hoy. Y proclamar con la fuerza de la solidaridad, el manifiesto de la reconciliaci¨®n, que nos permita construir la Espa?a de todos y para todos los espa?oles". El cinco de junio de 1976 intervinieron Ladr¨®n de Guevara, Aurora Bautista, Nuria Espert, Manuel Fern¨¢ndez-Montesinos, Jos¨¦ Agust¨ªn Goytisolo, Blas de Otero y Juan Antonio Rivas. Veintid¨®s a?os despu¨¦s, salvo Goytisolo y Aurora Bautista, ninguno aparece en el cartel que repite, en circunstancias m¨¢s gozosas, el homenaje de hoy. El banquete del 19 de mayo, los esforzados ripios de Francisco Gonz¨¢lez y, un a?o despu¨¦s, en 1930, la inauguraci¨®n de la biblioteca de Fuente Vaqueros, son sus or¨ªgenes.
La muerte
Lorca, muy inquieto por los movimientos fascistas previos al golpe -el asesinato de Calvo Sotelo- y la represi¨®n brutal que estalla inmediatamente despu¨¦s de la rebeli¨®n del 18 de julio, busca refugio en casa de su amigo, el poeta Luis Rosales, dos de cuyos hermanos son falangistas relevantes. "De nada le sirve", relata Ian Gibson. El ex diputado por la CEDA, Ram¨®n Ruiz Alonso lo detiene y lo entrega al Gobierno Civil. Todo indica que fue Alonso quien redact¨® la denuncia. Delitos: apoyo al Frente Popular, amistad con Fernando de los R¨ªos y ser homosexual. El gobernador, Jos¨¦ Vald¨¦s, consulta con Queipo de Llano, y ¨¦ste responde: "Dale caf¨¦, mucho caf¨¦". Lorca fue asesinado junto a un maestro y dos banderilleros anarquistas.
El ¨²ltimo paisaje
S¨®lo es visitado masivamente una vez al a?o -el 18 de agosto, la fecha del asesinato- pero el probable lugar donde Lorca fue enterrado es un paisaje ya m¨ªtico. El parque de Alfacar ha aislado y adecentado un lugar situado apenas a 200 metros de la Fuente de las L¨¢grimas, cerca del olivo donde, seg¨²n el testimonio de Manuel Castilla, el encargado de dar sepultura a los c¨¢daveres de los fusilados en 1936, se halla el cuerpo del poeta. Lorca, en contra de la creencia popular, no muri¨®, como otras tantas personas, en el barranco de Viznar, sino entre esta poblaci¨®n y Alfacar. ?ste fue su ¨²ltimo paisaje en la noche de su muerte, el 18, o quiz¨¢, el 19 de agosto. El monolito de la imagen lo mantiene vivo para siempre.
Gu¨ªa para una lectura de Lorca
De Garc¨ªa Lorca se ha dicho que no le¨ªa mucho, una aseveraci¨®n bastante discutible, pues su obra est¨¢ plagada de referencias y alusiones a la literatura universal y a la tradici¨®n espa?ola. Lorca, uno de los poetas m¨¢s cultos y dif¨ªciles de las letras espa?olas, ha logrado combinar tradici¨®n y vanguardia en una s¨ªntesis de dif¨ªcil parang¨®n. El di¨¢logo con la tradici¨®n (Romancero gitano) se manifiesta en el poeta granadino en los grandes temas m¨ªticos: el poder del sexo, la fecundidad, el sacrificio, la uni¨®n de la vida y la muerte, adem¨¢s del toro, la luna, el cuchillo y la sangre, como se?ala Miguel Garc¨ªa-Posada, autor de la edici¨®n de las obras completas de Lorca en Galaxia Gutenberg-C¨ªrculo de Lectores. Ello explica la proyecci¨®n universal del autor y su traducci¨®n a las m¨¢s diversas lenguas. El arraigo de Lorca en la tradici¨®n hisp¨¢nica no le impide sin embargo hacer uso de las vanguardias. El poeta acerca al lector a los impulsos m¨¢s primarios (Romance son¨¢mbulo) con un discurso po¨¦tico nuevo, de un lirismo original e irrepetible. E incorpora el tema de la ciudad contempor¨¢nea (Poeta en Nueva York) con una sutileza de la que pocos han sido capaces. Lorca defiende la causa de los oprimidos, sean gitanos, homsexuales, jud¨ªos u obreros explotados. Como poeta -no hay que olvidar que tambi¨¦n fue dramaturgo y dibujante-, salta del lirismo intimista de Sonetos del amor oscuro a la ¨¦pica y el romance del Romancero gitano, y al verso libre de Poeta en Nueva York, de los gritos y la angustia de ¨¦stos dos ¨²ltimos a la ternura y la gracia de sus Canciones para ni?os. Es el mismo autor que llora su desolaci¨®n sin consuelo en Llanto por Ignacio S¨¢nchez Mej¨ªas. En el teatro, dramatiza los conflictos que aparecen en su poes¨ªa. Restaur¨® la tragedia (Bodas de sangre, Yerma), escribi¨® dramas contra el autoritarismo (de nuevo Bodas de sangre) y cre¨® textos vanguardistas cuyo impacto a¨²n perdura (As¨ª que pasen cinco a?os).
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